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A partir de una entrevista entre Ernesto Tenembaum y Daniel Scioli, de quien no sabemos muy bien qué función cumple actualmente, el ex gobernador exhibió una brutal ignorancia de lo que se estaba tratando en la sesión en la cual sirvió para completar el quórum. Para él fue mucho más importante obedecer a una orden que preocuparse por el contenido del proyecto de ley que pretendía reducir jubilaciones de privilegio.

No es la primera ni será la última vez que se den casos como éstos, y la estadística suele naturalizar las irregularidades morales, porque "si muchos lo hacen..."

No es nada extraño que un legislador ignore lo que está votando. Y, como se sabe, con el tema del quórum vale más el trasero que la mano o el conocimiento del tema.

Concretamente, el periodista insistió con que le precisara cuántos puntos de rebaja de las jubilaciones proponía el proyecto de ley para jueces y demás regímenes especiales, y Scioli le respondía con el sexo de los ángeles.

En un momento no tuvo más escape y llegó a decir que la reducción era de alrededor de tres puntos, pero el periodista desestimó la respuesta por errónea, tras lo cual, el cuasi diputrucho le prometió mandársela por escrito. Todo un bochorno, uno más protagonizado por un político de quien hasta ahora no se sabe cómo llegó hasta donde estuvo y aún está. ¡Y sin sciolismo!

Scioli sería algo así como el emblema del político argentino promedio: algo indolente, acomodaticio, carente de toda idoneidad, vacío de contenido ideológico y político y para el que todo le da lo mismo y para quien lo único que importa es obedecer.

Alguna vez Felipe Solá graficó esa mecánica cínica de la política cuando sustentó su propia supervivencia en la política en la "habilidad" de saber hacerse "el boludo", lo que equivale de alguna manera a cumplir con el "sacrificio", dudoso por cierto, de tener que despersonalizarse. De ahí precisamente la indolencia que se le adjudica a un sector de este colectivo llamado "políticos".

Scioli, tal vez por la cercanía con el deporte que practicaba, ha sabido andar sobre las aguas y surfear de alguna manera la realidad. Posiblemente jamás le haya dolido nada y eso le dio algunas ventajas sobre otros más susceptibles.

Quizás el problema menor sea el de haber postergado la asunción en su cargo de diplomático para sentarse en la banca que le aseguraba el quorum al oficialismo. Fue monetarista con Menem-Cavallo, luego populista un tanto chapucero con Duhalde, posteriormente neokeynessiano a la criolla con Kirchner, entre otras cosas, pero obediente, siempre sometido a su jefe de turno. Y, como una confirmación empírica de lo exitosos que suelen ser este tipo de personajes de la política, ¡estuvo a tan solo unos tres puntos de ser presidente de la Nación!. Creer o reventar.

Sentarse y no pensar

El pecado de Scioli no es el de haberse sentado en una banca que quizás no debió sentarse sino que no tenía ni idea de por qué estaba allí. No conocía el proyecto de ley y votaría igual tal como se lo ordenaron. ¿Es ese el común denominador de los legisladores?. De todos modos, Scioli fue siempre esa especie de emblema del político nacional o en "El hombre que nunca estuvo", aquel personaje del film de los hermanos Cohen.

El caso Scioli acudió para graficar el nivel de la política nacional, esto es, o se dibujan los datos para creer que se vive en un país que no existe como el de Cristina o se incurre en una constante mala praxis como el de Mauricio Macri. ¿Solo en Argentina pasa esto?. seguramente no. Winston Churchill armó un acting en 1956 para impedir su desalojo del poder y utilizando unas tres mil muertes a causa del smog londinense. Como se puede ver, la inescrupulosidad no tiene límites. Cristina Kirchner utilizó los muertos de la inundación platense para correrlo a Daniel Scioli y poner a su vicegobernador en el cargo.

El problema es moral y esto se refleja luego en lo institucional y en lo económico. Pero también existe un tema de idoneidad. El verticalismo extremado y la desaparición de los partidos políticos ha ido generando políticos cada vez más incapaces. Carecen en general de formación intelectual, pero también de ética y de compromiso con la comunidad.

