San Lucas en su evangelio Cap. 2:7 nos narra que no había lugar para ellos en el Mesón. Cuesta imaginarnos a la distancia el cuadro, el más grande de la historia sin dudas, sin un lugar digno donde nacer. ¿Habrá querido Dios dejarnos ejemplo? Sí creo que sí, ¡sin lugar a dudas! Todo lo que rodea el nacimiento del Señor Jesús deja lecciones indelebles en nuestros corazones.

Primeramente, ¿qué lugar le hemos dado nosotros a Jesús? ¿Qué tanto seguimos su ejemplo y enseñanzas? Los que celebramos su nacimiento, ¿le damos el debido lugar en nuestro diario vivir? Quiera Dios y nosotros, que le podamos dar un lugar en nuestros corazones primero y luego en nuestra mesa.

Lo segundo tiene que ver con la generosidad.

Navidad es entrega, regalo. Dios nos ha dado lo más preciado, su Hijo, dijo San Francisco de Asís: Es en dar, que recibimos. Cultivemos y practiquemos la generosidad en esta Navidad.

Fue un año difícil en lo sanitario y económico, muchas familias vieron disminuidos sus ingresos, otros quedaron sin empleo. Ayudemos a nuestro prójimo que seguramente tendrá dificultad en llevar un plato digno a su mesa y que la abundancia de unos supla la necesidad de otros, manifestando así el amor cristiano.

Asumamos el desafío planteado por Juan Bunyan: Uno no ha terminado el día hasta que no haya hecho algo por alguien que no podrá pagarlo de ningún modo.

Lo tercero es que la Navidad integra Reyes, pastores, ángeles, todos en torno al pesebre. Navidad es Paz y Unión, en medio de un clima social de grieta, crispación, violencia, etcétera. Nos sorprende la celebración del nacimiento de un niño, los representantes de Dios, los humildes, los poderosos, todos reunidos allí. Qué bueno sería que aprendamos a disentir sin agredir, a defender nuestras mas íntimas convicciones sin ofender, a construir en este tiempo "puentes y no murallas". La Navidad es eso también, los ángeles cantaban, paz a los hombres de buena voluntad.

Busquemos puntos de encuentro más allá de nuestras diferencias, creo ciertamente que hay comunes denominadores en todas las personas de bien.

Lo cuarto está asociado a la humildad y sencillez del pesebre. La Navidad no es materialismo ni consumismo, no es el delirio de la sociedad de consumo que no está feliz si no consume en exceso. Tampoco es un tiempo para la ostentación ni los lujos sino más bien un tiempo de reflexión y gratitud a Dios por su inmenso regalo, Jesús. Aprendamos en esta navidad la celebración de lo esencial, de lo no tangible, el encuentro, la paz, la felicidad, el ser amado, la familia, el amor.

Como síntesis de la Obra y Misión del Señor Jesús son elocuentes las palabras de Juan en su evangelio, Juan 3:16, porque de tal manera amo Dios al mundo que dio a su hijo, para que todo aquel que en el crea, no se pierda mas tenga vida eterna.

Quiero para finalizar expresar el lugar que tiene Cristo en mí, inspirado en las palabras del profeta Isaías 9:6 "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Es a quien más admiro. Mi consejero inseparable. El Padre que me sostiene. Quien guarda mi corazón en Paz.

Muy bendecida Navidad 2020, estimada ciudad de Olavarría.

Juan Esteban Rolón, pastor de la Iglesia Alianza Cristiana Misionera Argentina.