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Las elecciones son verdaderos clásicos, como ocurre en el fútbol, con dos contendientes competitivos y los otros deben conformarse con menos de diez puntos y luego perderlos posiblemente cuando lleguen las generales y la gente opte por un "voto útil".

De entrada, poco antes de las 18, llovían las encuestas de boca de urna con un supuesto triunfo del FDT por unos 6 ó 7 puntos, pero el resultado oficial comenzó a ser otro y la diferencia era de unos cinco puntos pero de Juntos por sobre Todos y con el 67 por ciento de las mesas escrutadas. Al mismo tiempo, Diego Santilli confirmó su supremacía sobre su competidor interno, Facundo Manes, pero se comprometían a seguir juntos hasta noviembre.

Esta Primaria tenía eso de especial, la interna entre Diego Santilli y Facundo Manes, o esa disputa de poder interno en Juntos por el Cambio entre el macrismo y sus aliados y el radicalismo y los suyos.

En la Séptima, con el 85 por ciento de las mesas escrutadas, Dar el Paso y Juntos, esto es Manes y Santilli casi empataban en la Sección más pequeña de la Provincia. Con el 90% de las mesas escrutadas, Manes le llevaba a Santilli casi cuatro puntos y no se sabía aún si en noviembre el oficialismo podría sumar un senador.

El neurólogo era la sorpresa de la política nacional, pero detrás de la interna estaba la grieta, y sigue estando. Es decir, el electorado elegiría a quien representara al rival más claro contra el kirchnerismo que es siempre para Juntos por el cambio el adversario a vencer.

El mismo escenario se daba a nivel provincial. El peronista del PRO, representante de Horacio Rodríguez Larreta estaba ganando en la Provincia y le daba la razón al Jefe de la CABA por su estrategia de llevarla a María Eugenia Vidal a la Ciudad y enviar a Santilli a pelear en el Conurbano. Se llegó a decir que "Vidal arrasaba en Capital", pero luego pudo más la mesura y se conformaron con decir que "se había ganado con comodidad".

En todo el país hacen los cálculos para sacar conclusiones de qué cuota de poder le quedaba a Cristina Kirchner y cuánto estaba perdiendo. A las 20 ya se adelantaba que la Vicepresidente perdía siete bancas de las 43 en el Senado y se la consideraba "la gran perdedora".

Los mismos números se hacían en la Séptima puesto que el oficialismo necesitaba equilibrar el poder que hoy tiene Juntos por el Cambio. La diferencia es hoy de 6 bancas y el FDT pretendía sumar una de la Séptima, una de la Cuarta y una de la Primera.

En general, y como se venía adelantando durante las dos últimas semanas, el Gobierno se jugaba a que esta elección fuese un plebiscito, es decir, salir aprobado aunque sea por un voto. Pero a nivel nacional, ayer a las 20,30, Juntos por el Cambio ya se adjudicaba un triunfo nacional y sostenían que la diferencia en la provincia de Buenos Aires "también es fácilmente remontable", decían, pero hasta ese momento no sabían que dos horas más tarde estarían aventajando al kirchnerismo por unos cinco puntos. Los datos extraoficiales que circulaban quedaron como una especie de operación que muy pronto fue desmantelada.

En el Interior del país, Juntos aumentaba la diferencia. En Córdoba, Mendoza, Santa Fe la oposición mostró su poderío y a confirmar una vez más su presencia, y en esa zona del país también se jugará la reelección de Alberto Fernández. El Gobierno se olvida de esas provincias y que allí también se vota.

Pero solo sufragó el 70 por ciento -que tampoco es un número malo- y todavía faltan los votos de mucha gente que esta vez optó por quedar afuera.

Manes anticipaba ayer que "vamos a trabajar juntos con Diego (Santilli)", y habló también de conservar las diferencias, y tranquilizaba a los ganadores de la interna comprometiéndose a la unidad. En síntesis, la elección fue sorpresiva y un mal paso para el Gobierno que ahora tendrá que replantear muchas cosas. La sociedad dio su palabra y no les queda otra alternativa que escuchar el mensaje.

Lo seccional

Las primeras señales de la región ya se habían dado en Azul por ejemplo, en donde el radicalismo, con un 40 por ciento de las mesas escrutadas, la lista radical, con Manes de referencia aventajaba a la de Santilli con Vieyra a la cabeza.

Lo cierto es que una vez más los encuestadores volvieron a fracasar y los datos reales no estuvieron ni cerca de lo que vaticinaban los sondeos.

La figura de Facundo Manes logró eclipsar a la de Florencio Randazzo y un outsiders como Javier Milei, de la antipolítica, reunió unos diez puntos en Capital pero todavía no están confirmados. habría que esperar qué es lo que pasa en noviembre con este economista tan opuesto a los políticos para ver si la tendencia es más sólida.

Azul mostraba una hegemonía clara de JxC con el 47 por ciento de los votos contra 21 por ciento del FDT sobre los primeros 20 mil contados lo que sorprendía a todo el mundo.

Luego comenzaron a publicarse los ansiados datos. En la Provincia, los datos verdadros desmentían absolutamente los bocas de urna y le daban a Juntos unos 5 puntos de ventaja por sobre Todos. En la Séptima, Juntos por el Cambio, sumaba algo más del 51 por ciento y el Frente de Todos no llegaba al piso, con el 30,40, para poder meter un senador. Es cierto, todavía faltaban mesas para escrutar, un 8 por ciento y no se vislumbraban cambios importantes en los resultados. Se conjeturó que los votos del randazzismo podrían ir en ayuda de Bucca pero con las fuertes declaraciones de Randazzo contra su ex compañero de ruta y la aversión que el ex ministro del Interior siente sobre la Vicepresidente, sería inimaginable que el bolivarense pudiese soñar con esos votos.