Gustavo Jáuregui: Un legado de liderazgo en la Cámara Nacional de Comercio
El Ing. Gustavo Jáuregui Gonzáles, quien recientemente dejó su cargo como Gerente General de la Cámara Nacional de Comercio, compartió en exclusiva con El Popular Bolivia sus reflexiones sobre su gestión, los retos enfrentados y su visión del panorama económico y comercial del país. A través de tres preguntas clave, Jáuregui profundizó en los desafíos del sector empresarial y las perspectivas para fortalecer la economía nacional en el contexto actual.
1. ¿Cuánto tiempo en la Cámara Nacional de Comercio (CNC) y porqué la decisión de tomar un nuevo rumbo en su vida profesional?
Estuve poco más de 11 años en la CNC, de los cuales 7 años ocupé el cargo de Gerente General y creo que cumplí un ciclo importante en mi vida profesional. Cierro este capítulo muy orgulloso de haber brindado lo mejor de mí, en bien de un sector empresarial privado al cual respeto profundamente, puesto que he entendido el rol tan importante que cumplen en la sociedad, arriesgando más que su capital en bien del desarrollo económico y social del país.
Soy un fiel creyente de que la competitividad en un cargo, como el que ostenté en la CNC, debe estar directamente alineada a la visión y principios compartidos con los dirigentes empresariales de turno; caso contrario, el rendimiento y el cumplimiento de objetivos y metas no serán los esperados.
2. ¿Qué destacaría de su gestión como máxima autoridad ejecutiva de la CNC?
Son muchos los desafíos que tuvimos que afrontar dadas las coyunturas difíciles por las que atravesó nuestro país, como ser la crisis política y social suscitada en el 2019, el Gobierno transitorio y la pandemia del COVID-19 en el año 2020, la recuperación económica post pandemia y la crisis económica actual, entre otras.
A pesar de ello, al inicio de mi gestión como Gerente General a inicios del 2018 ejecutamos un ambicioso plan de reposicionamiento de la CNC, implementando exitosamente una nueva imagen institucional renovada, moderna e innovadora. Durante la gestión 2020 ante la crisis suscitada debido a la Pandemia del COVID-19, hemos sido una de las pocas organizaciones empresariales que hemos implementado un Plan de Contingencia, mismo que nos permitió mantener nuestra salud financiera y la sostenibilidad de nuestras operaciones.
Se trabajó intensamente para posicionar a la CNC como la principal organización empresarial líder de opinión en momentos donde la economía ya mostraba sus primeras muestras de desaceleración. Para ello, incursionamos no solo en medios de comunicación tradicionales, también en medios no convencionales como las redes sociales, imponiendo una estrategia comunicacional que posteriormente fue ejemplo a seguir por otras organizaciones empresariales.
En el ámbito administrativo se ejecutó un Plan de Acción efectivo para sincerar y mejorar las finanzas institucionales a partir de la ejecución de una reestructuración organizacional acompañada de unaregularización en el pago de beneficios sociales, revalorización y saneamiento de los activos fijos, generación de nuevas fuentes de ingreso, entre otras medidas.
En el ámbito financiero, enfocamos la estrategia en el “Fortalecimiento Patrimonial” y resguardo de los recursos financieros para su mantenimiento de valor, mediante la inversión en activos fijos actuales (modernización del Edificio CNC zona central) y nuevos (adquisición e implementación nueva oficina CNC zona en Edif. Green Tower), además de otras sociedades comerciales.
En lo referido a políticas de sostenibilidad, fuimos pioneros en la implementación de una planta de energía solar en el edificio principal de la CNC en el centro de la ciudad, con la finalidad de hacer un uso más eficiente de la energía mitigando el impacto ambiental; además de impulsar la ejecución de este modelo en el sector empresarial comercial del país. Asimismo, en el año de pandemia ejecutamos uno de los primeros programas de impulso al liderazgo de género denominado “Mujeres 5.0” donde tuvimos la participación de destacadas lideres de diferentes rubros a nivel nacional e internacional.
