El domingo, con la última canción de Luciano Pereyra cayeron los cortinados de la 18ª edición del Festival Nacional de Doma y Folclore.

No para los organizadores aún, porque quedan cuestiones por cerrar, pero en lo discursivo 48 horas después su ideólogo y principal organizado Ricardo Sosa se hizo un espacio para trazar un balance y analizar el saldo que dejó el espectáculo en todas sus facetas.

"El balance es ampliamente positivo, porque la gente respondió a la convocatoria que le habíamos hecho. Lógicamente, nos encontramos con que había muchas ganas de divertirse y eso se vio reflejado en el acompañamiento durante todas las jornadas" celebró.

Sosa subrayó que cada edición del Festival Nacional de Doma y Folclore representa un esfuerzo organizativo muy importante. "Se trata de una cosa grande, con muchas aristas para atender y se tienen que coordinar muchas situaciones para llegar a buen puerto y por suerte una vez más todo ha salido como lo habíamos planeado" aseveró.

Esta edición del evento telúrico tuvo como dato diferente que significó -además- el reencuentro con el público luego de la interrupción forzada por razones sanitarias a raíz de la pandemia de coronavirus.

"Quedó claro la necesidad profunda de divertirse, tanto de la gente abajo del escenario como de los artistas arriba del escenario. 'Sabés cómo extrañábamos esto' me decía uno de los artistas con una importante experiencia en el lomo" remarcó Sosa.

Incluyó en este comentario a Carlos Ramón Fernández, a los integrantes del "Los Cuatro de Salta" y al staff que acompañó a la figura central de la propuesta artística, el lujanense Luciano Pereyra.

"Se fueron muy agradecidos con el público; incluso está circulando por las redes un video donde agradecen lo que vivieron aquí" destacó.

En una escala de gestos, puso de relieve el reconocimiento de los organizadores y de la multitud al secretario de salud de la municipalidad de Olavarría, doctor Germán Caputo.

"El aplauso de toda la gente de pie, bajo la lluvia, me llenó el alma. No lo conocía; lo conocí abajo del escenario, pero lo que vi en el público fue un enorme agradecimiento" enfatizó.

Cada cosa a su turno, en primera instancia Ricardo Sosa comentó el saldo que le dejó la doma y el contexto del espectáculo en el campo.

"Como todos los años fue manejado por Alfredo Sotelo, en su rol de capataz general de la jineteada. Gracias a Dios los accidentes fueron leves; sólo algunos golpes. Estaban tomados todos los recaudos, contratados los seguros, ambulancia, pero nos acompañó el destino y la suerte, y no debimos lamentar ningún episodio desagradable" mencionó.

En el mismo orden de cosas, elogió "el terrible nivel de caballos y jinetes que volvieron a nuestro Festival. O sea, hombres con mucha capacidad para estar arriba de los animales y tropilleros que engalanaron la fiesta de la jineteada".

Sosa evitió hacer una valoración acerca del nivel en este 2022 con respecto a ediciones previas. "Por cada una de nuestras ediciones han pasado los mejores jinetes y las mejores caballadas del país. Es todo muy relativo; depende de cómo está el animal ese día; por ahí no quiere salir del palo. Lo cierto es que los tropilleros trajeron a los mejores caballos y que vinieron jinetes de categoría" indicó.

El mentor de este espectáculo tradicionalista y tradicional de cada verano olavarriense recogió el guante y también se refirió a los reclamos de vecinos y de las entidades defensoras de los derechos de los animales por malos tratos en estos eventos.

Recordada es aquella denuncia penal interpuesta en el año 2020 contra el más célebre de los festivales de este tipo, que se lleva a cabo en la cordobesa Jesús María. "El público goza con el maltrato de otro ser" alegaron.

"Tienen todo el derecho de hacerlo. Nosotros estamos en orden con todo, mientras nos sigan autorizando las autoridades municipales y provinciales. Sino se hará el día de mañana otro tipo de oferta que responda a la convocatoria de estos espectáculos, pero por ahora nos avalan miles y miles de personas, como este fin de semana" dijo.

"Jamás, jamás, pero jamás. Lo repito todas las veces que sea necesario, tuvimos algún tipo de problema o recibimos a alguien que nos diga algo. Tenemos un veterinario al lado del espectáculo, en esta ocasión nos acompañó Juan Erdocia, y tratamos de tomar todas las precauciones que exige la reglamentación. Esta es la única realidad" sentenció.

"Como todo espectáculo público hay reglas, que se cumplen. Y qué mejor que los gauchos que conviven todo el tiempo con los animales. Pero esto requiere de un análisis más profundo, involucrando a la gente que está todo el tiempo con el caballo. Acá no los agarran del campo y los traen a la rastra, sino que tienen cuidados especiales y están preparados para este evento" afirmó.

Pasando al costado artístico, Ricardo Sosa confesó que "me dejó más que satisfecho. Tanto en el escenario mayor como en las peñas".

Llenó de elogios la labor de los "actores de reparto" de esta puesta en escena.

"Hubo una convocatoria de peñas donde todos los días, a la hora del almuerzo, se presentaban artistas de todo el país, competían ante un jurado altamente calificado y el ganador de cada jornada se adjudicaba el derecho a cantar dos temas en el escenario mayor" apuntó.

"Los tres días hubo actuaciones brillantes" observó, y mencionó puntualmente al olavarriense Martín Othasegui (ganador del primer día de competencia); "Thiago y su violín", un jovencito de 15 años de Pehuajó ("le veo un futuro enorme", opinó Sosa) y Silvana Casaverio de Paso del Rey.

El reencuentro del Festival Nacional de Doma y Folclore tuvo un cierre de lujo, con la presentación del lujanense Luciano Pereyra, aún acuciado por el temporal que se abatió el domingo por la noche sobre Olavarría.

"La actuación de Luciano me colmó el corazón. Dio todo en el escenario, cantó 19 canciones y los últimos tres temas los interpretó bajo la lluvia. No hay palabras para el espectáculo que nos ofreció la última noche, y no se movió un alma hasta que el artista se bajó del escenario" certificó Ricardo Sosa.

La cita es de tal envergadura que su organización no se puede pensar en tres o cuatro meses.

Por lo pronto, cuando aún no se acallaron los ecos de las últimas canciones, ni bajó todo el polvo de los corcoveos finales de los pingos, Sosa ratificó que la próxima edición del Festival no será a fines de 2022, sino en marzo de 2023.

"Todavía estamos cerrando cosas de este Festival, pero ya se piensa en artistas de primer nivel, aunque para nosotros son todos importantes. Se está hablando con algunos de ellos y en pocos días vamos a dar a conocer los nombres" anticipó.

Las individualizaciones quedaron para más adelante: "¿Nombres? Por ahora no, lo único que puedo decir es que por nuestro Festival pasaron los principales referentes del folclore, los mejores artistas de la Argentina, y en la próxima edición no va a ser la excepción. Alguna gente prefiere ciertos ritmos, otros eligen bailar. Algo vamos a hacer y lo seguro es que no vamos decepcionar a nadie".

Sosa prefirió no arriesgar el número final de gente que transitó por La Rural el pasado fin de semana, aunque informó que para las tres jornadas se vendieron 15 mil entradas, "más los menores que no pagan y los invitados especiales".