BELO HORIZONTE / Daniel Lovano, enviado especial de EL POPULAR Medios

Si bien Robin Van Persie nunca renunció al arte, decidió interpretarlo de otro modo, distinto a lo que desde pequeño se imponía desde su casa de Rotterdam. Hijo de madre pintora y de padre escultor, determinó que su forma de hacerlo no era con las manos, sino con los pies, con una pelota delante de su pie zurdo.

"Soy un perfecto inútil con mis manos. Creo que puedo ser feliz con mis pies, porque para mí el fútbol puede ser un arte" dijo algún día, y siempre se ha encargado de llevar ese juicio a los hechos, primero en el Feyenoord de su ciudad, después en el Arsenal de Londres y hoy en el Manchester United.

Por supuesto, de su esbelta finura y su demoledora elegancia disfruta la selección holandesa, desde su debut, el 4 de junio de 2005, frente a Rumania, en la fase clasificatoria para el Mundial de Alemania 2006.

Kralingen, su ciudad, es una síntesis de la personalidad rebelde y contestataria de Robin Van Persie. Siempre tuvo aires de ciudad independiente, hasta que en 1985 quedó definitivamente incorporada al mapa de Rotterdam. "Yo veo el campo de juego como un lienzo. Es mi espacio para expresarme", reflexionó en una entrevista con un medio europeo, como para no desatender de algún modo las inclinaciones familiares.

Empezó en el club Excelsior, siguió en el Feyenoord, donde jugó 70 partidos y anotó 30 goles. Datos que no pasaron inadvertidos para el incansable buscador de talentos jóvenes que se llama Arsène Wenger, DT del Arsenal.

Fue en junio de 2005 cuando Wenger se atajó ante el espíritu rebelde de Van Persie. "Debes cambiar tu vida" le dijo. "Dígame qué, sé que puedo hacerlo" le respondió, y el viejo maestro retrucó: "Sólo tú debes descubrirlo". De su brillante etapa en el Arsenal, aunque sin títulos, pasó al Manchester, donde ganó la Premier en su primera temporada.

El delantero del Manchester United y de la selección de Holanda tiene en los autos a su otra gran pasión. En su amplio garaje descansan un Porsche Panamera, un Audi 5 Sportback, un BMW X15, un Porsche Cayenne y una camioneta Chevrolet Captiva.

Se declara admirador del fútbol argentino, y de algunas de sus figuras. Primero Juan Sebastián Verón, después Juan Román Riquelme. "Disfruté mucho mirándolo. Estoy seguro de que no fui el único que vio su clase", tuiteó tras el empate 2-2 de Boca y Arsenal en el Emirates Stadium, en julio de 2011. Pero su debilidad se llama Diego Maradona.

Vio una y mil veces el gol de Diego contra los ingleses. "Me obsesiona ese video; no sé cuántas veces lo he visto. Lo miro y lloro, por que tal vez nunca pueda tener esa copa entre mis manos", dijo tiempo atrás. Ojalá así sea.