El exministro Juan Ramón Quintana, incluido recientemente en una alerta migratoria por presuntos delitos como terrorismo e instigación pública a delinquir, emitió un mensaje en el que calificó la medida como un acto de persecución política y expresó su postura frente al gobierno de Luis Arce y David Choquehuanca.

En sus declaraciones, Quintana denunció lo que considera un abuso del poder estatal y afirmó que la actual administración ha cruzado “líneas rojas” al perseguir con rigor a figuras opositoras vinculadas a sectores disidentes del Movimiento al Socialismo (MAS).

Asimismo, aseguró que no se convertirá en un “objetivo fácil” y que su decisión de mantener una postura crítica responde a una responsabilidad con su familia y su compromiso político.

Un llamado a la movilización social

Quintana instó a sus seguidores a continuar en la lucha por los derechos y las libertades en Bolivia, destacando que la historia del país ha demostrado que los derechos y la democracia se han alcanzado a través de la movilización ciudadana.

“Invoco a que sigamos luchando por nuestros derechos, nuestras libertades y la democracia. No le tengamos miedo al miedo ni al abuso de poder”, expresó el exministro, destacando la importancia de mantener la unidad y la resistencia pacífica.

El contexto de la alerta migratoria

La alerta migratoria contra Quintana fue emitida a solicitud del Ministerio Público, en el marco de las investigaciones relacionadas con los bloqueos organizados por sectores evistas, que afectaron a Cochabamba y otras regiones del país durante 24 días. Estos bloqueos generaron pérdidas económicas significativas y enfrentamientos violentos.

Desde el gobierno, se ha señalado que estas medidas buscan garantizar que las personas investigadas comparezcan ante la justicia, mientras que desde el entorno de Quintana y sus aliados, se sostiene que esta acción responde a una estrategia para silenciar voces críticas.

Un panorama político complejo

El caso de Quintana refleja las tensiones internas en el MAS y el clima político polarizado que vive Bolivia. Mientras el gobierno busca fortalecer su posición.