La economía en llamas, los salarios agonizan, la CGT duerme y la política se va desperezando
Los números son escalofriantes pero la dirigencia argentina sigue confiando en la magia. La central obrera amenaza porque se le viene una amenaza gremial. El Intendente y una nueva conformación interna. La gestión y las ansiadas viviendas. ¿Franco Cominotto candidato? Los nombres del FDT para ir por un senador. ¿Habrá Primarias? La estrategia del Gobierno para suspenderlas.
El problema central parece ser económico pero el gobierno intenta una resolución hasta las Paso de septiembre (la intención sería suspenderlas creando terror con la Tercera Ola) emitiendo pesos con lo cual le sube el valor del dólar paralelo que es el que determina el valor de la mesa de los argentinos.
El resultado es que sobran pesos y faltan dólares, y eso es lo que hace subir el valor del blue, lo que significará un golpe más al salario y a las jubilaciones.
Mientras tanto, la inflación, ese cáncer del país, le permite al gobierno ir licuando el gasto fiscal, total, que la paguen luego los que tienen ingresos fijos.
Entonces ¿en dónde está la característica de "popular" que el Gobierno dice tener? Su política económica es absolutamente conservadora y neoliberal, y solo los fanáticos, necios o quienes cobran del oficialismo no lo ven.
El blue, entonces, subió 20 pesos en apenas 10 días y esa suba se reflejará en las góndolas y en la mesa de los argentinos.
Por otro lado, el Banco Central emitió una circular por la cual le impide a los bancos repartir dividendos, lo que es un indicativo de la crisis pero también grafica palmariamente que las entidades financieras se encuentran absolutamente intervenidas, algo contraproducente para generar inversiones.
En concurrencia con esto, el MSCI (Morgan Stanley Capital Investment por sus siglas en inglés) es una firma proveedora de cerca de 100.000 índices diarios sobre acciones, bonos y hedge funds a nivel mundial, desde hace más de 35 años, le bajó la calificación a la Argentina y la mandaron ya no a la B sino a la D, en lenguaje futbolero, junto con Zimbawe, Bulgaria, Palestina y otras naciones no confiables incluidas en la categoría denominada standalone. Esto configura un claro mensaje a los inversores y reduce entonces la compra de bonos argentinos salvo que paguen enormes tasas y además le sube el riesgo país. Son datos que parecen lejos del pueblo pero a la corta o a la larga se reflejarán en la economía general y en lo que se denomina la mesa de los argentinos. Argentina es, por lo tanto, un país quebrado y como cualquier persona en esa situación, solo puede conseguir plata de los usureros.
La economía de hoy es un descontrol pero al gobierno le sigue conviniendo la inflación porque con ella licúa los pasivos a costa de los salarios de los trabajadores. Y, como bien se sabe, mientras los sueldos suben por la escalera, los precios suben por el ascensor.
La CGT en el limbo
Mientras tanto, la CGT como representante genuina de los trabajadores, duerme el sueño de los injustos o disfruta de los beneficios de compartir el poder.
El trabajo en negro llega hoy al 50 por ciento y los salarios han perdido entre un 20 y un 30 por ciento de su poder adquisitivo en apenas un año. Pero la CGT duerme como durmió siempre que el peronismo ejerció el poder. Si lo sabrá Alfonsín que les tuvo que soportar 14 paros generales solo porque al Presidente se le ocurrió democratizar los gremios.
Ahora reclamó reabrir las paritarias. La movilización de la izquierda de hace unos días que juntó unos 60 mil militantes en la avenida 9 de Julio le hizo repensar su estrategia política, no vaya a ser que la inacción cegetista promueva una participación de los militantes de izquierda en las internas de los sindicatos como pasó en muchos países del mundo.
Es que la política, como la Naturaleza, le tiene horror al vacío, y el hueco que está dejando el sindicalismo peronista lo va a terminar ocupando el sector más radicalizado. Y como muchas veces se aprende con el escarmiento, la CGT decidió despertarse de su sueño oficialista para hacer un gesto crítico frente a la caída estrepitosa de los salarios. ¿Será solo un gesto, nada más? El tiempo y la calle lo dirá.
