Mandados y mensajerías, la otra cara de la crisis
El coronavirus, la cuarentena, el impacto negativo en la actividad económica ha llevado al mundo a una crisis que, los especialistas estiman, tendrá efectos devastadores superiores a los de la Gran Depresión de 1929.
La ya castigada economía argentina podría caer un 5% este año; unas 30 millones de personas perdieron su empleo en los Estados Unidos en el primer cuatrimestre del año; el PBI español caerá un 9,2% en 2020 (la mayor debacle en un siglo); la pandemia está provocando un shock sin precedentes en la economía italiana, con un desplome del 15%; parecido en la francesa.
Ayer mismo, en estas mismas páginas, comerciantes locales pedían una mayor flexibilidad en las restricciones de la cuarentena, que permita la reapertura de los rubros que permanecen cerrados desde mediados de marzo, con las medidas tomadas por los gobiernos municipal, provincial y nacional que impidieron una tragedia de consecuencias sanitarias aterradoras, con sólo repasar los que sucede no muy lejos de la Argentina.
Como contracara, en Olavarría el servicio de mensajería y mandados ha experimentado en este tiempo de cuarentena y encierro un crecimiento exponencial.
Todas las fuentes consultadas por EL POPULAR coinciden en que aumentaron un ciento por ciento en el volumen de servicios, y que han debido (por los menos) duplicar la cantidad de motos en la calle.
"Con los problemas laborales que hay por la cuarentena tenemos más competencia. Mucha gente que ha perdido su trabajo le puso una caja a su moto y salió a hacer mandados, entonces hoy en Olavarría andan cientos de motos trabajando en forma particular" repitieron los distintos propietarios de agencias.
"Nosotros tratamos de no abusar que en este momento están requiriendo mucho más nuestros servicios, y mantenemos los precios de marzo, porque sabemos lo que está sufriendo la economía de toda la gente" dijo el titular de Mateo Mandados.
"¿La cantidad de mandados? Uy sí, creció muchísimo; nosotros de cinco motos que venían trabajando ahora tenemos quince en la calle" precisó.
"Hacemos lo que se cruce. Mayormente farmacias, abuelos a los que sus hijos les mandan la comida, compras. Es el mejor momento de la agencia" celebró.
"Más allá de incorporar motos porque el trabajo ha crecido mucho, nosotros queremos darles una mano a muchos chicos que se han quedado sin trabajo por la cuarentena" señaló.
Mariano Navarro, dueño de La Rosa Mandados, advirtió que la preocupación ante el desabastecimiento hace que la gente priorice stockearse de mercadería: "De los supermercados nos piden yerba, arroz, fideos, aceite, leche y productos de limpieza, tenemos un límite de artículos para trasladar y la espera ronda los 30 minutos".
Desde bancos, farmacias, domicilios particulares y supermercados hasta casas de comida "hay una demanda impresionante, a veces no puedo contar con la cantidad de motos para responder a los pedidos".
"Al haber más demanda de trabajo necesitamos sumar más motos. Hoy contamos con cerca de 15 motos y hacemos unos trescientos mandados por día, cuando antes estábamos en ciento cincuenta o un poco más" comparó.
Para los rapipago prefiere no distraer a sus motomandados: "Ese trabajo lo hago yo, y tengo una persona de confianza. Se junta todo, unas treinta o cuarenta facturas, y se paga todo en un solo lugar".
"Yo congelé el mandado en 70 pesos, sea hasta el puente de la Ruta 226, la Calle 9, el terraplén o la avenida La Rioja" subrayó Navarro, que tiene su agencia en Aguilar y Rufino Fal.
"Indudablemente ha mejorado mucho nuestro trabajo, aunque también se ha complicado, porque ahora a todos los lugares que debemos ir hay que hacer cola, y el servicio se demora muchísimo" dijo Oscar, de Bless Mandados.
"Aumentó de tal modo el laburo que debimos tomar más motos por el nivel de demora que existe. Las colas nos parten" graficó.
"Nosotros hacíamos unos 60 mandados por día y ahora hacemos ciento veinte, ciento treinta. Por ahí veo chicos que hacen trescientos mandados, pero es una locura" consideró.
