El economista Gonzalo Chávez ofreció un análisis detallado para ‘El Popular’ sobre los costos económicos de la reciente “Marcha para Salvar Bolivia”, liderada por Evo Morales, quien la denominó la “marcha del millón”. Chávez, con un tono irónico, expresó que inicialmente pensó que el nombre hacía referencia a la cantidad de personas que participarían, pero al final cree que se refería más bien al "millón de dólares" que habría costado la movilización.

A partir de una estimación para 5.000 personas, Chávez desglosó los costos de la marcha de la siguiente manera:

• Transporte a Caracollo: “Llevarlos a Caracollo, Bs. 30 por cabeza. Total: 150.000 bolivianos.”
• 7 días de caminata: “Por persona, unos Bs. 100 para la cena, ajtapi, etc. Total: 500.000 bolivianos por día. Multiplicados por 7 días, estamos hablando de 3.5 millones de bolivianos.”
• Alojamiento: “Pongámosle unos Bs. 20 por 6 noches, y se juntaron otros 30.000 para apoyar la marcha de manera espontánea. Eso da un total de 600.000 bolivianos.”
• Gastos adicionales: “Ahora viene la parte más jugosa: petardos, hoja de coca, dinamitas, puchitos… yo calculo unas 10.000 luquitas (10.000 bolivianos).”
• Tarima y sonido: “Cuando llegaron a La Paz, por lo menos unos 200.000 bolivianos por la tarima y el sonido, que estuvo muy mono y coqueto, era espectacular la amplificación. Luego, la desmovilización, unos Bs. 50 por persona, lo que suma 250.000 bolivianos.”
• Reconocimientos a los marchistas: “Supongamos que dieron un reconocimiento de unos Bs. 50 por día a la columna vertebral de la marcha, lo que suma 1.7 millones de bolivianos.”

Con todos estos elementos, Chávez estima que el costo total de la marcha fue de 7.070.000 bolivianos, es decir, un millón de dólares. “Voy a movilizar un millón”, dijo Evo Morales, y según Chávez, “a eso se refería”.

Finalmente, Chávez planteó la pregunta clave: “¿Quién puso la plata, la marmaja, los chichis, los dolarachos?”, cuestionando el financiamiento de la marcha. Para cerrar, sentenció que esta movilización “fue al fósforo porque no hubo resultados reales”, señalando que “la economía después de la marcha quedó en el mismo lugar” y concluyendo que la marcha terminó “sin pena ni gloria”.