Porque hoy por hoy, no solo la central obrera está cooptada por el poder, también lo están los movimientos que se dicen sociales, y eso es lo que le está preocupando al Gobierno, esto es, que la izquierda les gane la calle a todos los que giran alrededor del oficialismo como un verdadero sistema satelital de la galaxia oportunista.
Lo que faltaba
Y, como cereza de este postre de la injusticia, el FMI le pedirá al Gobierno que aplique una devaluación de entre el 30 y el 35 por ciento para achicar la brecha cambiaria, lo que se convertirá en otro latigazo al poder adquisitivo de los salarios. Total, el Gobierno continuará emitiendo billetes vacíos con los que aumentará un poco los planes sociales mientras hace añicos los sueldos de los trabajadores. Y el país, como lo hemos dicho en esta columna, acabará siendo una sociedad aplanada, de abejas, que ha sufrido el paso de una guillotina horizontal.
Entonces, la clase media y media-baja quedará solo en el recuerdo y lo que antes eran ciudadanos terminarán siendo clientes del poder capaces de renovarles el voto a cambio de algo. Y el voto instrumental, basado en el toma y daca electoral, quedará absolutamente consumado. Y el pretendido progresismo será solo eso, una pretensión o un relato vacío de contenido.
Peronismo por dos
En medio de un escenario extraño en el que el Presidente chicanea con la falta de la segunda dosis de la Sputnik V, y con las elecciones a la vuelta de la esquina, Germán Aramburu se animó a confirmar su lejanía de La Cámpora y su acercamiento con el randazzismo. Ya habría estado reunido con el ex ministro del Interior y estaría pensando en armar algo en Olavarría y habría una pulseada o acuerdo, según como se la mire, con el POT por la representación de esa tercera vía.
El concejal de Renovación Peronista sería uno de los que presentarían un amparo contra la ley que prohíbe la reelección indefinida en todos los cargos políticos vigente en la Provincia, pero todavía no tiene un espacio para luchar nuevamente por una banca, salvo que logre armar una lista randazzista.
El Frente de Todos quiere aportar un senador de los tres que le faltan para tener mayoría en el Senado, y lo intentarían con los nombres que servirían además para la lista local como Maximiliano Wesner, con Federico Aguilera o Mercedes Landívar, y Ramiro Borzi, mientras ya estaría definido que Guillermo Santellán encabezaría la lista distrital que también podría incluir al titular de la Anses. Aunque alguien importante del "palo" como se suele decir, se animó en un acto, aunque por lo bajo, a poner en duda el nombre del mercantil.
Por ahí anda también un comerciante local con muchas ganas de meterse en política pero aún no lo decidió y no ha definido aún la identidad con la cual probaría suerte. Por ahora se inclina por lo gremial en donde encontró su zona de confort y a la vez una posible rampa de lanzamiento.
El eseverrismo ya está dentro del FDT a través de José Eseverri y Katopodis como referencia. Pero también José mantiene buenas relaciones con Sergio Massa y, a través de él, con Máximo Kirchner, que se mueve con el tigrense en una simbiosis absoluta, tanto que se animaron a pincharle el proyecto de la reforma del sistema de Salud a Cristina.
Ambos buscan consolidar un espacio moderado dentro del FDT que debió ocupar Alberto Fernández, pero el Presidente, con sus declaraciones y sus chicanas, ya es un personaje disruptivo y representa uno de los extremos de la polarización. Pero, mientras tanto, el Gobierno busca generar terror con una Tercera Ola para suspender las PASO.
¿Diplomacia o pandilla?
Como dato político o simbólico, el Gobierno se obstina en no querer ver las violaciones a los derechos humanos en Venezuela o Nicaragua, por ejemplo, pese a que Amnistía le reclama una posición contundente contra el régimen de Nicolás Maduro en materia de represión.
Con esa posición tan sesgada defendió al general César Milani o a quien fuese su amigo, sea un represor o un asesino. No importa, lo que parece importar es si es no su aliado o amigo. Una mentalidad de pandilla, carente de toda ética, tal como lo describió el psicoanalista Oscar Massota cuando analiza maravillosamente la mentalidad pandillera de Silvio Astier, aquel personaje de Roberto Arlt en "El juguete rabioso".
