Durante el encuentro, que se extendió por más de una hora, se conversó sobre las distintas acciones que lleva adelante ese país para la prevención del narcotráfico, hablaron del efecto de la legislación contra el lavado de activos, de la tecnología para detectar embarques y del proceso de paz en Colombia. También recorrieron la Base de la división Antinarcóticos y la dirección de Aviación Policial.

Participaron también de la reunión el viceministro de Seguridad provincial, Vicente Ventura Barreiro, y el subsecretario de Relaciones Internacionales y Cooperación bonaerense, Diego Cagliolo. María Eugenia Vidal y los funcionarios expusieron ante Ramirez el plan de lucha contra las mafias y contaron la experiencia Argentina en la materia.

El objetivo de la visita oficial de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires "es compartir buenas prácticas en el campo de la lucha contra el narcotráfico y las mafias que se desarrollan en ambos países así como también fortalecer los lazos de cooperación y el trabajo en conjunto en el ámbito de la seguridad" informaron desde la gobernación.

La provincia de Buenos Aires implementa desde hace más de tres años una agenda de cooperación en temas de prevención del delito con distintas organizaciones estatales de Colombia, afirmaron desde el departamento de prensa.

Este funcionario -quien hoy es asesor del Estado colombiano- fue el que garantizó la gobernabilidad y estuvo al frente del operativo que terminó con Pablo Escobar Gaviria.

Serrano recibió numerosas condecoraciones nacionales e internacionales por su trabajo contra las drogas ilícitas, el narcotráfico y la reestructuración de la policía colombiana.

En el marco de este cambio, cuando se hizo cargo de la fuerza en 1995 - con una institución sumida en la más grave crisis de su historia- despidió a 8 mil efectivos e introdujo reformas fundamentales, para convertirla en un organismo eficiente y moderno.

Gracias a los rápidos golpes contras los carteles narco, en pocos meses se convirtió en uno de los hombres más queridos y populares del país, y comenzaron a llegarle elogios desde el exterior, bautizándolo como el "superpolicía del mundo".

Tras estos primeros pasos, Serrano formó una institución poderosa, con una infraestructura en materia de inteligencia muy sofisticada, gracias a que los cargos claves dentro de su administración no fueron ocupados por jerarquías sino por conocimientos y porque los hombres de su mayor confianza recibieron entrenamiento en Estados Unidos y Europa.