Desde las 15, en el barrio Belen -esquina que une la avenida Emiliozzi y la Calle 118- y en la rotonda que une la Avellaneda con Saavedra, se ofrecerán unos 300 kilos de verduras y 40 kilos de pan que regalarán u ofertarán a precios simbólicos de entre 10 y 20 pesos. La jornada de lucha se pliega a una medida de visibilización nacional.

"Creemos que es insostenible esta situación", sintetizó Alex Herrera, integrante del Movimiento Popular La Dignidad y la Casa Popular Valeria.

Alex hizo mención a la tarea diaria que tienen en estas instituciones en un contexto de crisis en el que "estamos volviendo a cenar una leche con pan porque no hay nada más", contó en una conferencia de prensa en la que lo acompañaron Enrique Hohl, del MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos), Yanina Lardapide del movimiento social Tierra,Techo y Trabajo; e integrantes de Suteba y de CTA, sindicatos que adhieren a la propuesta.

En cuanto a este verdurazo y panazo, Enrique Hohl contó que se vive con expectativas. "En 15 minutos la verdura desaparece", dijo en referencia a que son productos frescos que se regalan o se ofrecen a un precio colaboración".

Sobre la iniciativa dijo que "es algo que tiene una gran visibilización, que es en definitiva lo que queremos mostrar. No solo llenarnos las panzas con la bolsa que da el Estado que lo único que tiene son alimentos ultra-procesados que hacen que se llenen las panzas dando una idea de saciedad, pero que no cumplen la función nutritiva. Por eso acercamos la verdura, que es un alimento super sano, en un precio de 10 ó 20 pesos, o regalado. Que eso visibilice que verdaderamente el campo que hace los alimentos no es el agro-exportador. Somos los pequeños productores los que tenemos la verdura, la fruta y la producciones pecuarias del país y sin embargo es uno de los sectores más golpeados, más aún los de la economía popular que no tienen acceso a ningún derecho porque están fuera del sistema formal".

Fuera del sistema

"Capaz que es la primera vez en la semana o en el mes que una familia accede a la verdura", expuso Enrique Hohl. Parte de la verdura que se ofrecerá hoy "la producimos nosotros y otra parte la compramos al productor a un precio que a él le sirva".

En el MTE "tenemos cinco unidades productivas, algunas son combinadas, otras agroecológicas y otras convencionales. Decidimos aportar con nuestros productos a un precio que nos sirva medianamente a nosotros y que también le sirva a la sociedad. La idea es poder sostenerlo en el tiempo, pero para nosotros es difícil si no tenemos un apoyo, somos productores excluidos, no tenemos acceso al crédito, no tenemos acceso a las estructuras estatales, no podemos cumplir con las normas a veces. Tenemos muchas dificultades para producir y muchos de los insumos es´tan en dolares por lo que con la última devaluación el impacto fue tremendo. El nylon para el invernadero pasó de 16 mil pesos a 22 mil, para un trabajador sin un salario y que vive de trabajar la tierra, eso es imposible".

En cuanto a la realidad de esos productores, el integrante del MTE contó que "somos un movimiento de trabajadores excluidos porque hemos quedado afuera del sistema, igual que los cartoneros, las compañeras textiles que trabajan en su casa con una maquina de coser, los feriantes, los artesanos... Al no estar en la economía formal no tenemos ningún derecho, no tenemos un salario estable, vivimos de la changa, de lo que producimos o vendemos, no tenemos un mercado que regule los precios y sí tenemos un mercado que hace el caldo gordo a los agro-negocios o a la concentración de la riqueza y no podemos competir. Nos genera una situación de exclusión y de pérdida de poder adquisitivo mucho peor que cualquier asalariado. La salvedad es que los productores rurales lo que tenemos es el alimento".

Más comedores, más demanda

"Cada vez hay más personas en los barrios que se acercan pidiendo ayuda. Por eso, apostamos muy fuerte al trabajo comunitario y cada vez que surge una demanda tratamos de comunicarla y de informar para poder conseguir frazadas o garrafas, entre otras cosas, porque la situación realmente es muy complicada", definió Alex Herrera con respecto a la situación social y económica de aquellas familias más vulnerables.

Desde la Casa de Valeria, por su parte, "ayudamos a muchas mujeres que han sufrido violencia de género. Muchas de ellas son sostén de su hogar, viven en un rancho o en una pieza y tratamos de canalizar lo más posible, pero esto escapa a nuestra voluntad. Nosotras no estamos haciendo caridad con los pobres, nosotras somos pobres, pasamos hambre y sabemos lo que es. Damos todo por una sociedad mas justa, pero siempre llegamos a esta conclusión de que el Estado tiene que responder a esto porque el hambre es una decisión política".

Sostuvo que "hemos tenido reuniones con diferentes funcionarios pero no cumplen con los acuerdos y queda en la nada".

En Olavarría la cantidad de comedores y merenderos supera los 70 de cuando a datos que manejaron ayer en la conferencia de prensa. Y la demanda en el último tiempo "se ha multiplicado. Hay grupos de mujeres que abren merenderos en sus casas para darles algo a los pibes y pibas, y que en un mes llegan a tener 40 chicos que acuden para comer".

Por otra parte, Alex Herrera se refirió a las críticas de aquellos que dicen que "nos dicen que somos planeros y que salgamos a trabajar. Que nos digan adónde están los trabajos, nosotros hacemos changas, cuidamos chicos, abuelos, cocinamos... todos los laburos asignados para la clase baja son así, es muy corto el abanico que hay".

Remarcó que "estamos volviendo a cenar una leche con pan, es terrible. Por ahí conseguimos harina o fideos, podemos hacer un guiso pero no tenemos ni pollo para ponerle".

En este contexto, dijo que "necesitamos una revisión y un cuestionamiento de la clase política. Y este reclamo es un poco eso, porque la representación política que tenemos no está cumpliendo con su rol. Cobran sueldos abultadísimos y nosotras no tenemos comida para un merendero".