De acuerdo a lo que se informó, las tareas se llevaron adelante a primera hora de este martes por la mañana en una vivienda ubicada sobre Santa Fe al 2000. Hasta ese domicilio coincidieron las averiguaciones desarrolladas por el asalto registrado el último 9 de febrero en una vivienda ubicada sobre Coronel Suárez al 4000, entre avenida Urquiza y Berutti.

El allanamiento había solicitado por la fiscal Susana Alonso y convalidado por el juez de Garantías Carlos Villamarín. Fue así que personal de la Sub DDI local, con la colaboración de agentes de las comisarías Primera y Segunda, lograron el secuestro de un arma de fuego tipo recortada, que poseía un cargador con municiones. Además de prendas de vestir varias y una caja con numerosa cantidad de proyectiles de diversos calibres.

Por otra parte, en esa propiedad también se recogió un chasis de ciclomotor que poseía pedido de secuestro activo desde inicios de febrero, a partid de una causa caratulada como "hurto ciclomotor", con la intervención del fiscal Martín Pizzolo, de la UFI Nº 5. Lo incautado fue remitido a la sede de la Sub DDI, donde será sometido a pericias.

El asalto

El caso que motivó el allanamiento se registró a primera hora de la mañana. La víctima, identificada como José Inocencio Dietrich, fue sorprendido por un joven que cubrió su cabeza con un pasamontañas, no dejando ver en ningún momento su rostro.

El delincuente habría logrado ingresar al domicilio por los fondos, abalanzándose sobre la víctima en ese lugar y obligándolo a entrar a la vivienda a medida que lo amenazaba con un arma de fuego, tipo pistolón. "Esto es un asalto", habría referido a medida que lo golpeaba. Para reducir completamente a la víctima le propinó un culatazo en la cabeza que le generó un profundo corte en el cuero cabelludo.

La víctima fue atada con su propio cinto y encerrada en el baño del lugar, mientras el asaltante por varios minutos recorrió todo el domicilio. Su manera de actuar era clara y delataría el conocimiento sobre los movimientos de la víctima, dado que no sustrajo ninguno de los elementos que encontraba a su paso. Sólo le interesaba apoderarse de dinero en efectivo.

Tras varios minutos de búsqueda sin éxito habría retornado al baño, donde permanecía la víctima. Nuevamente la volvió a amenazar y allí le habría exigido violentamente que le dijera dónde estaba el dinero, ya dejando totalmente por sentado la información que contaba de forma previa. La negativa del hombre a dar información sólo dio lugar a mayor agresividad por parte del asaltante, que le propinó un violento golpe de puño en el ojo izquierdo, haciendo finalmente que el hombre le dijera dónde estaba el dinero.

De esa forma, entre dólares y moneda nacional, logró apoderarse de una suma cercana a los 50.000 pesos, para luego escapar por el frente de la propiedad. Las actuaciones por el caso se encuentran caratuladas como "robo y lesiones".