Olavarría y Mar del Plata están separadas por 300 kilómetros y por consiguiente los enfrentamientos entre equipos de ambas ciudades y Selecciones son frecuentes y allí radica el punto inicial de la historia de Bruno como profesional.

Un primer paso en Ferro Carril Sud, para luego desarrollarse en las formativas de Estudiantes y por último, un Torneo Provincial de Clubes de mayores siendo juvenil, jugando nuevamente para el Carbonero. Esa fue la última estocada para que un par de clubes de la zona se interesen en ese adolescente armador en busca de potenciarlo. Los reflectores de los clubes con Liga Nacional fueron importantes pero no definitivos para un dubitativo Bruno, que aún no se animaba.

"A a los 17 años, en mi último año de escuela, había dos o tres equipos interesados que me querían para agosto, pero coincidía con que me quedaban dos o tres meses para terminar el secundario y de hecho no tenía definido si me iba a dedicar al básquetbol o a estudiar. Es más, cuando vine a Mar del Plata me había anotado para estudiar y jugar, pero después por cuestiones de tiempo y elección no seguí con el estudio y me metí de lleno al básquetbol. Aunque ahora con el tiempo siento que todavía es una cuenta pendiente hacer una carrera en la universidad", contó sobre sus inicios en el profesionalismo.

En Olavarría el básquetbol tuvo su punto más alto cuando el Estudiantes dirigido por Sergio Hernández se consagraba bicampeón de la competencia. En ese entonces un pequeño andaba a las corridas por el Maxigimnasio, mamando la pasión casi que sin darse cuenta: "No me acuerdo nada de ese Estudiantes, tenía cinco o seis años. Lo que sí recuerdo era ir a la cancha y estar jugando, corriendo abajo de las tribunas del Maxi y también que en los videos que hay de esos partidos en algunos me veo en las tribunas, eso es lo que más me quedó de esa época de Estudiantes campeón".

A temprana edad la herencia familiar para los deportes es casi un mandato, se puede no seguir el mismo camino, pero al menos una vez más el más chico, por iniciativa propia o de los padres, prueba el mismo deporte que el hermano mayor o un primo como en este caso, donde Alejando Diez, jugador actual de Comunicaciones de Corrientes, siempre fue un referente para el "Chule".

"De chico siempre me gustaba ir a jugar, a entrenar, y me lo tomaba con responsabilidad, nunca tuve en mis planes jugar al básquetbol profesionalmente, se fue dando. Obviamente que tener a Ale en la familia era una ventaja para mí, ya que lo tengo como referente y cuando hice mis primeros pasos, e incluso ahora, siempre estuvo pendiente de mí. Estoy muy agradecido con él, ojalá algún día podamos jugar juntos, es una cuenta pendiente que tenemos", aseguró.

Ese jugar juntos es un anhelo que viene acarreándose desde Olavarría y seguramente también en alguna charla previa a un clásico de Mar del Plata, donde los primos a pesar de jugar en equipos opuestos, un par de veces llegaron juntos al Polideportivo.

"Raro era enfrentarnos más que nada, no tanto por la rivalidad del clásico. De hecho hemos ido juntos a algún que otro partido y después nos hemos juntado a comer, dejando la oposición deportiva dentro de la cancha nada más", confesó el armador.

La relación con Ramella

Leandro Ramella es otro de los nombres propios que marcó a Bruno. El ahora entrenador de Peñarol lo conoció a Bruno en un Argentino de Cadetes en Comodoro Rivadavia y desde allí comenzó una relación que aún se mantiene en el tiempo y que por ejemplo hizo que su llegada a Peñarol fuera factible desde un primer momento.

"Obviamente que venir a Peñarol tuvo mucho que ver Leandro y estoy contento con la decisión que tomé. Me han tratado con mucho respeto, de la mejor manera y yo trato de manejarme igual, esto para mi es trabajo, ahora me debo a Peñarol y voy a hacer todo lo posible para poder ganar y al equipo le vaya lo mejor posible", comentó.

En el torneo Súper 20 que ganó Instituto de Córdoba, Peñarol ha sabido competir contra todos, ha ganado partidos y dejado escapar otros, pero en líneas generales las sensaciones fueron positivas, sabiendo que hay material para trabajar. En esa racha de entrada donde el Milrayitas ganó tres de los primeros cuatro partidos, mucho se lo debe a la buena tarea de Bruno Sansimoni, quien promedió 13,3 puntos y 3,8 asistencias, además de tener partidos de 25 puntos como en el estreno ante Unión.

Sobre su actualidad en Peñarol, el olavarriense sostuvo: "Me sentí muy bien en el Súper 20, con confianza para jugar y con la tranquilidad que me brindan Leandro y los compañeros. Año a año me voy sintiendo un poquito mejor en cuanto al físico, el juego, aprendiendo cosas e incorporando también detalles en lo individual y esperando que sea un buen año para todos".

La evolución va desde lo mental a lo físico, pasando por lo técnico y táctico. Bruno Sansimoni viene completando casilleros y este año, en su vuelta a Mar del Plata, quiere corroborar esas buenas sensaciones con un Milrayitas encumbrado y luchando por los Playoffs, a la medida de su historia.