Privilegios judiciales

Y el otro deterioro moral e institucional es el que transcurre en la Justicia. Ayer, el juez Luis Herrero llegó a decir por un medio que la justicia argentina "es muy mala, quizás la peor de Latinoamérica después de la venezolana". A confesión de partes, relevo de pruebas. Es elogiable el "sincericidio" de este magistrado, muy elogiable y vale la pena tenerlo como parámetro para cambiar esta institución de la república.

En estos días, un fiscal admitió que sus sueldos son de casi 500 mil pesos mensuales (498 mil, para ser más exacto) , "un verdadero privilegio", subrayó con tono fuertemente autocrítico. Y se dijo además que un juez estaría cobrando algo más de 700 mil pesos, esto es "un superprivilegio", y la Constitución Nacional, en su artículo 110, les garantiza la intangibilidad de sus haberes, cosa que no ocurre con un jubilado de 20 mil pesos de sueldo a quien el gobierno no dudó en congelarle su haber al no pagarle la movilidad. Es decir, se hace lo imposible para pagarle al FMI pero no se duda en defaultear a los jubilados populares.

Algo huele mal en Argentina diría un Hamlet nacional. La Argentina de los privilegios parece no tener fin. Por el contrario, se sigue profundizando. Y, como decíamos en columnas anteriores, al ajuste macrista, autodenminado como "necesario" a la vez que se le pedía un esfuerzo a la gente, le continuó uno autocalificado de "solidario", con la misma demanda de esfuerzo popular. "Todo es igual, nada es mejor", diría Discépolo.

Sin que se note

Entonces, aquella esperanza de un sistema más justo y libre que devino de la recuperación de la democracia en los comienzos de la década del Ochenta nos queda hoy el regusto amargo que deja la involución. Los argentinos han sostenido la democracia política, pero se les ha ido colando un sistema cada vez más injusto, estamental, con una nueva nobleza parasitaria, política o judicial, que solo sabe mantener a su propia familia y amigos con los recursos de un Estado bobo e insaciable y que solo exhiben el mérito de saber sobrevivir en base a la obediencia incondicional para ocupar bancas legislativas,-como Scioli, por ejemplo- sin saber para qué lo hacen o para votar lo que fuere sin importarles si es bueno o malo para la gente.

La política, al menos nos enseñaron eso alguna vez, o sirve para mejorar la vida de la gente o no será nada. Y así, como expresa el replicante de Blade Runner, muchos políticos pasarán por la vida "como lágrimas en la lluvia", sin que quede ningún rastro de su tránsito por la historia. Pero, lamentablemente, eso es lo que menos les importa.

El discurso del Intendente

El próximo martes, el intendente Ezequiel Galli abrirá el período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante con algunos anuncios, según versiones, referidos a la educación, salud y transporte interurbano de pasajeros entre otros.

El jefe comunal hará seguramente un repaso de su gestión durante el año anterior al que incorporará lógicamente el funcionamiento de su gabinete. Posiblemente lo destaque "por la idoneidad demostrada durante ese período de gobierno", algo que ya ha expresado como uno de los principales logros de la gestión. Es que luego de algunos movimientos realizados en un principio, -algunos parecieron forzados, otros erráticos, para Galli ha sido algo "muy importante el haber construido un buen equipo de gestión", destacan sus colaboradores.

El Intendente le dedicaría un buen párrafo a la necesidad de fortalecer el diálogo democrático con la oposición en lo local, pero también resaltará su vocación de ser "parte de una oposición constructiva en lo nacional y provincial". Algo que viene de la mano seguramente con lo surgido en la reunión de la mesa chica del PRO provincial que se realizó en Vicente López y bajo la conducción de la ex gobernadora María Eugenia Vidal.

Anunciará "obras importantes en las escuelas", la continuación de los trabajos pero también la "modernización del sistema para agilizar los turnos hospitalarios".

