(Por Marcelo Metayer) Salieron. Se despidieron. Subieron a su auto y tomaron la ruta para ir hacia una ciudad vecina. Las estrellas lastimaban esa fría noche de mayo en la Ruta 2. Solo había oscuridad, la mancha de las luces del Peugeot 403 sobre el asfalto, la cúpula del cielo. Y de pronto: niebla; el desvanecimiento; el auto detenido bajo la luz del sol. ¿Qué había pasado? No conocían el paisaje. Se detuvieron y preguntaron. Era imposible. Habían salido de Chascomús, provincia de Buenos Aires, Argentina, y estaban cerca de la ciudad de México, en América del Norte, dos días después. Corría junio de 1968 y nacía una de las historias más misteriosas relacionadas con la ovnilogía nacional: el caso del matrimonio Vidal y su teleportación. ¿Existieron de verdad? ¿Se trató de una leyenda urbana o de la promoción de una película? Hoy en día, más de cinco décadas después, si bien muchos expertos coinciden en señalarlo como un fraude, hay quien duda. En lo que sí todos coinciden es en que el relato es asombroso.

El asunto se conoció en el ámbito porteño el lunes 3 de junio de ese año tan particular, en el que ocurrió la mayor oleada de ovnis de la historia argentina y en el que el caso de los Vidal fue una de las joyas más brillantes. Ese día, el diario la Razón usó un título perfecto: "¿Qué es esto?". Allí se narraba que "un colectivo estado de sorpresa, mezclado con temor y desconcierto, viven las poblaciones de Chascomús, General Pirán, Coronel Vidal y Maipú, a raíz de un extraño y casi extraterreno suceso que habría ocurrido hace apenas unos días a un matrimonio vinculado a pobladores de la última localidad bonaerense mencionada". Luego se contaba que "un par de semanas el matrimonio de apellido Vidal, que se dirigía en su automóvil por la ruta nacional Nº 2 desde la localidad de Chascomús, donde habían participado de "una suculenta cena", a Maipú, perdieron la conciencia al entrar en un espeso banco de neblina. Cuando la pareja volvió en sí, descubrió con asombro que se hallaban en la ciudad de México y que habían pasado 48 horas desde su desaparición de la ruta.

El misterio había comenzado gracias a que habían salido de Chascomús junto a otro matrimonio en su propio auto. Éstos llegaron a Maipú y ahí se dieron cuenta de la desaparición de los Vidal. Salieron a buscarlos y no los encontraron. Dos días después, en la casa de una familia Rapallini, en Maipú, recibieron una llamada telefónica. Les dijeron que les iban a hablar del consulado argentino en México. Era el señor Vidal, amigo de la familia maipuense. Les dijo que estaba todo bien y que iban a volver vía aérea. Los fueron a esperar a Ezeiza; la señora Vidal fue internada en una clínica, víctima de una crisis nerviosa.

Dos días perdidos

Vidal (que en relatos posteriores es mencionado como Gerardo Vidal) contó a los familiares pormenores de lo que les había ocurrido en la ruta esa noche. En la historia que siguió recogiendo La Razón, se menciona que "a poco de abandonar los suburbios de Chascomús se presentó ante él, imprevistamente y de manera sorpresiva, un espeso banco de niebla. Disminuyó la velocidad para entrar en él y, de ahí en adelante, no recuerda más detalles… Hasta que de pronto, y en pleno día, recuperó la visión y el sentido de las cosas, miró alrededor y vio que se hallaba en un camino de tierra desconocido". El automóvil estaba detenido y había otro detalle extraño: la pintura estaba quemada como si la hubiesen sopleteado.

Sus relojes se habían detenido. Anduvieron un poco y descubrieron, tras hacer unas preguntas, que se hallaban en México, dos días después de la fecha en la que salieron de Chascomús.

La Razón aseguraba que había hablado con la familia Rapallini, de Maipú, que había confirmado estos hechos. Añadieron que el vehículo de los Vidal había sido "trasladado a un laboratorio de los Estados Unidos para su posterior investigación y a cambio les entregaron uno nuevo".

De inmediato, periodistas de toda Argentina intentaron dar con los Vidal para entrevistarlos pero nadie los encontró. No obstante, La Razón, La Mañana y La Capital de Mar del Plata siguieron publicando notas con más detalles del caso, presuntamente obtenidos de familiares de la elusiva pareja.

De los diarios porteños, La Nación solo hablaba de una "versión" y comentaba que "la investigación de los periodistas en Coronel Vidal no dio el resultado esperado". Los periodistas del diario se movilizaron a Maipú y ahí apareció otro dato interesante: la historia, según el intendente de la localidad, Carlos Lastra, se había comenzado a difundir "hace alrededor de veinte días", es decir, alrededor de mitad de mayo de 1968 "y fue comentada en la reunión del Jockey Club". Igualmente, el título de la nota lo dice todo: "Califican de imaginaria a una singular versión". (Por Marcelo Metayer)

(Versión original en http://www.metayer.com.ar)