En su área trabajan seis profesionales coordinados por un responsable. En el servicio cuentan con un parque grande de equipos médicos y de última tecnología, tan importante que poseen equipos para reemplazar inmediatamente algún otro que sufra un desperfecto. Pero hasta el centro de salud más preparado se vio transformado por la pandemia.

Dinámica nueva

El primer cambio que afectó su servicio fue la redistribución del horario de trabajo y espacios: no pueden trabajar más de dos personas por turno para disminuir el riesgo sanitario. También los ritmos. Ya no queda el equipo en el taller para reparar eventualmente, dado que hay otro que lo puede reemplazar. Ahora el tiempo apremia y la demanda es directa. "Antes de la pandemia se trabajaba más sobre lo preventivo que sobre lo correctivo, acá es estar a disposición de lo que ocurra en el momento, priorizando lo urgente", expresó Ivo Ikasovic.

Como el Sanatorio Los Arcos forma parte de una red de media decena de centros de salud pertenecientes a Swiss Medical en la ciudad más poblada de la Argentina, tener stock de recursos tecnológicos es clave. Por eso trabajan con el software SAP, que registra cada gestión. Esta herramienta le permite al área de Ingeniería Clínica, donde trabaja el graduado de la Facultad de Ingeniería de Olavarría (FIO) dependiente de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Unicén), identificar inmediatamente la urgencia del servicio "Nos llaman, vamos y lo hacemos", afirma. Incluso utilizan el programa para hacer proyecciones de compra de insumos en base a los utilizados el año en curso.

La situación también exigió la creación de nuevos espacios de terapia, y transformó en las relaciones laborales. "Tuvimos que armar centrales de monitorización de parámetros vitales para que los médicos no entren tanto a las habitaciones, aspectos que abordamos a pedido de las distintas áreas", comentó el joven profesional oriundo de Hinojo. Esto llevó a entablar relaciones más directas y personales con especialistas médicos, como fue el caso de kinesiólogos y médicos de terapia intensiva, previamente menos frecuentes. "Como se trabajaba con disponibilidad de equipos había tiempo para reparaciones. Ahora se trata de planificar la ubicación de respiradores en áreas estratégicas, qué tipo de respiradores es el indicado para cuál terapia, por eso creció el trato con esos profesionales", contó.

Aprovechar experiencias

de otros países

En la Facultad de Ingeniería de la Unicén, Ivo Ikasovic estudió Tecnicatura en Electromedicina y luego Licenciatura en Tecnología Médica, esta carrera ya como trabajador del sanatorio, adonde llegó a través de una convocatoria laboral. Para concluir su formación de licenciado desarrolló una tesis sobre gestión médica en la pandemia del Covid-19. El objetivo era hacer un análisis basado en experiencias de los países en los que el virus llegó antes. "La experiencia de la ingeniería aplicada a las clínicas. Esto me permitió tener un puntapié de cómo iba a ser el panorama acá", sostuvo Ikasovic.

"Como el tema era muy nuevo, la información no circulaba en formato paper como suele hacerse, sino en charlas y jornadas virtuales organizadas por la Sociedad Argentina de Bioingeniería", contó sobre el proceso. "Fueron muy ricas en contenido para afrontar y aplicar consejos en las clínicas. En su momento tomamos algunas recomendaciones de estos países pero no llegamos a las situaciones límites como España o Italia por ejemplo, en una primera instancia", aclaró. "Personalmente creo que laboral y profesionalmente crecí mucho", agregó. En relación a la formación, aseguró que fue muy completa permitiéndole desenvolverse sin inconvenientes, y cree que esta realidad revaloriza mucho más a la carrera.

El sanatorio pudo invertir en una gran cantidad de camas y respiradores, "nos preparamos", y la segunda ola llegó. "Ahora estamos viendo una realidad más parecida a la que se escuchaba de estos países. El año pasado, nosotros no llegamos a ese colapso al que ellos llegaron. Adquirimos muchos equipos para terapia intensiva aunque no le llegamos a dar el uso que teníamos previsto. Pero este año estamos llegando a un punto más crítico", confesó. En su tesis, defendida en abril de este año, el flamante licenciado expuso que se prepararon para lo peor, "pero lo peor al final no llegó. Ahora sí", sentenció.

La pandemia dejó en claro, más que nunca, que "es impensable no contar con áreas de gestión hospitalarias, aunque ocurre. Los proveedores nos hablan sobre centros de salud en el interior del país que tal vez tienen equipos fuera de servicio por cuestiones simples de resolver, que a falta de personal calificado para reparar o revisarlos quedan parados por semanas", ejemplificó.

Entre las conclusiones de esta experiencia académica, el profesional destacó la capacidad de adaptación y preparación del área. "El trabajo interdisciplinario abrió mucho la discusión con otros sectores, y la verdad es que sirvió para evitar el colapso. Nos pudimos preparar", expresó. (Punto FIO)