Y subrayó que "más allá del resultado, es un orgullo la lucha que dio el plantel hasta el final". Por su parte, el colombiano Teófilo Gutiérrez, pieza clave en el esquema táctico de Ramón Díaz, reconoció emocionado que semejante desahogo es "algo que no se ve todos los días", ante la fiesta que se desató en el Monumental con la goleada sobre Quilmes y la obtención de un campeonato muy disputado.

"A disfrutarlo. Gloria a Dios y a mi familia, que siempre me apoyó. En River aprendí lo que es la humildad y aquí estamos, festejando. A mí me gusta soñar despierto y así fuimos logrando esta victoria, que nunca se va a borrar de la historia", afirmó Teo.

Al mismo tiempo, su compatriota Carlos Carbonero permanecía abrazado al grupo, emocionado hasta las lágrimas, y apenas pudo decir unas palabras para la prensa. "Hemos trabajado muy duro. A la gente de River la llevo en el corazón...", esbozó sobre el campo de juego, a la luz de los teléfonos celulares que coloreaban la escena.

Todo parece indicar que fue el último partido de Carbonero en el club de Núñez, dado que hay varios interesados en comprar su pase, entre ellos el Espanyol de Barcelona, pero el paso del mediocampista cafetero ya dejó su huella en la historia riverplatense.