Además llegaron hasta Lalcec personas con patologías específicas, que son atendidas también gratuitamente.

El cáncer bucal representa del 5 al 7% de la totalidad de afecciones malignas en todo el organismo. Este número que aparece pequeño es en verdad alarmante si se tiene en cuenta que estamos en presencia de una localización en la que se deberían prevenir o tratar en estadios tempranos la totalidad de este tipo de lesiones.

Por eso se enseña a los pacientes a realizar el autoexamen. Y se recomienda concurrir al odontólogo regularmente, cada seis meses. Y en el autoexamen hay que sacar la lengua, moverla y mirar en busca de algún tipo de lesión o mancha blanca o roja. También si hay alguna llaguita o úlcera que lastima en la lengua o encías o que no cicatriza hay que concurrir al odontólogo.

La detección y tratamiento temprano es fundamental y marca la diferencia en la calidad de vida del paciente. El cáncer bucal se produce en los labios (generalmente, en el inferior), dentro de la boca, en la parte posterior de la garganta, en las amígdalas o en las glándulas salivales. Afecta con mayor frecuencia a los hombres que a las mujeres, y principalmente lo padecen personas mayores de 40 años. El tabaquismo en combinación con la ingesta fuerte de alcohol constituye factores claves de riesgo.

La detección tardía del cáncer bucal puede implicar cirugía, terapia radiante y quimioterapia. También puede resultar fatal con un porcentaje de sobrevida de cinco años para aproximadamente el 50% de los casos. Ese pronóstico negativo se debe en parte a la falta de identificación de los primeros síntomas de la enfermedad, por lo tanto la detección temprana del cáncer bucal es fundamental para el éxito del tratamiento.

Como en Lalcec se realizan las historias clínicas de todos los que llegan, en estos once años de campañas ininterrumpidas totalizan casi mil.