Repostería y mantelería en todos los eventos
Susana De Anta y Daniel Kolman, de Eventos y Cotillón "El Pato, y una historia relacionada con el sector.
"¿Cómo empecé?. Soy modista y también repostera. Entonces una clienta me propuso algo, porque yo atendía a su hija desde chiquita, y para la fiesta de los 15 años quería que le hiciera todo yo, souvernir, torta y decoración del salón, y ahí empezamos" dijo Susana. "De a poco comenzamos a capitalizarnos. Cuando más nos capitalizamos fue cuando agarramos para hacer las fiestas de AOMA Olavarría, porque era una fiesta muy grande. Hubo que invertir mucho dinero para comprar cosas. Fue hace cuatro años" siguió contando Daniel. O mejor dicho "Pato".
Pato (60) estaba trabajando en Ferrosur. Pero la historia siguió así: "Saqué vacaciones en julio de 2017, me operé un pie y luego me prejubilé, el 28 de mayo de 2018, y en julio empecé a cobrar la jubilación. Ya estaba trabajando con mi señora a full en este negocio, pero sólo los fines de semana. Cuando viajaba haciendo auditoría para Ferrosur ella estaba sola con el negocio. Pero ahora armamos un equipo: está nuestro hijo Marcos (26), también se suma la novia que también aporta lo suyo, mi prima Marina y su pareja Jorge; también el hijo menor, Maycol (14), se acopla algunas veces. Armamos un equipo de trabajo y si hay más de una fiesta, nos distribuimos las tareas" dice.
"Armamos una infraestructura en realidad. Contamos con mantelería blanca y negra para más de 2.500 personas. A una fiesta vamos a armar, cuando es grande, tres o cuatro días antes. Un martes empezamos con la de AOMA por ejemplo, por el entelado de los salones, hay que transitar con un andamio por temas de seguridad, y para poder hacer eso se necesita el salón sin nada adentro. Luego aparece el sonido, se arman las mesas. Las fiestas chicas se arma el viernes para un sábado, como un cumple de 15 o de egresados. Se arman las mesas con manteles, sillas con fundas (antes cortinados), centros de mesa, servilletas, la entrada con alfombra, juego de living, centros de mesa de acuerdo con lo que quería el cliente (candelabros inclusive). Termina la fiesta y a las 5 de la mañana nos levantamos para estar en el salón, que corta 5.30 o 6, y luego comenzamos a recolectar todo la funda y mantelería, y si dan los tiempos retiramos los cortinados" continuó contando el "Pato" Kolman.
"Cuando llegamos de la fiesta sigue el trabajo. Es que antes dejamos preparada la pileta Pelopincho, de 8 mil litros de agua, y los tambores donde se ponen los productos para que la mantelería quede en remojo por tres o cuatro días, a veces cinco, eso depende. Y después se lava en forma individual, se quitan las manchas con productos ecológicos y todo queda nuevo. Bien blanca. Como corresponde. Después viene el planchado que hacemos por intermedio de una calandra (máquina) industrial a la temperatura que se desea" siguió contando Kolman.
"Ni imaginábamos que íbamos a tener toda esta infraestructura, que íbamos a armar una pequeña empresa de estas características. Sin alardear y vanidad aparte, hay que trabajar mucho, con intensidad, hay que lavar a buen ritmo, hay que hamacarse cuando hay que sacar la mantelería de la pileta, así que hasta hay que estar bien preparado físicamente porque la exigencia es mucha" señaló Daniel.
"Si bien no lo imaginábamos, todo se fue dando de a poco. Porque era algo chico lo que empezamos, pero fuimos comprando debido a la demanda, y hoy por hoy somos los únicos que tenemos cortinas completas (para todo el Cemo, ya sea blanca o negra). Son 660 metros de tela blanca y otro tanto de tela negra. Trabajamos en Olavarría y en otras ciudades de la provincia ya que hemos hecho fiestas en Azul, Tandil, Pirovano, Bolívar y Tapalqué. Hay que moverse con todo, porque exige un traslado importante cuando hay fiestas en otras ciudades" contaron Susana y Daniel.
"Es un trabajo sacrificado, agotador, porque hay que trabajar con el 80 por ciento con la cabeza y el 20 físicamente. No hay que olvidarse de nada, sobre cuando salís a otra ciudad. Hacemos una lista y vemos lo que se necesita en cada fiesta para llevar y que no falte nada de nada" explicó Susana, quien pese a estar a full con la empresa "El Pato" sigue haciendo algunas cosas que iniciaron este camino.
"La repostería la sigo haciendo, pero dentro de lo que puedo. Es decir, todo lo que son tortas fundamentalmente, ya que tengo la clientela y no tomo más gente, la sigo conservando. He hecho tortas para 1.000 personas, por ejemplo, como en la fiesta de Racing o también para los egresados del secundario. Y ya no las quiero tomar porque la decoración lleva mucho tiempo. ¿El cálculo que hago?: son 100 gramos de torta por persona. Es torta de manteca, no es bizcochuelo. Y 100 gramos es una porción considerada. Para eventos chicos como cumpleaños, y a veces hasta los adornos hago. Y el negocio que tenemos delante de casa (seis años se cumplirán en marzo próximo) es un apéndice, pasó a ser secundario y lo atiendo yo también, por lo general, y pido ayuda para estas fechas cuando hay muchas fiestas. Tenemos todo lo que es cotillón, lo comestible, para hacer una torta, la decoración de la torta, más los accesorios que se usan hoy en día porque hay que estar preparado, tener conocimiento para saber para qué se usa, ya que ahora el abanico de posibilidades para elegir es muy amplio y los clientes exigen que tengamos todo", comentó Susana.
"Para Pascuas es el fuerte nuestro en lo que es repostería, con los huevos artesanales. Hemos llegado a vender 750 huevos de distintos tamaños. De un número 10, como se los cataloga, de 150/200 gramos, para arriba. Y sorteamos uno grande, de 4 kilos entre todos los clientes" terminó diciendo Susana.