El yacimiento de hierro y manganeso del Cerro Mutún fue descubierto en 1848. La región montañosa del Mutún se encuentra ubicada en el oriente boliviano, en la frontera con Brasil, a 32 kilómetros al sur de la ciudad de Puerto Suárez, cerca de la Laguna Cáceres y el Canal Tamengo. Limita con el macizo de Urucum, perteneciente al vecino Brasil, que es también un gran yacimiento de hierro, actualmente en explotación.

De acuerdo a estudios realizados, el potencial estimado de reservas del Mutún alcanza a 40 mil millones de toneladas de mineral de hierro y 10 millones de toneladas de manganeso.

A mediados de 2021, en una nota sobre este mismo tema decía: “tuvieron que pasar muchos años y tres intentos fallidos, de contratos internacionales, antes de que el complejo metalúrgico del Mutún empiece a tomar forma”. Dos años y medio después, el Gobierno anuncia que este complejo empezará sus operaciones en 2025.

De acuerdo a lo expresado por el presidente Arce, este mes deben ser entregadas seis de las siete plantas del Complejo Siderúrgico del Mutún, como parte de los proyectos emblemáticos rumbo al Bicentenario de la fundación de Bolivia, infraestructura que permitirá al país “ingresar a la era de la siderurgia e industrialización del mineral de hierro”, iniciando la producción de acero boliviano.

Hasta principios de noviembre de este año, la construcción del Mutún tenía un avance del 94%. Se espera que cuando la planta entre en funcionamiento, produzca alrededor de 200.000 toneladas anuales de barras corrugadas y alambrón para la construcción, reduciendo las importaciones de acero en un 50%, equivalente a unos 200 millones de dólares al año.

Según el Informe de Coyuntura N° 315 de la Fundación Milenio, entre 1985 y 2012 hubo tres tentativas para explotar este yacimiento, sin éxito. El primer intento está en el DS 21.060, que descentraliza las funciones de la Corporación Minera de Bolivia, creando la Empresa Minera del Oriente, para desarrollar y explotar, bajo la dependencia de Comibol, el yacimiento del Mutún.

En 2005 se hizo el segundo intento, encargando a la empresa brasileña EBX instalar un horno de fundición en Puerto Suárez, que planteaba utilizar carbón vegetal, proveniente del Pantanal. Este fue el motivo por el que fue rechazado por varios sectores nacionales. El tercer intento lo promovió Evo Morales, en 2007, que encargó a la empresa india Jindal Steel, la explotación de esta riqueza. En 2012 se rescindió el contrato.

El proyecto que logró avanzar –hasta el estado en que se encuentra ahora– fue el encomendado a la empresa china Sinosteel Equipment & Engineering Co. Ltd. El contrato fue firmado el 30 de marzo de 2016, por el entonces presidente Evo Morales, para que construya la Planta Siderúrgica Integrada para la producción de laminados.

El financiamiento para el diseño, construcción, puesta en marcha y operación de la planta, por 422 millones de dólares, provino de un crédito del Eximbank chino.

A principios del mes pasado, el presidente Luis Arce dijo que este proyecto –demorado en su construcción 40 años– es una “oportunidad histórica” para impulsar el desarrollo industrial en Bolivia, pues las grandes reservas de hierro permitirán que los bolivianos se beneficien de las exportaciones por más de 6.000 años.

A principios del 2022, Jorge Alvarado, presidente de la Empresa Siderúrgica del Mutún, explicaba que una vez arranquen las operaciones de producción de acero y hierro, esta planta dejará ingresos para el Estado por 175 millones de dólares anuales, con utilidades netas de 60 millones de dólares. El costo que demandó instalar la fábrica industrial será recuperado en cinco años.

En el primer semestre de este año se informaba que, para comercializar el acero en el mercado interno, se utilizará el transporte ferroviario. Los directivos de la Planta Siderúrgica se reunieron con sus pares de la empresa Ferroviaria Oriental S.A., para “tratar temas de coordinación sobre la logística multimodal e integral de transporte, en el interior del país, del acero”.

Los empresarios esperamos que la idea del transporte ferroviario se extienda a occidente, vinculando las dos redes ferroviarias del país y, al mismo tiempo, reponiendo el servicio entre Arica y La Paz, que tanta falta hace a esta parte del país. Los bolivianos consideramos fundamental el desarrollo del proyecto del Mutún, el cual aportará significativamente a nuestra economía.