Bernardo Iribarne, Agustín Sánchez Savi, Melissa Andes, Martina Gernetti, Valentina Mondragón, Luciano Masson, María Dolores González y Delfina Bautista Lestelle –que inclusive algunos de ellos no se conocían entre ellos- viajaron a Inglaterra en el marco de un programa que tiene una institución capitalina, que lleva desde la Argentina al Reino Unido a alumnos de nuestro país que estudian. Viajaron, obviamente, acompañados por la profesora Gabriela Soledad Reyes, quien fue acompañada por su mamá Silvia Pérez de Albéniz –quien colabora con ella diariamente en el Instituto Kings- y la mamá de Martina, Alejandra Bermúdez.

Fueron dos semanas inolvidables. De eso no quedaron dudas. Para todos. Para los chicos fundamentalmente que vivieron una experiencia única y espectacular, conviviendo en una residencia universitaria con chicos de distintos países y de otras culturas, como rusos o chinos, por ejemplo. Y eso es algo que hay que aprovechar porque permite crecer como personas, crecer interiormente, aprender, conocer cómo viven y cómo son en otras latitudes del mundo. En definitiva, es incorporar cultura. Una cultura que hoy por hoy nos falta por estas latitudes y que, por tal motivo, hace que sigamos atrasados respecto del mundo, que no crezcamos como sociedad y que no miremos más allá de la punta de la nariz. Por eso, viajar y conocer otras culturas, hace que crezcamos como personas, y eso tiene un valor enorme que hay que aprovechar.

Bernardo, Agustín, Luciano, Martina y Valentina pertenecen al Instituto Kings, de Gabriela Reyes (en inglés, la traducción del nombre del establecimiento que enseña inglés es, precisamente, "reyes"). En tanto que Delfina, Dolores y Melissa son de otro instituto. No se conocían entre ellos, más allá que son todos olavarrienses.

Y en Londres vivieron, todos juntos y separados por momentos, de esta experiencia única. Gabriela, como directora del Instituto, fue la líder, por supuesto, respaldada por su madre Silvia (fue la "fotógrafa" oficial) y Alejandra Bermúdez, la mamá de Martina, una de las alumnas "del Kings" que –hay que mencionar- sufre una dificultad que no le impidió, en absoluto, disfrutar este viaje: se traslada en silla de ruedas:

¿Cómo nació todo esto?. Gabriela lo cuenta así: "esta propuesta la trajo desde Buenos Aires la empresa MLG Servicios en Idioma. Se comunicaron conmigo hace un año aproximadamente; enseguida armamos una reunión de padres y presentamos la propuesta, y en diciembre confirmamos. A MLG les llamó la atención la forma de trabajar del Instituto; tiene experiencia, alrededor de diez años, en estos viajes, y son profesores de inglés especializados en viajes educativos. A nosotros, primeramente, nos sorprendió. Pero confiamos".

"El viaje permite que los chicos hagan un curso de inglés y, además, hacen actividades sociales. Paramos en una residencia universitaria en Greenwich (Daniel Defoe) y dentro de esas actividades tenían clase por la mañana y por la tarde distintas actividades, y otros días era al revés, y dos días de clase completa en ambos turnos", agregó la profesora.

"Viajamos el 14 julio y regresamos el domingo 29. Las vacaciones de invierno las pasamos allá, con un calor increíble porque coincidió con la ola de calor en Europa. Teníamos una rutina fija, que fue cambiando de una semana a la otra respecto de los horarios. Desayunábamos a las 7.30, almorzábamos a las 12.30 y cenábamos a las 18. Los chicos tenían que cumplimentar 30 horas de clases de inglés y trajeron el certificado correspondiente que demostraba el nivel que habían tenido en Inglaterra. Fue estudio y paseo, en realidad. El primer día fue puramente turístico, salimos a pasear por el centro de Londres, y visitamos el Museo de Cera y el Ojo de Londres; el segundo día fue el examen de nivelación y a partir del tercer día se mezclaron las actividades académicas y sociales", agregó Gabriela.

"En la residencia convivieron con chicos de otros países; había asiáticos, turcos, italianos, israelitas, todos dentro del mismo programa, así que compartían comidas y las clases. Todos eran chicos de entre 12 y 17 años. La empresa proveyó hospedaje, comida, transporte interno (trenes y subte) y la mayoría de las actividades. Lo que no cubría eran algunas excursiones que tenían un costo extra, pero los padres ya sabían que eso era así. También la empresa puso managers que manejaban la residencia, otros estaban con las excursiones por ejemplo, y yo era la líder de este grupo. Los tres varones hicieron una visita a Wimbledon, que no estaba dentro del programa inicial, pero pudieron ir porque hubo un día en que tenían tiempo libre. Y todo estuvo muy bien preparado; Martina con la silla de ruedas no tuvo ningún problema; es más, ella quería quedarse a vivir allá. Vimos Buckingham por dentro (luego por afuera) y parece que todo lo que fue creado en 1500 sigue igual, con limpieza, orden y seguridad. También fuimos a Cambridge, Brighton y al parque olímpico, un día antes de jugarse en Inglaterra el Mundial de hockey, y tuvimos la fortuna de cruzarnos con la selección de Holanda que justo estaba por entrenarse y nos tomamos una foto con las jugadoras. Y pudimos aprovechar para ir a la playa –no hay arena, sino piedra-, y Luciano se metió al mar aunque el agua estaba fría. Y en la residencia, cada uno tenía su habitación", siguió contando Gabriela Reyes.

