Además de Olavarría, la Regional está integrada por las ciudades de Azul, Bolívar, Tapalqué, General Alvear, Saladillo, 25 de Mayo y Roque Pérez. En los comicios concretados el 6 de septiembre, en la región participó aproximadamente el 40 por ciento de un padrón compuesto por alrededor de 4.400 personas, donde la Lista 10 resultó ganadora sobre la Lista 6 por el 90 por ciento de los votos, y por esa razón ejercerá un mandato de cuatro años, entre 2018 y 2022. Los dirigentes que encabezaron la lista trazaron un delicado mapa de la situación actual, al tiempo que expusieron los desafíos para el desarrollo de su mandato y dieron cuenta a EL POPULAR de sus expectativas para completar ese período.

En principio, Derdoy expuso que "la mayor apuesta como proyección hacia el futuro es el tema de la unidad. No sólo al interior de la CTA sino estar más unidos que nunca con el resto de aquellos sectores castigados por este gobierno y luchar juntos".

Desde ese punto de vista, enfatizó: "Sabemos que si no tiramos todos para el mismo lado la guillotina va a cortar las mismas cabezas que cortó en los ’90 o en los ’70; la historia ya nos enseñó que la unidad del campo popular es la única salida para frenar este ajuste", en relación con las políticas implementadas por el gobierno de Mauricio Macri.

Por su parte, Piccinini acotó que frente a esas políticas, "la pregunta sería qué modelo de país nos están proponiendo" y señaló que "no es un modelo productivo, que genere valor agregado al trabajo, y en ese sentido los trabajadores tenemos que estar fuertemente unidos para poder hacerle frente y discutir dónde encajamos nosotros como trabajadores en un modelo que es financiero".

Con ese argumento, aseguró que "políticas de corte neoliberal como éstas necesitan de un individuo atomizado, que cada uno pelee por su quinta, por conservar su propio trabajo, y ante eso ofrecemos todo lo contrario: más unidad, más organización y más colectivo porque nos afecta a todos".

"No hay casualidades"

Sobre el modo en que impactan esos lineamientos en la región, la dirigente destacó que "se están perdiendo un montón de puestos de trabajo. En Bolívar, hace aproximadamente 10 días se perdieron casi 40 puestos de trabajo en una fábrica de zapatillas; en Saladillo pasó lo mismo: hubo despidos en otra fábrica de zapatillas; y en Roque Pérez cerró al avícola Criave perdió 240 puestos de trabajo en una ciudad de 15 mil habitantes".

En definitiva, esas cesantías "tienen que ver con la libertad de mercado que este gobierno ha propuesto y la apertura de importaciones. Eso implica que en pueblos chicos ya están sintiendo la crisis porque básicamente eran empleados estatales o de este tipo de empresas".

Una muestra del modo en que se ejercen esas políticas se advierte en el arco gremial representado por la CTA. "Los estatales tenemos un techo paritario autoimpuesto; no hay posibilidad de negociaciones cuando no hay diálogo: vienen con una propuesta cerrada y tenés que aceptar. No hay posibilidad de reconocimiento de la lucha de los trabajadores y hay una deslegitimación de nuestros dirigentes sindicales", acusó Piccinini.

"Y no es casualidad que se haya demonizado al sector sindical, es decir al sector trabajador en concreto", reaccionó Derdoy, "como fueron demonizados los docentes en su momento. También entendemos que cuando se trata de políticas neoliberales la variable de ajuste son los trabajadores y hoy está más que claro. Acá no hay casualidades ni tormentas; acá hay una plan económico y político".

Como ejemplo, Piccinini expuso que "en el sector docente tenemos una imposición de un aumento del 19 por ciento cuando sabemos todos que la inflación va a llegar a un 42 por ciento. Esto tiene que ver también con la no aceptación de la cláusula gatillo porque si esto se pudiera negociar el conflicto se destrabaría que el gobierno provincial no está dispuesto a hacerlo", lamentó.

"Dejar de pensar"

La nueva secretaria general de la Regional Olavarría resaltó que desde la CTA "estamos rechazando de plano el acuerdo con el FMI, que entendemos viene a cerrar 3 años de endeudamiento con el sector externo que condiciona la soberanía del Estado".

Así, "todas las modificaciones que se han dado en el último tiempo con la desaparición de ministerios no son más que un maquillaje y también implican el achicamiento más profundo del Estado, que a su vez implica crisis social porque al reducir el Ministerio de Salud a una secretaría es dejar de pensar políticas federales y eso va a implicar recortes en los programas para pensar de qué manera hacemos frente a las enfermedades de transmisión sexual o tuberculosis, por ejemplo".

Además, "el recorte en el Ministerio de Ciencia y Tecnología nos hace pensar qué tipo de país productivo podemos generar si no tenemos una visión estratégica en un mundo donde la ciencia y la tecnología son la capacidad de salir a flote y mejorar las variables económicas".

Para los próximos cuatro años "con Juan tenemos la misión de seguir representando a (Hugo) Yasky y a (Roberto) Baradel en la región y seguir la conducción que ellos tienen en la voluntad de organización; eso cerraría nuestra propuesta", definió Piccinini.