Daniel Lovano - dlovano@elpopular.com.ar

Pocos días atrás, una familia olavarriense que regresaba de pasar unos días de vacaciones en las playas de Necochea sufrió un accidente en la ruta que pudo haber traído consecuencias mucho más graves, y por fortuna no pasó de un susto grande, algunas chapas rotas y un desajuste inesperado en el presupuesto familiar.

Viajaban de noche, contra la voluntad del padre (ex funcionario municipal) que siempre hizo hincapié ante su hijo en la conveniencia de hacerlo de día porque no sólo la visibilidad es mejor, sino que permite reacciones mucho más rápidas ante una situación imprevista.

Como la que se dio en medio de la cerrada nocturnidad, que a una alta velocidad atropellaron a un animal de importantes dimensiones. 

Ninguno de los que por tradición podían llegar a cruzar la cinta asfáltica en esta parte del mundo.

Era un puma y, convertido en anécdota el accidente, surge un tema que ganó notoriedad en la pandemia: la cada vez más frecuente aparición en este punto del territorio bonaerense de grandes mamíferos, como los mismos pumas, carpinchos y jabalíes.

Flavio Maldonado, director del Bioparque La Máxima, es palabra más que autorizada para analizar lo que está sucediendo con la fauna nativa y exótica en la provincia de Buenos Aires.

"No soy un especialista en los procesos ecológicos de la fauna, pero sí puedo dar testimonio de lo que nosotros vamos recepcionando en el Parque La Máxima sobre cómo van cambiando las inquietudes de la gente. Tenés un espectro un poco más grande porque nos llueven esas inquietudes" aclaró.

Poco más de un lustro lleva en el cargo.

"Con respecto a los carpinchos, que son los se están viendo en el casco urbano o en la zona periurbana de Olavarría, hace seis años era una cosa impensada; ya durante todo el primer año de la pandemia empezamos a recibir fotos de carpinchos en Cerrito y Colón, después el Intendente viralizó otra imagen de un carpincho en el Balneario" recordó.

En otros paisajes acuáticos del partido también hay registros de esta especie tan común en la Mesopotamia.

"Tengo comentarios de unos chicos que haciendo canotaje siguieron a uno y lo fotografiaron en cercanías del Puente La Agraria y, recorriendo personalmente el Salto de Piedras con mi familia, pude constatar excrementos de carpinchos en grandes cantidades, específicamente detrás del puente de ferrocarril" puntualizó Maldonado.

"La presencia del animal está y de a poco se está haciendo más cercano a la urbanización y al ser humano" constató. Su velocidad de reproducción hace que la población sea cada vez más importante.

¿Cómo llegaron a Olavarría, teniendo desde tiempos inmemoriales la frontera de su hábitat en el Delta del Paraná?

"Conocemos diferentes teorías. Una de ellas es que vienen repoblando la Provincia desde el norte, subiendo por los cursos de agua; que empezaron por la costa y se fueron metiendo a través de ríos y arroyos. Es una especulación que me parece bastante lógica" analizó.

Maldonado añadió que hay poblaciones importantes de carpinchos en la zona de Reta, y más cerca en Azul.

"Empieza a haber señales que antes no había en la Provincia, como carteles que dicen 'Cuidado con los carpinchos' y accidentes cada vez más a menudo con un animal que pesa 30/40 kilos y termina rompiendo todo el auto" comentó.

Maldonado se refirió a la necesidad de aprender a convivir con especies nuevas y con especies que alguna vez poblaron estas regiones, se alejaron y parecen estar volviendo, como en el caso de los pumas.

"Hace una década hablar de un puma en la provincia de Buenos Aires era algo rarísimo y hoy tenemos una presencia muchísimo más habitual. Aunque nos entra la duda de si eso ocurre porque se masificó el uso de los celulares o porque están volviendo" se interrogó.

"Varios autores están hablando de que hay más presencia. Atropellar un puma, en una ruta, es señal de que puede haber otros ejemplares en la zona y es lo que estamos verificando. En el transcurso de 2019 y 2020 recibimos en el Bioparque La Máxima dos pumas de ambientes naturales, que no son liberables porque están en conflicto con el ser humano y la forma más fácil de solucionarlo -lamentablemente- es matarlos" reveló.

Este es otro dato de la relación entre la especie humana y otras especies del mundo animal: tradicionalmente la herramienta más habitual para laudar en esta disyuntiva en territorio bonaerense ha sido la carabina.

Por su parte el jabalí, tan vinculado deportivamente con la provincia de La Pampa, está en las puertas de Olavarría.

"Su presencia era muy esporádica y cada vez más personas nos llaman a La Máxima para avisarnos de que tienen jabalíes en sus campos, pero es una especie con la cual no trabajamos porque es exótica. Casi ningún Parque lo hace porque no tiene valor de conservación y es peligroso el manejo de un padrillo, más que son animales que no temen la presencia del hombre" aclaró.

La modificación del ambiente en La Pampa, el avance de la frontera agrícola y los incendios forestales los han corrido desde el sur bonaerense a toda la región pampeana.

"Conozco gente que los cazaba en Azul y ahora los está cazando cerca del enlace Néstor Kirchner, en una zona donde además hay presencia de lagartos overos, yararás, loros barranqueros. Hay registros en el camino que va de la Escuela 25 a Loma Negra y en el Arroyo San Jacinto, atrás de Calera Avellaneda" precisó Maldonado.

"En el Parque Nacional Iberá y en el Parque Nacional El Palmar los mantienen a rifle, porque provocan graves daños a la fauna y a la flora nativas. Hay planes de donar parte de la carne a los comedores y que parte se la lleve el cazador" apuntó.

Ante la eventualidad de un encuentro con cualquiera de estos tres grandes mamíferos, sobre todo en el ámbito rural, hay recomendaciones que van más allá del uso de un arma de fuego.

"El carpincho es inofensivo y los jabalíes lo máximo que pueden hacer es dañar los cultivos" explicó.

"Si hay un padrillo de jabalí o una hembra con crías lo más recomendable es alejarse" dijo

La Dirección de Fauna de Provincia es el teléfono a marcar ante la presencia de una especie nativa o exótica que se pueda considerar peligrosa. También para denunciar su cacería, cosa que en la provincia de Buenos Aires está prohibida.

"Hace un par de días nos llamó la directora de fauna de la Provincia para decirnos que tienen un puma rondando el caso urbano de Punta Alta; lo han visto con cámaras y vecinos. Nos pidieron colaboración y le sugerimos que capaciten a la gente del lugar, porque dentro de 5 años vamos a estar hablando de pumas en zonas urbanas" relató.

"El puma sólo ataca al ser humano para proteger a los cachorros, cuando está acorralado o herido o para defender a la presa de la que se está alimentando" marcó.

"En el caso de un encuentro con un puma nunca darle la espalda al animal, intentar parecer grande, caminar despacito y alejarse, y hasta se puede llegar a gritar para espantarlo, pero nunca intentar agarrarlo. Jamás se debe tratar de manipular a un animal silvestre, porque eso ocasionaría más riesgos que dejarlo ir" señaló.

Los grandes felinos no tienen como hábito atacar a los animales domésticos o las personas (tienden a evitarlos) si el ambiente en el que viven ofrece áreas suficientes y con recursos alimenticios. Por eso en lo posible se recomienda disminuir la cacería de sus presas naturales, como guanacos, liebres, vizcachas, mulitas, peludos.