El caso expuso la desprotección de la víctima por parte de los organismos que debieron defenderla: la Policía y la Justicia donde Úrsula había radicado las denuncias contra el agresor, quien además había sido denunciado previamente también por violencia de género.

También dejó en claro que lejos está de detenerse y erradicarse la violencia machista: en los 40 días que van del año se cometieron 42 femicidios. La conmoción que causó derivó en manifestaciones y marchas en todo el país, y Olavarría se sumó ayer por la tarde.

Justicia

"No es justo" fue el grito que abrió la marcha que partió del Paseo Mendía para dar paso al canto de "Ni Una Menos, vivas nos queremos". Justamente, la bandera de Ni Una Menos encabezó la caminata que recorrió la calle Rivadavia, Coronel Suárez y 9 de Julio hasta la Comisaría de la Mujer.

Más de media cuadra de participantes se movilizaron con carteles de las agrupaciones, y también con mensajes propios: "policía asesina", "a mí me cuidan mis amigas no la policía", "la próxima vez que te digan que la yuta te cuida contales que Úrsula hizo 18 denuncias", "justicia por Úrsula", "paren de matarnos".

Frente a la dependencia policial de calle 9 de Julio la manifestación se detuvo para leer los nombres de las mujeres asesinadas este año a manos de femicidas. La manifestación continuó hasta regresar al Paseo Mendía.

Los gritos y aplausos, cada vez más fuertes, mostraron el ánimo de bronca entre las manifestantes por un nuevo femicidio, por tener que visibilizar otra vez lo que es evidente: que el sistema tiene fallas y que lo que se pierden son las vidas de las mujeres.

Reformular políticas

"Este caso tiene tanto impacto mediático porque demuestra con una claridad que hiela la sangre que cuando todo funciona mal siempre terminamos muertas" analizó Florencia Caro, integrante del Frente Ni Una Menos.

Consideró que "es una locura tener que estar todo el tiempo en la calle recordándoles que no nos tienen que matar, recordando cuáles son las demandas al Estado, generando redes entre nosotras para protegernos porque quienes tienen que hacerlo no lo hacen o lo hacen de forma negligente. Claramente lo que necesitamos es reformular las políticas de estado vigentes".

En ese sentido, aclaró que "es tiempo de indicar y revisar particularmente cuáles son los eslabones en la cadena dentro del abordaje que ofrece que el estado que están fallando". Apuntó con ello a la formación de la Policía, a la formación en género de la que carecen los agentes en las comisarías y a la justicia "históricamente machista, verticalista, patriarcal".

Más adelante, Florencia se refirió a que "celebramos la existencia de un ministerio que tiene el grito de la calle para revisar el circuito de abordaje en general, el que se brinda a las mujeres y también a los varones que ejercen violencia" para hacer hincapié en que "que estemos en la calle, que tengamos un Ministerio de Mujeres, que haya una ley nacional de violencia de género no alcanza. Hay algo que nos falta: es el trabajo con los varones".

Organización

"Lo que nos queda es la organización, salir a la calle, hacer sentir nuestra bronca. Repudiamos la represión en Rojas que fue brutal, el estado no puede reprimir a la familia y les amigues de Úrsula cuando exigen justicia, ella venía pidiendo ayuda por todos lados y no hubo respuesta" planteó Yessica Almeida.

Para la integrante del Plenario de Trabajadoras "lo de Úrsula fue una nueva cachetada y ponernos frente a la cara que estamos ante un estado femicida que no destina ningún recurso, a pesar de que son conscientes porque han creado un ministerio de las mujeres y distintos organismos, tienen en sus filas a muchas personas que militan en los feminismos, y sin embargos estas cuestiones parecen pasarle por el costado".

Subrayó que de 2020 a 2021 "los casos siguen aumentando, estamos con un femicidio cada 20 horas, 42 personas que han perdido su vida".