Completando el proceso de licitación del transporte urbano de pasajeros, también anunciará otra similar en el interurbano que hoy lo lleva a cabo la empresa Ola Bus SRL. Y anticipará la colocación de cámaras de seguridad en las localidades, un sistema que ha permitido el esclarecimiento del 80 por ciento de los delitos contra la propiedad y la persona.

Mesa chica

Ezequiel Galli integra la mesa chica del PRO bonaerense formando parte de quienes reafirmaron el liderazgo de María Eugenia Vidal en el espacio provincial. En dicho encuentro estuvo junto a Jorge Macri y la ex gobernadora, a quien ya se la suponía como candidata en la CABA, apareció ese jueves conduciendo a los jefes del macrismo bonaerense y consolidando lo que sería el vidalismo como corriente provincial de este espacio que lidera Mauricio Macri a nivel nacional.

La ex gobernadora representó la versión de un monetarismo algo humanizado y eso fue lo que atrajo a ciertos sectores massistas tales como Mauricio D’Alessandro, hoy concejal de Tandil, y otros quienes antes de las Paso proponían el desdoblamiento de las elecciones para poder insertar al Frente Renovador dentro de un Cambiemos provincial con mayores posibilidades electorales que las que tuvo al tener que inmolarse con el entonces presidente Macri, y las consecuencias de su economía doméstica, quien no le permitió dicha estrategia. El massismo bonaerense estaba decidido a acompañar la candidatura de Vidal, liberando de ese modo a su jefe, Sergio Massa, a elaborar su propia estrategia lejos de la grieta que al final se terminó imponiendo.

La estrategia nacional, -comandada por Marcos Peña Durán Barba- arrastró a Vidal a una segura derrota al tener que cargar con toda la disconformidad del Conurbano del modelo económico nacional.

Pero la ex gobernadora prefirió seguir a su jefe que acompañar las tendencias electorales que estaban manifestando hasta entonces los propios bonaerenses. El resultado fue que Macri la terminó llevando al cementerio y también la hizo entrar. Solo resta saber si pudo salir de allí.

Con la reunión del jueves en el reducto de Jorge Macri, la ex gobernadora fijó implícitamente su posición respecto del monzoísmo y hoy, con el vidalismo y el radicalismo encabezado por Daniel Salvador, configuran las principales líneas internas de Juntos para el Cambio, con lo cual le confiere al espacio otra movilidad.

Con la irrupción del vidalismo, la pregunta tendría que ver con el destino del monzoísmo: ¿sigue en Cambiemos o buscará otro cauce politico?.

Políticos y gente

Muchos políticos se refieren al pueblo como "la gente", es decir, "los otros" los que no son como yo, los que no pertenecen al colectivo político. Y, como se sabe, el primer paso hacia la pérdida de empatía con la sociedad es el de comenzar a concebirlos como "la otredad".

Con el deterioro de los partidos políticos menguó notablemene el debate interno, la formación republicana y democrática de dirigentes, y terminó con la supremacía de los más capaces y los más comprometidos con la sociedad.

Desdichadamente, como Daniel Scioli hay unos cuantos. No salieron de ningún partido, no se formaron, llegaron a la política por interés económico o por el dedo de algún amigo y protector, llegan a sentarse en una banca sin conocer una letra de lo que se está tratando, y solo saben obedecer y acomodarse para llevar a sus bolsillos jugosas dietas.

Así como ayer descalificaron impiadosamente a alguien, mañana estarán a su lado. Tan pronto como cuestionaron alguna vez el estilo de un espacio político, mañana levantarán la mano para acompañarlo con su voto en lo que cuadre. Lo que les importa es poder seguir cobrando y continuar con sus empresas familiares.

Entonces, urge reconstruir el funcionamiento de los partidos políticos para poder sostener una verdadera república y una genuina democracia. Pero, como suelen decir los políticos o esa nueva nobleza de las democracias latinoamericanas, la gente también debe acompañar este cambio con un mayor compromiso y mejor educación. Es un deber no olvidarse que políticos como Scioli llegaron hasta la misma puerta de la Rosada.