La noche olavarriense se fue modificando a medida que pasaron los años. Las décadas de grandes boliches quedaron muy atrás, y otros lugares fueron ganando terreno. Pero el impacto más fuerte de estos cambios, visible en este último tiempo, pasa por la restricción de horarios y las posibilidades para el público en los lugares bailables.

Las jornadas nocturnas se fueron reduciendo, o al menos eso marcan las horas. Hace un poco más de una década, una persona podía entrar libremente a bares, boliches o pubs, e irse al cierre del lugar. Sin embargo, por una normativa de la Ley Provincial 14.050 todo cambió: en los locales bailables, confiterías bailables, discotecas, discos, salas y salones de baile, lugares cerrados y al aire libre, las 2 de la madrugada es el tope de ingreso de gente y a las 5.30 deben cerrar sus puertas. Esto entró en vigencia hace un tiempo y trajo sus consecuencias.

Un mapeo de la noche local trae un escenario indiscutible: la presencia de una gran cantidad de personas que quedan afuera de los lugares bailables. Las causas son dos, o que se relacionan y forman una: el horario estipulado para el ingreso posibilita la concentración temprana de público y, de esta forma, la capacidad del lugar se ve rápidamente completa. Así, muchos no logran ingresar en el marco de esta realidad que subyace a cada fin de semana en Olavarría.

En este contexto, dueños de los lugares bailables sacaron sus conclusiones, mencionando ventajas y desventajas de la ley vigente y explicando cómo fue la adaptación a la normativa que se aplica recientemente -aproximadamente un año-.

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