"Además, la empresa organizadora proveía de material a los chicos, como cuadernillos, y las sedes adonde concurrían cada día a estudiar o a participar de las clases quedaban cerca de la residencia universitaria. Ellos mismos iban viendo sus progresos, que se destacaban, así que la evaluación era permanente. Se levantaban solos (vivían en un edificio de 10 pisos) y el comedor era para 200 personas y allí estaban chicos de todas las nacionalidades. Había otros seis grupos de la Argentina, porque también fueron desde Concordia, Gualeguaychú, Calafate, San Pedro, Rosario y Lanús" siguió contando Gabriela, para resaltar que además del estudio, que fue sumamente exigente y de excelente nivel, hubo otras actividades como deportes, juegos, pintura. "Y una noche fuimos a ver el centro de Londres, y al parque olímpico. También se hizo el llamado "Show del Talento" y la ganadora fue Delfina (Bautista Lestelle), que cantó un par de temas y lo hizo hermoso, y ganó con una canción de Adele".

Por supuesto, los chicos también tenían que dar su opinión (un par de ellas no quisieron hablar), pero valía la pena saber qué sintieron y qué vivieron en estas dos semanas en Londres. Y esto dijeron:

Agustín Sánchez Savi: "Fue una gran experiencia. Creo que lo más importante fue la relación que tuvimos con personas de otros países, se crearon nuevas amistades, y fundamentalmente agilizar el lenguaje, comunicarse en inglés para hacer todo, desde pedir la comida hasta para preguntar dónde era la próxima estación del subte. Sirvió un montón para entenderlo y hablarlo, fue buena la experiencia de la vida cotidiana, no sólo lo teórico".

Bernardo Iribarne: "Me gustó muchísimo; todo fue muy bueno, y además estuvo excelente eso de mezclar distintas actividades y estudiar. También conocer nuevos amigos. Lo que más me impactó fue estar en Buckingham y visitar Wimbledon".

Martina Gernetti: "Me gustaron las calles, están antiguas, tienen historia. Es que a mí me gusta la historia de reyes y reinas. Fui al Museo de Historia en Kensington. Y no tubre problemas con la silla de ruedas (acá, Gabriela destacó a la mamá de Martina para que su hija viviera esta experiencia así como la solidaridad de los compañeros, como grupo fundamentalmente, y "particularmente para movilizarnos con Martina en su silla"). Me gustaría volver por todo lo que vi; es andar por esas calles y pensar que otras personas importantes pasaron por ahí. Construcciones que hacen recordar el momento victoriano. Hice amigas de otras nacionalidades, como Chiara (italiana)".

Luciano Masson: "Fue una gran experiencia. Al ser el más chico del grupo pensé que me iban a dejar de lado, pero fue al revés. Tuve una gran contención del grupo, nos llevamos bien. La universidad me encantó y la ciudad hermosa toda. Fue una experiencia distinta, porque antes fui con la familia y allá hablaba sólo mi hermano en inglés, pero acá no me quedaba otra alternativa que hablar yo en inglés, pero me fue bien porque siempre me gustó el idioma. Resalto Wimbledon y el palacio de Buckingham, así como el Tower Bridge".

El análisis final, fue, lógicamente, para Gabriela Reyes, la profesora y directora del Instituto Kings, quien señaló que "la experiencia fue fructífera; me siento orgullosa de ver cómo se desenvolvieron en las distintas situaciones, interactuando con respeto entre ellos y con personas de otras partes del mundo. Viajaron en vacaciones y se adaptaron al programa con toda la cantidad de horarios que tenían para actividades; los chicos estuvieron predispuestos a todo, a contenerse, a respetar esos horarios, a ayudarse entre todos, e inclusive estaban preocupados por no llegar tarde a sus clases. Como profesora de inglés, hacer este viaje con alumnos es como un sueño que se concretó y fue la mejor parte. Está la posibilidad de volver con otro grupo en 2019, así que habrá reunión el próximo viernes con los padres de varios chicos, pero ahora hay una diferencia muy grande y es que ya tenemos la experiencia de lo que vivimos. Antes de ir a Londres había incertidumbre, aunque confiamos en la empresa y salió todo excelente. Y rescato la riqueza de compartir con otras profesoras de la Argentina y de otros países, y seguimos en contacto con de Concordia, Calafate y Gualeguaychú, y quedó pendiente hacer un reencuentro en la Argentina".