"En nuestro caso, hacemos muchas compras en supermercados, muchas recetas, hay que ir a las farmacias, al Hospital. A eso hay que sumarles los documentos, según el día. El lío son los rapipagos; no se pueden hacer, porque se pierde mucho tiempo. Directamente los rechazamos" reveló.
De todos modos, no marcó este momento como el mejor en los 25 años que lleva en el rubro.
"Los mejores años fueron entre 2011 y 2014. Ahora mejoramos, pero no llegamos a esos niveles" opinó.
Caso especial el de Zale Remis, que puede atenuar la merma de viajes nocturnos con el servicio de mandados.
"Nosotros somos una agencia de remis, pero ahora estamos haciendo las dos cosas. Venimos muy mal con la remisería. Trabajábamos las 24 horas, y hoy tenemos todos los autos en el mismo turno, de 7 de la mañana a 5 de la tarde, entonces trabajan día por medio los chicos" comentó su propietario, Carlos Zárate.
"Después de las 5 de la tarde dejo cuatro autos y hacemos mandados hasta las 11 de la noche. Esa es la parte positiva de esta situación. Ahí más o menos se compensa" apuntó.
El "tanque" que cruzó el río
Apenas inició en Olavarría sus trabajadores se hicieron notar con sus bicicletas, las mochillas rojas y camperas del mismo color.
Llegó en un momento justo.
"PedidosYa" es una compañía de delivery online con presencia en toda América Latina, que se hizo muy fuerte en la Argentina.
Fue fundada por tres uruguayos, estudiantes de ingeniería en sistemas en la universidad ORT de Montevideo: Ariel Burschtin, Rubén Sosenke y Alvaro García.
Luego de un año de trabajo, diseñando prototipos y desarrollando la estructura de la plataforma, lanzaron PedidosYa formalmente en 2009, con un primer paso en Uruguay y la idea de desembarcar en la Argentina y Chile.
Su trayectoria no ha estado exenta de polémica, acusada de precarización laboral.
Un fallo del juez Roberto Gallardo ordenó la prohibición de estas apps, que no obstante siguieron operando.
Hoy la empresa está controlada por el grupo alemán Delivery Hero y cuenta con 15.000 repartidores entre Uruguay, Chile, Panamá, Costa Rica y la Argentina.
La experiencia de conectar
Juanita vive en una de las localidades del Partido y viaja todos los días por su trabajo en Olavarría.
En un pueblo donde todos se conocen, sabiendo de su itinerario, un par de vecinas se acercaron para pedirle un mandado en esta ciudad inaccesible desde hace casi dos meses por el aislamiento social obligatorio.
"Un sábado, en la primera semana de la cuarentena, algunas vecinas se acercaron para pedirme un favor en Olavarría, porque tengo permiso para ir todos los días por mi trabajo, y se los hice de onda", recordó.
Para el lunes tenía 15 solicitudes en su casa.
"Más que nada depósitos en los bancos, pago de tarjetas, recetas, ese tipo de cosas; muchos me pidieron pintura, cosas de forrajería. Fue así como fijé un valor como para costearme la nafta", describió Juanita, que aprendió a manejar hace solo dos meses.
"Es muy loco, cuando empezó el año no sabía manejar, y ahora estoy haciendo esto", bromeó.
"Algunos días tengo diez mandados, otros quince, otros doce. Voy y vengo de la Ciudad al pueblo, y este trabajo me ha generado un ingreso extra. En mi trabajo formal los pagos son muy irregulares en las fechas, y como mi sueldo es uno de los más bajos de la empresa me viene muy bien para solventar el costo de vida, porque tengo un nene", destacó.
"Resulta divertido; entiendo que lo que hago es muy necesario para mucha gente. Vecinos me han mandado a comprarles insulina, porque en las farmacias del pueblo está mucho más cara. Bueno... ya tengo una clientela que hace sus compras por teléfono, y yo se las retiro", describió.
"Para mí es una experiencia nueva, que me ayudó a afianzar el manejo, a conocer lugares de mi pueblo y de Olavarría que no conocía. Barrios hermosos, como Educadores o Luz y Fuerza, que de otro modo no hubiese conocido", admitió.
"Entiendo que en esta crisis se generó una oportunidad que no busqué, en forma azarosa, pero creo que me estaba buscando a mí, y de alguna manera siento que soy una conexión entre el pueblo y la Ciudad. Que más allá del viaje logro conectar, y eso me resulta muy atractivo", cerró.