La alcaldesa de El Alto, Eva Copa, recordó con profundo respeto y admiración al padre Eduardo Pérez Iribarne, destacando su invaluable dedicación a Bolivia y sus contribuciones en diversos ámbitos sociales. En un emotivo acto realizado frente a la capilla ardiente instalada en Jach’a Uta, la autoridad municipal compartió sus memorias y experiencias personales con el sacerdote jesuita, fallecido recientemente.

Eva Copa, visiblemente conmovida, relató cómo conoció al padre Pérez durante los conflictos sociales en 2019-2020. "Fue la primera persona que me abrió las puertas, ahí hice mi primera entrevista en medios de comunicación", expresó. La alcaldesa también destacó la sabiduría y el espíritu desprendido del padre Pérez, enfatizando el impacto que tuvo en su vida y en la de muchos bolivianos.

El homenaje se desarrolló en un ambiente de solemnidad, interrumpido solo por el toque de silencio, que marcó un momento de reflexión para los presentes. La capilla ardiente en el consistorio alteño, adornada con sirios y la imagen del sacerdote, se convirtió en un espacio de oración y tributo a su memoria, mientras sus restos son velados en el templo de San Calixto, en La Paz.

Durante su discurso, Copa recordó la labor social del padre Pérez, mencionando su participación en la bendición del estadio de Villa Ingenio y su compromiso con actividades deportivas como la Doble Copacabana. "Era un amante del ciclismo", dijo la alcaldesa, resaltando su pasión por el deporte y su disposición para ayudar a los demás.

La autoridad municipal también subrayó la influencia del padre Pérez en el ámbito periodístico, donde su ética y crítica constructiva dejaron una huella imborrable. "El padre nos enseñó ética, era crítico, y eso lo transmitió a quienes trabajaban con él", afirmó Copa, recordando su primera entrevista en Radio Fides bajo la guía del sacerdote.

El acto concluyó con un mensaje de gratitud y un llamado a continuar el legado del padre Pérez. "A veces, el que menos tiene es el que más ayuda. El ejemplo que nos ha dejado, el legado debe continuar", sentenció Eva Copa, en honor a la memoria del querido sacerdote jesuita.