Los especialistas, dedicados a la investigación de la neurobiología de insectos, especialmente de los considerados plaga o perjudiciales para las personas a nivel sanitario y económico, publicaron los hallazgos en la revista Scientific Reports, donde explican la secuencia de "genes activos" en la llamada chinche verde, responsable de devorar cultivos de soja y maíz.

La chinche, cuyo nombre científico es Nezara viridula, es famosa por despedir un olor hediondo. "Supimos por contacto con el propio sector productivo que la chinche verde aparecía como una gran amenaza y comenzamos a estudiarla luego de comprobar que en la bibliografía prácticamente no hay datos a nivel genético", dijo Sheila Ons, investigadora independiente del Conicet.

Los autores del trabajo buscan desarrollar en el futuro un compuesto que logre mimetizarse con una hormona, y hacerse pasar por ella para interactuar con las células provocando la muerte del insecto.

Otra posibilidad es el diseño de cultivos transgénicos que puedan inhibir algún gen de la chinche para evitar ser comidos, por ejemplo, desencadenando un mecanismo que le genere preferencia por otra planta.

Los investigadores explicaron que una vez que obtuvieron la secuencia de genes, la compararon con otros insectos que comen plantas y también con un tipo de vinchuca que está relacionada evolutivamente.

A partir de este análisis, confirmaron que ciertos rasgos que los científicos creían que eran específicos de la vinchuca aparecieron también en la disposición genética de la chinche verde mientras que otras resultaron ser propias de cada grupo.

De acuerdo a los expertos, estas observaciones abren la puerta a nuevas herramientas para comprender su fisiología, el funcionamiento de órganos y tejidos, lo que ayudará a encontrar nuevos blancos para insecticidas.