"Es un sector altamente vulnerable que necesita de la ayuda del Estado para pasar esta Pandemia" pregonan desde las redes sociales en busca de hacerse oír y que hoy viven "en angustia total porque no se sabe si van a poder seguir los talleres que, en este momento, están sin actividad porque no podemos exponer a nuestros operarios. Y no pasa solo en Olavarría. Queremos que el mensaje llegue al Gobierno por todos los talleres de la Provincia", señala Miriam Diorio, desde Juntos por Vos.

"Es una situación muy complicada y vivimos muy al día como para no tener más ingresos", expone la mujer que siente que la mochila se hace cada vez más pesada para sostener esa comunidad con 18 operarios que recibe una beca mensual de 1200 pesos por 8 horas diarias.

"Ya venimos luchando por eso. Un poco de plata les damos con lo que se recauda en el taller. En el caso nuestro, la beca que nos dan es 22 mil pesos por mes. Es muy poco y estamos reclamando por estos años, en que estuvimos muy abandonados y este Gobierno con discapacidad, aunque es pronto, no repuntó con nada", describe Miriam.

Pone como ejemplo que "tendrían que haber cobrado el 20 pero no alcanzaron a cobrar esa plata y ni se sabe cómo va a venir ese dinero porque tarjeta no tienen, no van a un cajero. Y no llaman de ningún ministerio. Nada. Hemos llamado y no hay respuestas, mandamos una carta a Buenos Aires la semana pasada, a través de la Fetap (Federación de Talleres Protegidos de Buenos Aires) pero no hay eco de ningún lado".

"Estamos muy angustiados"

En Olavarría hay alrededor de 130 operarios: 70 en Talleres Protegidos, unos 40 en Crecer Juntos y 18 en Juntos por Vos. "Son mas de 130 en total con sus familias. Tenemos apoyo de la Municipalidad pero se necesita otro tipo de apoyo a nivel nacional o de Provincia. Lo que mandan es casi que la nada y acá se trabaja muchísimo, por eso estamos muy angustiados. Con lo que producimos algo de ganancia queda...", argumenta Miriam Diorio.

Su institución es proveedora de la Municipalidad. "Tenemos que producir bolsas de residuos, patogénicas, bolsas para los alimentos para Desarrollo Social, y agradecemos que nos compran mucha mercadería, mas lo que producimos para el resto. Se nos había unido el 3 Estrellas y estaba por unirse la Cooperativa Obrera. Sin eso que ganamos y sin los eventos no llegaríamos y aún así estamos al día total. Esto es terrible. No sabemos dónde estamos parados ni cómo vamos a seguir".

Del dinero que se recauda les pagan a los técnicos, el alquiler y el resto de los gastos fijos, "como cualquier empresa pyme. Dicen que tenemos que manejarnos como una pyme pero no nos consideran pyme. No sabemos lo que somos ya...", se lamenta.

"En situación caótica"

Lo cierto es que los operarios de todos los talleres protegidos hoy están en su casa y la actividad se encuentra detenida o, al menos, muy acotada y el reclamo es que quedaron fuera de las medidas de acompañamiento del Estado nacional y provincial. Aplauden las decisiones que se tomaron en torno de la pandemia pero el reclamo es que no hayan alcanzado a un sector de alta vulnerabilidad social como el que ellos contienen. No están dentro de ninguna de las normas de acompañamiento que ha tomado el Estado.

"La manera de sostenernos es complicadísima. Habíamos asumido hace 20 días a hacer los 2500 barbijos para el Hospital y de pronto tuvimos que hacer que los chicos no fueran a trabajar. El personal siguió yendo una semana y ahora trabajamos desde nuestras casas", explica Rosana Donegana, desde Crecer Juntos. Son tres personas abocadas a para poder cumplir con ese objetivo y recaudar fondos.

"Estamos en situación caótica económica. Nadie nos contempla. Lo único que le pido a Dios es salir adelante y se piense más en los chicos. La Municipalidad nos da una mano siempre", aclara la coordinadora, tras contar que tienen, por ejemplo, un taller grande de costura con 15 operarias que "trabajan muy bien. Le hacemos la ropa al Hospital, para los Centros de Día. Eso también dignifica a los chicos pero esa producción se paró y estamos como al principio".

En total "funcionamos con 47 operarios, son chicos bastante independientes y también tenemos un taller de panificados. Hacemos pizzas para instituciones, de a 300 a 400 por semana, que es muy redituable y ayuda a repartir entre los chicos lo que se va obteniendo de dinero. También tenemos carpintería y manualidades. Hoy todo parado", indica Rosana Donegana.

Por eso, pone en valor que "el Municipio nos está ayudando con trabajo, que es lo que dignifica a los chicos adultos. Tienen una discapacidad bastante leve y pueden hacer muchas cosas. Hace 18 años que estoy ahí y siempre ha sido igual. Todo con gran esfuerzo... pero vamos a salir adelante", se esperanza Rosana a la espera de que aparezcan respaldos que permitan sobrellevar la actual situación, aún más acuciante por el efecto coronavirus.

Ayudas y prioridades

"Sabemos que lo que se refiere a la educación, salud y lo que concierne a las personas con discapacidad no es reconocido por ningún gobierno y excluyo un poco al gobierno municipal que desde hace años recibimos una ayuda", señala Rosita Muia. La referente de Talleres Protegidos reconoce, sí, que en momentos como éstos, "no nos alcanza".

El impacto de la pandemia "nos preocupa porque si no producimos no entra dinero al taller" pero "los chicos están con sus familias contenidos y a los que están en hogares nos encargamos de comunicarnos, de llevarles ayuda a los que precisaban y están todos bien. Nos mandan videos, viven extrañando y hay que darles mensajes de apoyo y contenerlos", aclara.

De todas maneras, prefiere no cargar las tintas en el coronavirus aunque sí esperan "poder recibir ayuda especial porque la estamos necesitando" ya que "no vamos a tener el dinero para pagar sueldos y los chicos ya avisaron que no saben cuándo van a cobrar".

En Talleres Protegidos, donde asisten 70 operarios, están acostumbrados a sortear tiempos de crisis y cuentan que "hemos pasado situaciones difíciles y la prueba está en que no podemos inaugurar el Hogar porque no tenemos dinero para pagar los sueldos". Sin embargo, más allá de la cuestión material, señala que la prioridad "de todos que conformamos el taller es la salud de nuestros chicos, que es nuestra familia grande. Que estén bien y si Dios quiere vamos a salir adelante".

Aclara, en todo momento y más allá del reclamo genuino de ser tenidos en cuenta por las autoridades en el marco de la emergencia, considera que "no es momento para aprovechar la pandemia para quejarnos sino conservar la salud mental de todas las personas que conformamos el taller y de nuestros operarios".

Finalmente, Rosita Muia opta por el optimismo y reflexiona que "esto nos va a servir para valorar lo que tenemos. Seamos positivos. Vamos a salir adelante. Somos muy poquitos los que trabajamos pero eso vale y pesa por un montón, compartiendo el mismo amor hacia el taller y hacia nuestros chicos".

"No somos tomados (por las medidas del Gobierno) pero nos llama la atención pero no está claro si van a entrar en subsidios . queremos que se los considere integrados y quizá dentro de las normas de subsidios estén considerados los chicos. Estoy esperanzada en que esto ocurra así. Otra contención del gobierno específica no tenemos pero tenemos que hacernos responsables del lugar que nos toca. Hablamos tanto de ser incluidos que tal vez lo estamos y por eso no nos nombran".