En una noche marcada por cortes de calles y quemas de gomas, Olavarría experimenta un clima de agitación ciudadana. Los vecinos, descontentos con la situación de falta de luz y agua en varios barrios, han dirigido su furia hacia Coopelectric, la cooperativa encargada de la distribución de estos servicios fundamentales.

El epicentro de los disturbios se centra en la sede de Coopelectric, donde la población, sintiendo la falta de respuestas y soluciones, ha expresado su enojo de manera contundente. La quema de neumáticos frente a la cooperativa simboliza la creciente desesperación y la falta de satisfacción de los ciudadanos ante la incapacidad de la entidad para asegurar servicios básicos.

La ciudad enfrenta una encrucijada: ¿Cómo responderá Coopelectric a esta ola de indignación? ¿Qué medidas tomará la ciudad para manejar estos disturbios? En medio de la oscuridad y la sed, los ciudadanos de Olavarría esperan respuestas y soluciones a una crisis que amenaza con profundizarse si no se abordan de manera inmediata y eficaz.

La comunidad aguarda con ansias no solo la restauración de los servicios esenciales, sino también un cambio significativo en la forma en que se abordan las preocupaciones y necesidades de la población, antes de que la situación alcance proporciones aún más críticas.