Fiestas suspendidas por el efecto del COVID-19
Lo cierto es que detrás de cada evento hay "muchos servicios y gente que vive de esto", plantean varios proveedores, en una recorrida realizada por EL POPULAR. Avalan las medidas dispuestas por el coronavirus pero advierten que viven una situación límite.
"Muchos dicen que las fiestas son superfluas pero hay mucha la gente que trabaja detrás de una fiesta y que vive de eso, casi el 100% son autónomos", plantea Mónica Hernando, con amplia trayectoria en la organización de eventos en Olavarría. Con preocupación expone cuál es el impacto del coronavirus y qué alcances tiene la actual emergencia sanitaria, social y económica que obliga al aislamiento y suspende todo tipo de fiestas y encuentros sociales.
"Es un rubro que vive al día", dice tras aclarar que su caso no sería acuciante porque tiene otra fuente de ingresos pero "tengo muchos proveedores a los que esta situación se los lleva puestos".
De hecho, "estamos replanteándonos cerrar el negocio" porque "es imposible hacer frente al alquiler, pagar la luz, el gas y los impuestos municipales que van a seguir viniendo".
Francisco Olmos, de Xavia Catering, también admite que esta crisis ya "impacta mucho" porque "hay gente que está cancelando las fechas. Hay clientes que posponen, hay clientes que te llaman y no saben qué hacer y uno tampoco tiene una respuesta para darles".
El panorama es sombrío y todo indica que "en marzo no se va a trabajar, en abril no se va a trabajar ni en mayo; y para junio estamos viendo. Tenemos clientes que no saben qué hacer. Es un riesgo hacer la fiesta porque te exponés a un montón de cosas, principalmente a esta enfermedad. No deja de ser un problemón", analiza Olmos.
Los casamientos generalmente se suspenden al igual que las fiestas de cumpleaños, aniversarios y bautismos mientras que las fiestas de 15 se reprograman para agosto y septiembre. "Es una industria que afecta a mucha gente desde proveedores del servicio de catering hasta el panadero y carnicero... Los DJ se quedan sin trabajo, que viven de esto".
Lo contrapone con "quienes dicen que las fiestas son superfluas" para dimensionar la situación: "es mucha la gente que trabaja detrás de una fiesta y vive de eso, casi el 100% son autónomos". Por eso, en sus redes sociales pide "tener empatía y solicitar un ´No la suspendas. Reprogramala´" a la fiesta que queda trunca por el COVID-19.
En la misma sintonía, Mora Ambientaciones, expone en sus redes como principal mensaje que "a medida que avanzamos y transitamos por todo lo que sucede a nuestro alrededor, la cancelación de eventos afectará significativamente a nuestra comunidad" y menciona servicios de catering, planners, DJ`s, mobiliario, técnica, entretenimiento, floristas, ambientadores, diseñadores y sedes.
En la misma línea, señalan que "somos una industria preparada para enfrentar cambios y resolverlos. Suspendé, posponé pero no canceles". La iniciativa responde además a una movida mundial de proveedores de la industria de eventos denominada #saveevents.
"Tenemos todo suspendido"
Desde el salón de eventos New Summer, Fernando Dos Santos explica que "se suspendieron todos los eventos hasta el 31 de marzo pero creo que esta disposición se va a extender". Por lo pronto, la conducta adoptada es categórica: "No estamos tomando reservas para el invierno, para no comprometernos" y "tenemos que reacomodar la agenda con las fechas suspendidas".
El impacto es inevitable y por ahora reina la incertidumbre. "Económicamente se complica pero hay que cuidarse y cumplir con la cuarentena", expone el propietario del salón de eventos tras señalar que tenían muchas reservas comprometidas.
"Este fin de semana tenía un casamiento y suspendieron todo. El otro finde un cumple de 80 años... Obviamente tenemos todo suspendido y en abril tengo un cumple de 15 y la madre no sabe qué va a pasar", grafica, dando cuenta de que no hay certezas ni es posible determinar cuánto se extenderá esta situación.
"No hay solución. Lo único que nos queda es tomar conciencia, quedarse en casa y esperemos que esto se revierta. Las reuniones se cancelaron. No hay mucho para rever. Hay que tomar conciencia", apunta Francisco Olmos.
El dueño de XAVIA referencia que ya el 14 de marzo tuvieron la primera fiesta cancelada y a partir de ahí "se canceló el 21, 28 de marzo; el 4, 11, 18 y 25 de abril, en mayo también y en junio se está viendo qué se va a hacer".
En su caso, como en el de la mayoría, "vivimos de esto, somos una familia que vive de esto y se nos complica muchísimo" pero "estamos todos iguales". Es que detrás de una fiesta, hay un efecto dominó que comprende al salón alquilado, el servicio de gastronomía, la decoración, el sonido y la fotografía, entre otros tantos servicios anexos.
"Hay gente que cancela la fiesta pero si reprograma para noviembre, por ejemplo, ya tenemos fechas tomadas y hay gente que puede y otra que no. Yo estoy libre pero el DJ no o al revés. En todo aspecto se complica. Es muy grave porque no tenemos otro ingreso. No sabés cómo manejarte con el dinero... Se te cortan los pagos y es una cadena", describe con preocupación.
Mientras tanto, solo queda "tomar conciencia, quedarse en casa y esperar. No hay otra solución para que esto se frene y luego siga todo normalmente. No veo otra", se lamenta finalmente Francisco Olmos.