La ciudad de Olavarría enfrenta una de las peores crisis eléctricas de su historia tras una feroz tormenta que arrasó con su ya frágil infraestructura eléctrica. informantes de Coopelectric, hablaron en exclusiva con Cadena103 y el Popular Medios, revelando los desafíos y peligros que enfrentan en un intento desesperado por restablecer el servicio.

"Estamos con todo el servicio afuera. La nueva tormenta fue brutal, tumbando todas las plantas que ya estaban dañadas y pendiendo sobre nuestras líneas eléctricas", declaró, pintando un cuadro sombrío del impacto del fenómeno climático. La ciudad se ve sumergida en una oscuridad preocupante, donde el silencio solo es interrumpido por los esfuerzos frenéticos de reparación

La principal tarea de Coopelectric es realizar reparaciones mínimas pero vitales en las dos líneas principales que abastecen el centro de Olavarría. Sin embargo, advierte de los riesgos persistentes en las áreas de baja tensión, donde la infraestructura ha sido descuidada durante años. Esta negligencia histórica, combinada con el robo frecuente de cables, ha creado una situación precaria que la tormenta ha exacerbado dramáticamente.

"Mientras trabajamos en las reparaciones, estamos a la espera de la autorización de defensa civil, que se encuentra evaluando la situación", añadió, enfatizando la necesidad de una acción coordinada con las autoridades para garantizar la seguridad de todos.

Los residentes de Olavarría, afectados por el apagón y falta extrema de agua potable, se encuentran en un estado de incertidumbre y miedo. La falta de electricidad no solo trae incomodidades diarias sino que también plantea serios riesgos de seguridad, especialmente en un contexto donde la red eléctrica ha sido descuidada y saqueada durante años.

Este episodio no es solo un desafío logístico para Coopelectric y las autoridades locales, sino también un llamado de atención sobre la necesidad urgente de invertir y modernizar la infraestructura eléctrica de Olavarría. La tormenta ha sido un catalizador que ha sacado a la luz las deficiencias crónicas de un sistema en el que confían miles de ciudadanos. Ahora, la ciudad espera ansiosamente que las luces se enciendan nuevamente, no solo en sus hogares y calles, sino en la planificación y gestión de su infraestructura crítica.