Pringles y se desconocen las causas del siniestro, que en pocos minutos arrasó con los vehículos existentes en el galpón, remises, autos antiguos y ambulancias de la funeraria local.

El denso y negro humo por momentos hacía imposible la visibilidad en el sector, convirtiendo el lugar en un espacio sofocante. Parte del techo se cayó y complicó la labor de los bomberos voluntarios, que permanentemente tenían que hidratarse con agua, y usar oxígeno.

El fuego también alcanzo el entrepiso del lugar, donde se hallaba el depósito de cajones mortuorios que quedaron totalmente arrasados por el foco ígneo.

Se hicieron presentes seis dotaciones de bomberos, que permanentemente tenían que ir reponiendo el agua de las cisternas, que no daban abasto, lo que habla de la intensidad del siniestro.

Tuvieron el inconveniente además, de tener baja presión en el agua y debieron trasladarse al Parque Vial, lo que dificultó un poco el proceso.

Controlar el fuego llevó casi dos horas y los Bomberos Voluntarios también dedicaron tiempo a  enfriar el interior, si bien no entraron en el primer momento, por prevención de la caída total del techo.

Las dotaciones estuvieron a cargo del Jefe de Bomberos, Fabián Rossi y de Leandro Montenegro de aquella ciudad.

Los servidores quedaron agotados, tras el tremendo esfuerzo realizado. También tuvieron la precaución, de cuidar que el fuego no llegue al depósito de pintura de una empresa continua, para evitar una tragedia mayor.

El indomable fuego arrasó con todo lo que había en el inmenso depósito de la funeraria de aquella ciudad, desde hace décadas.

Fuente: ElOrden.com.ar