La investigación para dar con los delincuentes que cavaron un túnel en San Isidro para intentar robar la bóveda de un banco avanza con los primeros resultados. El análisis de las cámaras alrededor del galpón ubicado en la calle Chacabuco al 500, utilizado por la banda como base de operaciones, reveló las primeras imágenes de los sospechosos, según informaron fuentes del caso. La causa está a cargo de los fiscales Carolina Asprella y Patricio Ferrari, bajo la supervisión del fiscal general John Broyad, quienes ordenaron a la Policía Bonaerense llevar a cabo las tareas de investigación.

En paralelo, el contrato de alquiler con el que la banda accedió al galpón es otra pista clave. Los delincuentes entraron al galpón a mediados de noviembre de 2023, después de firmar el contrato el día 15 de ese mes y pagar un año completo de renta por adelantado, ofreciendo varias propiedades como garantía. La persona que firmó el documento es, sin duda, de interés para la investigación.

Los planos y el plan criminal de los delincuentes
Los planos y el plan criminal de los delincuentes

El allanamiento al galpón, un viejo taller en desuso desde donde se comenzó a excavar un túnel de 150 metros, también arrojó información importante. Allí se encontraron las herramientas utilizadas para cavar el túnel, incluyendo al menos dos barrenas de tierra, soldadoras, amoladoras y palas. La construcción del túnel, que sorprendió tanto a investigadores como a criminales experimentados por su precisión, incluía paredes encofradas con listones de madera para evitar derrumbes y un sistema de ventilación. Además, se encontró en una cartelera de corcho una serie de planos que detallaban, por ejemplo, la ubicación de cámaras de seguridad, alarmas e incluso sensores en el banco que planeaban asaltar.

Los delincuentes también intentaron mantener una coartada convincente. A la inmobiliaria que les alquiló el local le dijeron que lo usarían como un “local para vender placas anti humedad”. De hecho, cuando la Bonaerense ingresó al lugar, encontró una pared completa cubierta con estas placas.

El encuadre jurídico del caso, es decir, qué delito asignar al expediente, presentaba un desafío. Luis Vitette Sellanes, uno de los protagonistas del "robo del siglo" al banco Río en Acassusso en 2006, comentó que, al no haber robado nada, los ladrones, en el peor de los casos, solo habrían cometido una contravención. Sin embargo, los fiscales Asprella y Ferrari están investigando el hecho como una tentativa de robo, una calificación que podría ser modificada o discutida, según confirmaron fuentes del caso.

La noticia también resonó en el mundo del delito, donde veteranos del crimen notaron que las paredes encofradas evidencian la mano de delincuentes con experiencia, un estilo nostálgico en una era dominada por hackers y estafadores de la Dark Web, donde los criminales más antiguos terminan como mano de obra barata. "La inversión para esta obra fue altísima, no tengas dudas", afirmó desde una cárcel bonaerense un hombre con dos condenas. "No fueron amateurs, mirá qué bien lo hicieron", agregó.

Otro comentarista con una trayectoria similar señaló: "Ahora, un año poniendo plata, nueve meses sacando bolsas de escombro, y te vas sin ver un peso y con toda la Bonaerense buscándote. Los muchachos se deben querer matar".

Este último comentario plantea una posibilidad interesante. La magnitud de la obra del túnel sugiere que fue demasiado grande para ser financiada por un grupo de viejos delincuentes. Por eso, los investigadores consideran la posibilidad de que haya habido un financista detrás, alguien que puso los millones necesarios para llevar a cabo el golpe.