La pasión guitarrística nacional que expresa, voces, lenguajes, pulsos, silencios e historias de cada territorio del país donde se desarrolló a lo largo del tiempo, contará este año con la entrañable compañía de la presencialidad y de la cercanía y el contacto del público con los músicos, luego de la edición pasada realizada de forma virtual por imposición de la pandemia y los riesgos del contagio.

"La llegada de la presencialidad es un alivio porque a pesar del valor que tuvo la virtualidad en la experiencia que realizamos el año pasado siempre es importante el público porque la música nació para que se establezcan comuniones profundas" destacó Juan Falú, ideólogo y creador del Festival, que organiza junto al Ministerio de Cultura y el gremio de UPCN.

Famoso en el concierto de los festivales del mundo y dueño de características únicas: su extensión geográfica, su armado estructural apelando a recursos acumulados por los trabajadores, su penetración en territorios a veces lejanos a las grandes urbes, su absoluta horizontalidad y los climas de cercanía que pone en juego, Falú aseguró que "la marca del festival es haberse construido en un programa reivindicador de la guitarra, muy participativo, que siempre generó una respuesta solidaria y ganas de estar presente de los que participan".

Luego de su apertura, el Festival recorrerá 35 sedes distintas, abarcando ciudades tan distantes como San Juan, Río Grande, Entre Ríos, Baradero, Río Gallegos, Ciudad de Buenos Aires, Formosa, Villa Gesell, Misiones, Viedma, Rosario, Catamarca, Córdoba, Salta, Chaco, la Rioja, San Martín de los Andes, Neuquén y Maipú (Mendoza), entre otras. El cierre ocurrirá el domingo 7 de noviembre, con un gran concierto que se desarrollará y será transmitido en vivo en la Televisión Pública. (Télam)