Oferta estacional de vacas: factores disruptivos que podrían alterar la tendencia
A pesar del bajo nivel de faena, el dato alentador es la menor participación de hembras que, en julio representó el 43,9% del total faenado. Si bien comparado con junio, resultó levemente mayor (1,7 puntos) esto responde a la abrupta caída de la oferta de vacas vista ese mes, producto del cepo a la exportación recientemente anunciado por aquel entonces.
No obstante ello, aquí también se viene registrando una tendencia a la baja que, de algún modo, permite evitar que esta escasez de oferta actual se agudice en el futuro a causa de una excesiva extracción de vientres.
¿Ahora bien, cuáles son las variables que juegan detrás de esta tendencia de menor faena de hembras y cuan sólidas son? De acuerdo con la estacionalidad, la faena de vacas toca su punto máximo de oferta anual en los meses de junio-julio para bajar a partir de agosto, marcando sus pisos durante gran parte del segundo semestre y hasta los meses de febrero-marzo, cuando comienzan a realizarse los primeros destetes.
Sin embargo, este año, en el momento de mayor necesidad de salida de esta hacienda, la disrupción generada sobre el canal exportador, rompió de lleno con el patrón de comportamiento esperado.
Los precios de la vaca conserva se derrumbaron abruptamente, perdiendo más de un 20% de su valor inicial. Ante este escenario y aun con expectativas de una pronta resolución, el productor racionalmente retiró esa hacienda de la venta. En los últimos dos meses (junio-julio), se envió a faena un 22% menos de vacas, comparado con igual período del año pasado.
Esta hacienda, en su mayoría, aún está en los campos dado que, conocidos los datos de stock, sabemos que la base de comparación prácticamente no ha variado de un año a otro para esta categoría que apenas perdió un 0,4% anual. Es decir, sin cambios significativos en stock, gran parte de esta menor oferta de vacas es atribuible a una retracción de la venta.
En este sentido, uno de los factores a analizar es como se resolverá en los próximos meses esta postergación forzada de ventas. Desde el punto de vista de los precios, si bien las restricciones a la exportación continúan, los valores pagados por este tipo de hacienda han comenzado lentamente a recuperar terreno producto de los buenos valores que paga China. Hoy la vaca conserva, a valores corrientes, se ubica ya muy cerca de los valores de mediados de mayo, previo a los anuncios.
Por otra parte, es importante tener en cuenta que ya estamos ingresando al trimestre donde China acelera sus compras y comienza a presionar fuerte sobre los valores. Si observamos en el gráfico siguiente la línea de precios a valores reales (deflactados), vemos que a partir de septiembre y hasta noviembre e incluso principios de diciembre, los precios tienden a apreciarse, para luego caer con el retiro de China del mercado.
Ahora bien, ¿con valores recuperados, es factible ver esta oferta de vacas nuevamente en el mercado o lo que no se vendió ya pasa a tener una nueva oportunidad? Aquí entran en juego otras dos fuerzas contrapuestas, por un lado, las expectativas del productor ya no solo en relación al futuro del negocio ganadero sino, de manera más mediata, sus expectativas respecto de la delicada situación cambiaria, y la necesidad de protección que ello genera en un contexto pre electoral y, por el otro, las posibilidades reales de materializar su decisión, en función del clima.
Como ya hemos analizado en Lotes anteriores, la faena de hembras, en general, viene disminuyendo en los últimos dos años; incluso los picos estacionales de oferta tanto en vacas como en vaquillonas suelen ser menos pronunciados. El productor tiene muy claro que desprenderse de los vientres significa desprenderse del corazón del negocio. Por otro lado, mantenerse capitalizado en este tipo de activo le otorga una protección de valor que hoy el mercado no logra mejorar con otras alternativas de inversión tan seguras y conocidas para el productor como lo es la hacienda.
Sin embargo, el factor climático esta temporada puede influir fuerte sobre esta decisión. Al igual que el año pasado, muchas zonas están saliendo de un invierno muy frío y seco, con escasas reservas forrajeras y un alto costo de mantenimiento por suplementación.
Los pronósticos climáticos estacionales muestran una temporada 2021/22 con rasgos similares a la pasada, aunque por el momento, menos severos. Los modelos climáticos presentan con alta probabilidad el desarrollo un amplio foco sequía que afectaría a gran parte del oeste y centro del área agrícola argentina y que se prolongaría a lo largo del verano 2022.
Aquellos campos que prevén una oferta forrajera baja es probable que, ante esta recuperación de los valores, hagan una selección más fina de lo que llegará servicio, aliviando la carga de los campos de inmediato.
Como factor adicional, aunque más incierto, también se encuentra la posibilidad de ver cierta flexibilización del cepo impuesto a la exportación, especialmente en lo que refiere a la vaca conserva con destino a China.
Recordemos que fin de agosto es el primer plazo que puso el gobierno para evaluar los resultados de la medida en términos de la respuesta de los precios internos de la carne y, en función de ello, decidir su prórroga hasta fin de año. En este sentido, los precios de la carne vacuna en julio mostraron una importante moderación en relación a la suba registrada en otros productos básicos y, por otro lado, existe una fuerte presión del sector para lograr la liberación de los cortes de vaca, no consumidos localmente, que hoy están impidiendo integrar la res, tal como la solía llevar China.
De suceder esto, podríamos ver cierto corrimiento de la curva estacional de oferta y, muy probablemente, un quiebre en esta tendencia que se viene observando de paulatina moderación de las tasas de extracción. El tiempo que demande la adecuación de las medidas, será determinante en los próximos meses.