La estructura política se ha ido fragmentando en múltiples partidos que en tiempos electorales se unen y de alguna manera se ordenan como las moléculas del cristal, pero sin su transparencia.

A la polarización existente entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio ahora parece surgir una tercera vía liderada por un acuerdo entre Florencio Randazzo, Roberto Lavagna y posiblemente Juan Manuel Urtubey y Emilio Monzó que todavía no sabe si participar en una interna dentro de JxC o jugarse a una tercera opción junto con Randazzo.

Dependerá de si Vidal juega o no en la Provincia pues si lo hace, el líder del Partido del Diálogo se quedaría dentro. La decisión de Vidal también haría definir al radicalismo de Maxi Abad que ganó la interna provincial. "Si María Eugenia no juega, vamos sólos", apuntó una fuente del espacio.

Hoy por hoy, aquel Ministro del Interior busca hacerse de un piso electoral de un 10 por ciento como mínimo para lanzarse hacia la presidencia de la Nación en 2023. Intentará ocupar una tercera vía como la que parieron a Emmanuel Macron en Francia, por ejemplo, o quizás también Lacalle Pou en Uruguay aunque con algunas diferencias, valiéndose del hartazgo que la gente tiene por los desencuentros nacionales provocados por la eterna e infructuosa lucha entre izquierdas y derechas que solo quieren el ejercicio del poder y no producir las mejoras que necesita la gente.

Alguna vez lo intentó Sergio Massa, pero éste acabó siendo un aliado funcional a uno de los polos de esa bipolaridad que solo pretende su propio bienestar. Tanto es así que al tigrense, en acuerdo con la Vicepresidenta, se le atribuye la idea de atar las dietas de los legisladores nacionales al personal legislativo de planta estableciendo un sistema, similar al que rige en el HCD local. De esa manera, la gente ni se entera cuándo los legisladores de cualquier nivel se suben sus salarios.