Confesiones de emociones en el Paseo Mendía
Familiares, amigos, compañeros del newcom de cada semana en los gimnasios de Pueblo Nuevo se dieron cita anoche, primero en el Paseo Mendía y luego al pie de la escalinata del Palacio San Martín para recibir al equipo de Los Lobos, que en horas del mediodía se había subido hasta lo más alto del podio en los Juegos Nacionales Evita.
Luli Martel, que además tuvo a su hijo como uno de los árbitros, juega de líbero. "Es una satisfacción enorme, y a esta edad... Esto es la suma del esfuerzo de años, cuando nos empezamos a meter en el newcom gracias a Gogui (Rosatto), que fue el pionero. Torneos donde no nos salían las cosas, pero las mejorábamos, las cambiábamos, y así llegó este momento" reflexionó.
Después recordó que "cuando fuimos a Mar del Plata para jugar los Bonaerenses la ilusión era estar entre los tres mejores, porque Trenque Lauquen es un rival poderoso, Los Dinos de General Belgrano lo mismo, y ganamos. A partir de ahí tuvimos dos semanas para corregir errores, y en Pinamar nos encontramos con 23 equipos muy buenos".
"Los Delfines y Morteros de Tucumán eran los grandes candidatos; tienen gente alta, mucha experiencia. Urunday de Entre Ríos fue a ganar la medalla dorada. Nosotros, subiendo peldaño a peldaño. En la final cerramos la defensa y los delanteros tuvieron un gran nivel" acotó.
Dora Merlo, con un gran ace, puso el match point. "Felices. El sueño cumplido" fueron sus primeras palabras, y después confirmó que el penúltimo punto de la final significó "el saque de mi vida".
"Vencimos a Los Delfines, vencimos a Los Tucumanos, a nuestros cucos, pero ganamos por María (Maíz), que nos entrena muy bien; gracias los jugadores que nos ayudan en los entrenamientos, y a nuestra constancia. Los resultados están a la vista" graficó.
"Nunca soñamos con ser campeones de los Juegos Evita -aceptó-, pero lo somos. Estamos más que felices, también por el recibimiento, por los Bomberos, por la gente que vino. Que nos reconozcan el esfuerzo a la edad que tenemos es algo maravilloso".
Miguel Borghi siempre estuvo ligado al deporte.
Fue arquero de Alumni Azuleño en certámenes del Consejo Federal, jugó para la selección provincial de handball y hasta un par de años atrás seguía cubriendo el arco en el fútbol de veteranos. "La mujeres fueron tremendas; jugaron como nunca" enfatizó.
"Una emoción tremenda, porque es la primera vez que entramos en los Evita. Creo que lloramos después de todos los partidos" confesó.
"Soy un hombre del deporte; hice mi carrera en el fútbol, defendí la camiseta de Provincia en los Argentinos de handball, pero esto no se compara con nada. Hace dos años, cuando dejé el fútbol de veteranos, pensé que el deporte se había terminado para mí, pero apareció Luli (Martel) y me invitó. Un día fui a ver y no salí nunca más de la cancha" subrayó Borghi.
Lily Domínguez, más de una vez MVP en los campeonatos Argentinos, es baluarte defensivo. En el mismo sentido aseveró que "primero soñábamos con ganar los Bonaerenses y fue un placer llegar a los Evita, pero nunca nos imaginamos que lo íbamos a ganar. Nueve años me costó llegar a esto".
"Felices además porque jugamos partidazos, con equipos muy fuertes" apuntó Lily y, como frase despedida de la noche, dio detalles de las sensaciones con la última pelota: "Siempre es la que más cuesta; se hace eterna. Cuando vimos que pasaba de una mano a otra y se caía fue un sensación indescriptible. Todavía no alcanzo a entender que ganamos los Evita; no somos conscientes creo".