Este hijo de panaderos nacido el 9 de diciembre de 1923 comenzó a ejercer en 1940 el oficio de sus padres en el departamento natal de la Yonne, al sureste de París.

Después de la Guerra se traslada a París para trabajar como panadero hasta 1954.

A los 30 años, dirige el hotel y café La Bourgogne, propiedad de su suegra, en la calle Saint-Louis-en-l‘île.

Fue allí donde comenzó a fabricar sus deliciosos helados con productos de alta calidad: leche, huevos, crema, que compra en el mercado por las mañanas. Berthillon vuelve a lanzar en Francia la moda del sorbete, un producto practicado en Italia desde la época de los romanos.

En 1961 la guía Gault et Millau menciona a "este asombroso fabricante de helados que se esconde en un bar de la isla San Luis", y años después un asiduo cliente de peso, el presidente Georges Pompidou, que vivía en la isla, contribuye a su reputación.

La Heladería Berthillon tiene la reputación de tener los mejores helados de París.

Berthillon es a la vez una marca y un lugar en el que se pueden degustar los helados que se encuentra en la encantadora isla de Saint-Louis, en el corazón de la ciudad.

La marca, en cambio, se encuentra en muchos lugares de la ciudad, tanto en cafeterías y restaurantes lujosos como en tiendas gourmet para comprar y llevar.

En verano, las colas delante de la tienda Berthillon acreditan su fama. Esta empresa familiar, que solo propone productos sin conservantes ni colorantes, pone cada año 70 sabores a disposición de los golosos.

La casa es tan exigente con la calidad de las frutas que solo se abastece en el mercado de Rungis. Elaborados a base de leche, nata, azúcar, huevos frescos y aromas naturales, los deliciosos helados de este establecimiento hacen felices a los parisinos y los turistas en verano.

Por supuesto, se puede sentar en el salón de té para probar los clásicos de la casa: pera - caramelo, moka - tiramisú o mandarina - chocolate. También se puede encargar o llevarse helados en molde y otras delicias.

Los helados siguen suscitando el furor de los turistas, que hacen cola en los puestos de venta que se multiplicaron en los escaparates de casi todos los bares y restaurantes de la isla, aunque según sus detractores el éxito comercial supera el mérito propio de los helados.

Si se pasa por esta heladería podrá comprobar que siempre está llena de habitantes de París y de muchos turistas ya que es como otro atractivo más porque estos helados tienen fama en muchos países y es un aliciente más para ir a Francia. En las fechas donde el calor aprieta es muy recomendable y agradable tomar uno o más de estos helados ya que por un día salteándose la dieta no pasará nada además de que estos helados son saludables y naturales.

Si se quiere probar posiblemente uno de los mejores helados del mundo la cita es con esta heladería tan tradicional y con tantos años abierta adonde se llega fácilmente desde el metro por la línea 7 en la estación Pont Marie, línea 1 en la de Saint Paul y la 9 y 10 en la Cardinal Lemoine.

Conocida actualmente en el mundo entero, la casa Berthillon sigue siendo administrada por la familia de su fundador.