Yessica también hizo referencia a que "ya lo sabemos que la justicia no responde, que te ningunean y no te quieren tomar la denuncia, y que cuando pasa algo lo primero que te preguntan es si hiciste la denuncia" para cuestionar además la falta de recursos personales y económicos para afrontar este problema y defender a las mujeres y las personas de las disidencias sexuales.

La lucha, en las calles

"Vine para acompañar el dolor y pedir justicia. Estamos acá para que nos sigan escuchando" dijo Nuria de Casa Popular Valeria. A su lado, Soledad, también integrante de la institución definió que "es un lugar de lucha que hemos formado y construido de mujeres traspasadas por la violencia, atravesadas por este dolor, donde hemos vivido en carne propia la pérdida de una compañera".

Sobre ello, señaló que "nuestra lucha hemos decidido que está en las calles. Así que a esta convocatoria que se hizo en todo el país, nosotras no podíamos faltar para volver a poner voz a las que ya no tienen voz y volver a decir que basta de matarnos".

El planteo desde Casa Valeria fue que "estamos convencidas que hasta que no haya decisiones políticas, un estado presente, formación en Ley Micaela, esto no va a terminar y vamos a seguir gritando y copando las calles".

Soledad añadió "hace tiempo que venimos pidiendo desde nuestra ciudad formación a todas las instituciones en Ley Micaela, pedimos formación territorial en promotores y promotoras para saber cómo y dónde denunciar en el caso de que el violento pertenezca a la fuerza policial, saber que tenemos que dirigirnos a un lugar específicamente, saber que son casos especiales, saber que hay encubrimiento. Esto no es algo que creo ni pienso, es una realidad".

Norma Zurita: "Hoy estoy de pie pero por dentro estoy destrozada"

"Casita Valeria lleva el nombre de mi hija, me la mataron hace 13 años y ahora en enero hizo un año que me mataron a mi nieta". Norma Zurita es la mamá de Valeria Cazola y la abuela de Valentina Gallina. Ayer estuvo en la convocatoria y en la marcha. "Les agradezco y sepan defenderse, llamar a un vecino, a un familiar, y que se animen" dijo en su mensaje a las mujeres. "Yo de mi hija muchas cosas no sabía porque ella no me lo decía a mí, no la pude salvar a ella porque no me lo decía. Y mi nieta hizo exactamente lo mismo" recordó sobre los femicidios. "Hoy estoy de pie pero por dentro estoy destrozada" definió.

Tuvo en cuenta que al asesino de Valeria, Jorge Alberto Villanueva, "le dieron tan solo 8 años. Está en libertad y se fue, está haciendo la vida normal en otro lado". Y que el femicida de Valentina, Alejandro Diego Ezequiel Pais, "está en la cárcel, que me dijeron que le iban a dar perpetua, porque después pasan 3 o 4 años y lo sacan".

Norma pidió "que no pase más esto" para contar que cuando vio el caso de Úrsula Bahillo en televisión "me puse muy mal y lloré por esa criatura".

Resaltó la experiencia de Casa Valeria y la desprotección de las denunciantes. "Pido de todo corazón que se termine con esto, que no es no. Si las chicas quieren dejar a las parejas, como mi nieta y mi hija, las dos dijeron no y ellos no lo entendieron. Tienen que aprender, el no es no".

Enfatizó la importancia de que las mujeres "pidan ayuda, a cualquiera". Luego Norma contó que "le dije a mi nieta (Valentina) que si tenía un problema, si se llegaba a pelear, si querés dejar a esa persona, por llamarlo persona, nunca lo hagas de noche. Porque lo de mi hija pasó de noche. Ella lo hizo a las 7 de la mañana" y más adelante agregó que "si la situación no va, hablarlo afuera. No entre cuatro paredes, para que ellas puedan ser salvadas".

"En todas las cabezas de las chicas miraba a mi hija Valeria, en todos lados estaba Valeria. Hoy la sigo recordando y viéndola y a Valentina. No quisiera ver a ninguna otra, ni de mi familia ni ninguna otra chica más" cerró la mujer y desde el público se escuchó el grito "¡fuerza Norma!".