El libro de Massota, absolutamente imperdible, contiene un estudio de la mentalidad de pandilla en la que la complicidad incondicional, con la traición y el delito incluidos, sustituye la amistad verdadera, la que se va construyendo en el marco de la ética y los valores.
En estos casos, el Gobierno plasma una política internacional sujeta a una relación pandillezca en la que se antepone la complicidad, sea con Maduro, Ortega, Putin o algún represor similar, por sobre los valores universales.
La paradoja es que este extraño compincherismo se da con gobiernos que las van de progres y son extremadamente fascistas, y que aplican un fascismo de manual. Tal vez ese sea el modelo que anhelan, y lo oponen a la república con las instituciones liberales.
Si bien es un paradigma bastante extendido en varios espacios, esa afinidad con los "medio progres y medio fachos" se los suele ver en algunos grupos K que no han logrado acomodar sus ideas reformistas a un sistema republicano y democrático. La Vice suele incurrir en esa distorsión que traslada luego a la diplomacia y terminan respaldando a gobiernos antirrepublicanos, antidemocráticos y represivos.
Internas y volantazos
Después del encuentro local con los 18 intendentes y presidida por el Jefe de la Ciudad y candidato a presidente en 2023, Horacio Rodríguez Larreta, existen algunos miembros del espacio que están convencidos de que "Ezequiel (Galli) debería dar un volantazo y militar claramente al lado de Larreta si es que no quiere perder el tren".
Es que el Jefe de la CABA y Jorge Macri no hoy combinables y hasta podrían ser adversarios en la interna bonaerense que cada vez se pone más complicada después que María Eugenia Vidal decidiera jugar en la Capital y no en la Provincia. Eso es asunto cerrado como también la interna con Patricia Bullrich, una líder a quien también se la podría incluir dentro de esa categoría extraña y contradictoria, pero afín al pensamiento nacional, de inclinarse por dirigentes "medio progres y medio fachos", aunque "la piba" como la calificaba peyorativamente y con cierta impotencia Hugo Moyano, ha sabido adaptarse al paradigma republicano y a las instituciones liberales. Por ello, la interna en Capital todavía tiene un resultado incierto.
"Ezequiel debe dar un volantazo", opinan algunos, es decir, desmarcarse un poco de Jorge Macri, quien cuenta con el peso de portar un apellido dificil de entrar en el electorado del Conurbano. En lo local no le modifica nada estar en uno o en otro lugar, pero sí hacia arriba que es donde se deciden listas y otras cosas de la estructura.
En tanto, el Intendente lanzó el plan de 40 viviendas con algunos requisitos en cuanto a los ingresos de los inscriptos que hoy por hoy, con la desocupación y el trabajo en negro, habría dificultades para poder cumplirlos.
Es muy bueno que la gestión municipal se involucre con el tema vivienda, pero también es cierto que, por los niveles salariales que rigen, por ahí habría que contemplar alguna flexibilización con los requisitos exigidos.
Pero el Pro y esta alianza de Ezequiel con Azul todavía no cerró con el radicalismo que también va por un lugar entrable en la Séptima. Alejandro Celillo quiere el segundo lugar de la lista porque piensa que el tercero está dudoso y se lo podría llevar el FDT. Además se sienten fuertes después de la interna y más aún cuando piensan que a la hora de decidir Olavarría y Azul, como distritos grandes, serán decisivos. "Y ahí estamos muy fuertes", sostienen.
Y aquí lo inesperado. Tanto en la Séptima como en el distrito suena mucho el nombre de Franco Cominotto, el líder del radicalismo local y con muy buenas relaciones hacia arriba tanto por su vínculo con Martín Lousteau, con Gustavo Posse y con el comité Provincia. Franco podría ser o uno de los tres primeros de la lista seccional o el primer candidato a concejal en una Paso. Probablemente sea esto último.
Además, el radicalismo pretende cambiar el sistema de reparto de cargos en las listas y reclamará la aplicación del sistema D’Hont en todos los niveles, lo que aún perdiendo, les propiciaría algunos lugares más en la conformación definitiva.