El legendario Autódromo de Tandil y su impacto en el Turismo Carretera
El 11 de diciembre de 1977, Tandil inauguraba el circuito semipermanente "Ciudad de Tandil", marcando una etapa romántica en la historia del Turismo Carretera. Con una topografía pintoresca y curvas desafiantes, se convirtió en un escenario legendario para los amantes del automovilismo.
En una fecha como hoy, pero hace 46 años, Tandil se afianzaba en la historia del Turismo Carretera con la inauguración del circuito semipermanente "Ciudad de Tandil". Con una extensión de treinta y dos kilómetros y un trazado único, el circuito se convirtió en un ícono para los amantes del automovilismo y para la ciudad serrana.
Más de cincuenta mil espectadores presenciaron el evento, que marcó el sueño hecho realidad para el pueblo tandilense. El trazado ofrecía curvas y variantes de diferentes radios, subidas y bajadas, giros en pendiente y rectas extensas. Puntos emblemáticos como la "viborita de Don Bosco," la curva de "El Gallo," la variante de La Porteña, y la temida Bajada de Belén se volvieron conocidos en el ámbito automovilístico.
El circuito tandilense, a menudo comparado con el mítico Nürburgring alemán, se convirtió en un banco de pruebas durante la etapa romántica de los carreteros. Impulsores destacados como Pedro Blanco, Alberto Iribarne, y el gobernador Carlos Moragues, entre otros, llevaron a cabo esta tarea que potenció el turismo en la ciudad.
El reconocido piloto Juan María Traverso, múltiple campeón del Turismo Carretera, TC 2000, y Top Race, expresó sus sensaciones sobre el circuito tandilense. Aunque reconocía su dificultad y peligrosidad, Traverso recordaba con nostalgia la emoción de competir en ese escenario único.
El circuito de Tandil albergó diecisiete vueltas y cuatro realizaciones especiales, convirtiéndose en un escenario histórico para el automovilismo argentino. Juan Manuel Landa fue el último ganador en el circuito antes de su desafectación, dejando tras de sí una huella imborrable en la historia del Turismo Carretera.