El ambiente del automovilismo argentino se ve sacudido por las recientes declaraciones de Gabriel Furlán, un nombre histórico en el deporte. Furlán ha lanzado una crítica contundente hacia la Asociación Corredores de Turismo Carretera (ACTC), especialmente en relación a su nuevo rol en la fiscalización del Turismo Nacional y Turismo Pista a partir de 2024.

Furlán cuestiona el poder y la influencia de la ACTC en el automovilismo argentino, sugiriendo que la entidad ejerce una presión indebida sobre pilotos y equipos, limitando su participación en otras categorías como el TC2000. Según sus palabras, la ACTC utiliza tácticas tanto conocidas como encubiertas para consolidar su control sobre el automovilismo nacional.

Además, destaca la falta de un ente rector que supervise las actividades de los promotores, enfocándose en el bienestar del deporte más allá de los intereses comerciales. Furlán enfatiza la necesidad de una entidad que proteja la integridad y el desarrollo equitativo del automovilismo argentino.

Estas declaraciones de Furlán se suman a un debate más amplio sobre la gobernanza y la transparencia en el deporte motor argentino, un tema que ha generado controversias y discusiones en el pasado