En cuanto a la estrategia de fortalecimiento institucional, se ha encarado un plan de impulso en la participación institucional en terceras inversiones como ser: FUNDEMPRESA, INFOCENTER S.A., DIGICERT S.R.L. Así como nuestra representación en entidades relacionadas como ser: Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Federación de Empresarios Privados de La Paz, Instituto Boliviano de Normalización y Calidad, Fundación INFOCAL La Paz, entre otros.
Hemos encarado de manera sostenida el impulso a las relaciones bilaterales con énfasis en el ámbito empresarial, trabajando coordinadamente con los diferentes representantes del cuerpo diplomático acreditados en nuestro país. Entre alguno de los resultados visibles, se puede mencionar la creación de la Cámara Binacional de Comercio e Industria Boliviano Paraguaya, la reactivación de la Cámara Binacional de Comercio e Industria Boliviano Mexicana y la creación del Consejo Empresarial Binacional Bolivia – Chile, entre otros.
En uno de los ámbitos más importantes que debe afrontar una organización empresarial como lo es la “representación institucional”, ejecutamos una estrategia sostenida mediante gestiones con resultados efectivos ante instituciones públicas que regulan la actividad privada como ser: la Aduana Nacional, el Servicio de Impuestos Nacionales, las Autoridades de Regulación, Ministerios y Viceministerios entre otros.
3. Desde su amplia experiencia y en el ámbito económico ¿Cómo prevé terminemos el 2024 y cómo proyecta el 2025?
La gestión 2024 ha estado marcada por el agravamiento de la crisis económica en el país, donde la continua escasez de dólares ha llevado a la devaluación real de la moneda nacional frente al dólar americano y la escasez de combustibles, especialmente de Diésel, han provocado generado quiebre en la cadena de suministros, entre otros efectos negativos. El sector empresarial tropezó con muchas dificultades para realizar transferencias al exterior para realizar pagos a sus proveedores. La industria nacional también sufrió por la falta de divisas puesto que dependen en gran medida de las importaciones de insumos para la producción. La agroindustria ha advertido que esta situación pone en riesgo la seguridad alimenticia del país y se empiezan a observar el desabastecimiento de productos básicos de la canasta familiar. A pesar de que el Instituto Nacional de Estadística (INE) registra un crecimiento positivo, al primer semestre del año de 2,6%, mayor al crecimiento registrado en el mismo período el año 2023, la percepción de los agentes económicos es que la cifra del INE no refleja la dura situación económica que atraviesa el país. La inflación también ha empezado a crecer. Al mes de noviembre la inflación acumulada ha sido de 8,8%, mucho mayor a la inflación registra en el mismo período el 2023 que era del 1,5%. Lo preocupante es que el dato de inflación es utilizado posteriormente para fijar el aumento salarial, que el año 2025 puede fácilmente llegar a los dos dígitos.
Esta crisis proviene del agotamiento de las reservas de gas, las reservas internacionales y la capacidad de endeudamiento del país. Esto hace que el sector público genere un déficit público que sólo se puede financiar recurriendo principalmente al endeudamiento interno constituido por préstamos de la Gestora Pública que maneja los fondos de pensiones y del Banco Central, generando lo que se conoce como emisión inorgánica, lo cual genera a su vez el aumento de la demanda de dólares y bienes, lo que deriva en la depreciación del boliviano y la inflación. Como hemos advertido en diferentes oportunidades, para evitar que la depreciación y la inflación se desborden es necesario reducir el déficit fiscal a niveles manejables (alrededor del 3% del PIB). Pero la reducción del déficit fiscal no es una prioridad para el gobierno.
Lamentablemente las proyecciones para el próximo año son poco alentadoras. Todo hace pensar que los problemas que observamos en esta gestión podrían ahondarse aún más. Sin embargo, considerando que el 2025 es el año del bicentenario y además es un año electoral, debemos ser optimistas respecto al anhelo de mejores días para nuestro país.
Cada boliviano, desde el rol que le toque, debe constituirse en un factor de aporte a ese anhelo y coadyuvar en el rumbo adecuado que debe seguir nuestra economía.
Debemos tener la firme convicción del importante rol que juega el sector empresarial privado para salir de la difícil coyuntura económica por la que atraviesa el país. El 2025 se constituye en un año muy importante para la visibilización de liderazgos disruptivos que coadyuven a salir a Bolivia de la actual crisis.