En realidad, a fin del año pasado quedaron sin trabajo unos 220 trabajadores por la decisión nacional de cerrar la planta que funciona en las inmediaciones de la ciudad de Azul. Hace unos días, los trabajadores denunciaron a la Provincia porque no habría cumlido con el envío de dinero prometido para ir paliando la situación.

Los fondos debieron llegar el pasado 16 de junio pero no llegaron. En diálogo con "Un Cacho de mañana", por FM 98 POP, el concejal Sombra dijo que "la situación es lamentable. Se había firmado un acuerdo con la Provincia para darles un tipo de subsidios pero no llegaron".

Explicó que si bien estos 28 trabajadores no figuraban en planta permanente pasaron a estarlo a partir de 2008 cuando "Cristina los blanquea".

Los trabajadores vienen manteniendo reuniones con el Intendente para llegar a una solución pero esperan que esta semana puedan tenerla. Igualmente la tensión y la ansiedad es una constante, la fábrica está cerrada, la están "desguazando", apuntó Nelson Sombra y ya no funciona más.

Juicios

Previamente, los ex empleados cobraban un subsidio municipal por un plan de emergencia socio-laboral y luego se había logrado un subsidio provincial para el personal que estaban en planta permanente. Hoy por hoy, entre contratados y éstos sumarían 220 los despedidos que actualmente están haciendo juicios para poder cobrar una indemnización. "Han visto a un abogado particular y han iniciado acciones legales", especificó Sombra.

El tema es que en 2008 "se los pasó a contratos con el Estado renovables y esto fue así hasta el 28 de diciembre. Pero hoy, a la fábrica la están desmantelando. Todos están despedidos y a la fábrica la están desmantelando. Ayer vinieron trabajadores de Córdoba, han sacado las letras y han estado desguazando a la fábrica. Es decir, acá no existe más Fanazul y no se fabrican más los productos que se fabricaban. Ahora los compran en Francia o Israel. Es una locura", dijo a "Un Cacho de mañana", por FM 98 POP, planteando el cierre de la fuente de trabajo.

"De cinco fábricas que había en el país, han quedado cuatro. Querían trasladarlos a Córdoba -dijo el concejal Nelson Sombra- pero no quisieron irse". Preguntado sobre qué había pasado con el resto del personal, aclaró que "los 220 empleados quedaron afuera. La mayoría se está dedicando a hacer fletes, otros a la herrería..., en fin, un panorama desolador teniendo en cuenta que Azul no es una ciudad que florezca por lo laboral. Siempre hemos tenido grandes problemas para radicar industrias", e incluyó a todas las administraciones municipales en esto.

El edil de Unidad Ciudadana sostuvo además que más allá del trabajo formal, la crisis de éste genera un efecto en cascada con las denominadas changas "porque ya no pueden pagar esos arreglitos que antes podían hacerlo".

Advirtió además que "muchos tienen créditos en el banco y están esperando cobrar una indemnización que ya están tramitando con un abogado particular. Hay 220 personas haciendo juicios", remarcó.

Luego enmarcó todo este problema en uno mayor y es el perfil de ciudad que tiene Azul. "Tenemos un perfil agroganadero y administrativo-judicial. Yo, en cambio, estoy de acuerdo con tener una ciudad logística, una especie de puerto seco que produzca valor agregado y exportar directamente. No se puede ser que tengamos que mandar la vaca a Liniers y ellos nos manden la chuleta. Se cerró el molino nuevo y tenemos el trigo a dos cuadras. Es un absurdo".