Ruegos por trabajo y agradecimientos por los dones concedidos son las constantes razones por las que los cientos de promesantes acuden cada 7 de agosto al templo del barrio CECO donde, en cada misa, se repartió entre los fieles el pan bendito, uno de los símbolos del Santo del pan y del trabajo.

La devoción a San Cayetano queda demostrada cada año con la presencia de los fieles, tanto vecinos del barrio de la parroquia como de los aledaños, y de diversos puntos de la ciudad que agradecen los dones recibidos o acuden al Santo para que interceda ante el Señor por sus pedidos.

La misa de las 10.30 fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Hugo Manuel Salaberry, quien estuvo acompañado por el párroco Alejandro Boudgouste, el padre Andrés Pérez, de San Vicente de Paul y los presbíteros Daniel D’Imporzano y Eduardo Campión, de Nuestra Señora de Luján.

El obispo Salaberry en su homilía señaló que "el de hoy es un pedido excluyente por los que no tienen trabajo, por los que tienen trabajo para que no lo pierdan, por los que lo han perdido y por quienes tienen que incluirse en el mundo del trabajo, para que San Cayetano interceda ante el Señor para que estas cosas sean realidad". Antes de dar la bendición final, el titular de la Diócesis hizo alusión al tema que ha ocupado los últimos días: el encuentro de Estela de Carlotto con su nieto. Al respecto, el obispo indicó que "damos gracias por este encuentro después de tantos años de búsqueda de esa abuela, es un encuentro muy gozoso y a nosotros nos toca mucho porque es un chico de nuestra comunidad y además muy relacionado a través del arte. Esto provocó un sentimiento sin prejuicios, de alegría generalizada, y está muy bien que dejemos que el corazón nos gane a veces, si no solo con la razón las cosas no funcionan tan bien".

Por su parte, el párroco de San Cayetano, padre Alejandro, señalaba que "esta es una fiesta que va a seguir todo el día, porque a la tarde tenemos tres misas más y la procesión. Es una fiesta del pan y el trabajo, el obispo nos decía qué lindo es tener trabajo y agradecerlo, pedir para que todos tengamos trabajo y respetar el trabajo para todos. Y que aquellos que más tienen siempre estén atentos a utilizar lo que tienen para el bien de todos. Qué hermoso entonces que sepamos así construir entre todos una comunidad de hermanos donde a nadie le falte el pan ni el trabajo, donde todos puedan tener dignidad", para finalizar refiriéndose a la felicidad de la familia Carlotto, expresando que "nos ha tocado vivir momentos difíciles y muy dolorosos en la patria, entonces ver cómo la señora Estela Carlotto le daba gracias a Dios por este reencuentro con su nieto, ella le pedía no irse sin darle un abrazo a su nieto, este hijo nuestro, de Olavarría. Todos nos pusimos muy contentos y como Iglesia acompañamos siempre la verdad y la justicia en el amor".