El economista Gonzalo Chávez advierte que el fin del contrato de exportación de gas natural hacia Argentina, que duró más de 50 años, marcará un punto de inflexión en la economía boliviana, agravando la situación macroeconómica y reduciendo significativamente los ingresos tributarios del país.

Bolivia, que alguna vez fue considerada una potencia gasífera, dejará de exportar gas natural a Argentina a partir de octubre de 2024, según el análisis económico presentado por Gonzalo Chávez para nuestro medio de comunicación. El contrato, que durante décadas garantizó importantes ingresos al país, culmina en un momento crítico para la economía boliviana, que ha experimentado una disminución sustancial en los ingresos por exportación de gas en los últimos años.

Un ciclo exitoso que llega a su fin

Chávez explicó que a partir de 2011-2012, Bolivia vivió un auge en las exportaciones de gas, multiplicando casi por siete sus ingresos. En 2011, el país exportaba gas por 1.911 millones de dólares, cifra que ascendió rápidamente hasta alcanzar picos superiores a los 2.000 millones de dólares anuales.

Sin embargo, a partir de 2015, los ingresos comenzaron a caer paulatinamente, reduciéndose hasta los 1.400 millones de dólares en 2022. En 2023, la situación empeoró con una fuerte caída a 686 millones de dólares en exportaciones de gas, reflejando una tendencia preocupante para la economía boliviana.

“Bolivia tendrá una caída significativa en sus ingresos por exportaciones de gas, lo que agravará la situación macroeconómica del país y privará al Estado de importantes ingresos tributarios,” subrayó Chávez.

De potencia gasífera a transportador de gas

El economista también advirtió sobre el impacto que tendrá esta transición en la economía nacional. Bolivia, que en los años 90 y principios de los 2000 fue reconocida como una potencia gasífera, está en camino de convertirse en un “transportador de gas”, es decir, un país que alquila su infraestructura para el tránsito de gas natural. Además, existe la posibilidad de que Bolivia termine importando energía, lo que sería un duro golpe para su economía.

“Si Bolivia no encuentra nuevos mercados, corremos el riesgo de perder también el mercado de Brasil, lo que podría convertirnos en un país importador de energía, una situación económica sumamente compleja,” advirtió Chávez.

Impacto económico y déficit público

La finalización del contrato con Argentina no solo implica una pérdida de ingresos por exportación, sino que también agudizará el déficit público del país, según Chávez. La dependencia del gas como fuente de ingresos tributarios ha sido significativa en las últimas décadas, y su disminución afectará profundamente las finanzas públicas.

“Se cierra un ciclo exitoso y se abre un cuello de botella en nuestra economía,” concluyó el economista, señalando la urgente necesidad de diversificar la matriz energética y buscar nuevos mercados internacionales para mitigar el impacto de este cambio estructural.