-¿Cómo estás después de haber procesado la noticia?

-Bien. La ansiedad ya bajó un poco. En estos últimos días estuve dando bastantes notas, más que en toda mi vida. Creo que hablarlo, soltarlo, me ha servido para relajar un poco. Si bien no me voy a dar cuenta dónde estoy hasta que llegue ahí, las ansias están. Ahora ya estoy contento y relajado, sobre todo porque no tengo que jugar ningún partido, con Baskonia ni con los Knicks, por el momento. Tengo unos días de relax y ahora estoy disfrutando de estar tranquilo en mi casa.

-¿Ya imaginás el "from Mar del Plata, Argentina, Luca Vildoza" de la voz del estadio en el Madison?

-Es difícil imaginarlo, uno siempre sueña con eso. En el momento claramente la piel de gallina va a estar ahí, al igual que la sonrisa. Espero que todos estén ahí. La realidad es que ya no puedo esperar por llegar y disfrutar, primero de la ciudad, sabiendo que es una de las mejores del mundo y de la franquicia, que es histórica. También disfrutar de jugar en un estadio que es único y mítico. Para mí es todo un privilegio llegar a ese equipo.

-¿Soñaste alguna vez con esta situación?

-De chico uno siempre sueña con llegar a la NBA, pero a medida que fueron pasando los años mi única meta era llegar a la Euroliga, ser un jugador correcto y quizá sobresalir. Pero la NBA llegó a mi cabeza en los últimos dos años. Para ser sincero más que nada en este último año, sabiendo que había tenido responsabilidades en el equipo y había cumplido con las expectativas. Di un paso importante en mi carrera entonces cuando llegó la chance quería probar. Los Knicks me dieron la oportunidad para dar ese paso y voy a ir a testear en qué nivel estoy.

-¿Cómo se dio ese clic mental para ese cambio?

-Se dieron ciertas cosas este año que me permitieron creer que podía estar en la NBA. El premio (MVP) del año pasado y el campeonato ganado tuvieron mucho que ver. Me permitieron cambiar la mirada con respecto a mí mismo porqué siempre fui muy autocrítico. Este año se dieron ciertas circunstancias en las que me permití creer y soñar con dar ese paso. La franquicia me dio esa oportunidad y no quería dejarla pasar.

-Facundo Campazzo te dijo que confiaba en que vos podías jugar bien en la NBA. ¿Te especificó por qué?

-No, en realidad no lo especificó ni me lo dijo a mí. Lo comenta por los medios, pero a mí no me lo dice (se ríe). Yo realmente estaba ansioso, principalmente los primeros días porque no lo podía creer. Le pregunté cómo era todo, cómo se vive. Al final, Facundo siempre me dio esa confianza, se nota en los medios cuando publica cosas que confía en mí y eso me deja un poco más tranquilo. Por ejemplo, me dijo que la línea de tres está muy lejos, pero para eso tengo tiempo para entrenar, sabiendo que es difícil que juegue esta temporada.

-El entrenador Tom Thibodeau es muy exigente y defensivo, ¿te contaron algo sobre él?

-Sí, me dieron referencias, pero hasta que no lo viva realmente no me voy a dar cuenta. Sé que se focaliza mucho en la defensa y eso lo hace saber porque, por lo que vi, los Knicks están defendiendo muy bien y se metieron a Playoffs por este progreso. Tuve demasiados entrenadores por detrás y todos aportaron su huella. Estoy agradecido de haber tenido estos técnicos porque todos quisieron ayudarme en todo momento.

-Thibodeau dio a entender hace unos días que no te iba a utilizar esta temporada porque el equipo está armado …

-Uno siempre tiene la ilusión de poder estar ahí, pero sabiendo que es difícil. Si bien vengo de Europa y el juego es un poco similar, al mismo tiempo es muy diferente y cuesta adaptarse. A Campazzo le costó adaptarse también y ahora la está rompiendo, pero lleva un tiempo, un tiempo que hoy no hay entre la cuarentena, la incorporación al equipo y conocer los sistemas. La verdad es que no hay tiempo. Pero, a la vez, uno siempre tiene la ilusión de poder compartir equipo. Veremos…

-Deck llegó y empezó a jugar, pero el caso es diferente porque no es un equipo de Playoffs …

-Sí, sin dudas. También él tuvo la oportunidad de ir antes y de poder cumplir ciertos partidos y quizás en el final de temporada tiene el margen de arriesgar un poco más. Estoy realmente contento con la decisión y estaré encantado de estar, aunque sea en el banco de los Knicks.

¿Tener que demostrar antes de jugar te preocupa en algo?

-Yo estoy tranquilo, porque si me llevaron es por algo. Sé que tengo cosas por mejorar y que me van a pulir cosas porque al final hay mucho más tiempo para trabajar la técnica individual, pero tengo que estar confiado con eso. Si bien está la presión de cumplir con uno mismo para cumplir lo mejor posible, sobre todo para representar a la Selección, estoy tranquilo porque al final ellos me eligieron por alguna razón.

-¿Cómo te tiene la llegada a New York y el tema del idioma?

-Yo vengo de Mar del Plata, que es una ciudad con bastante lío, luego pasé a Vitoria, una ciudad muy pequeña, con mucha tranquilidad, sobre todo donde vivo y ahora me voy a una de las capitales del mundo, donde lo único que se va a escuchar es ruido. Intentaré disfrutarla, sabiendo de un millón de cosas para hacer. En realidad, es una ansiedad completa también el tema del idioma, este año me comunicaba mucho con mis compañeros en inglés, pero que todos todo el tiempo te hablen en inglés me tiene un poco intrigado.