Lejos del primer sitio conseguido en Buenos Aires 1951 y de los segundos lugares alcanzados en Ciudad de México ''55 y Chicago ''59; casi inabordables los cuartos puestos de San Pablo 1963, Winnipeg ''67, San Juan ''79 y Mar del Plata 1995, el deporte argentino espera sostener en Lima la séptima ubicación en el medallero de Toronto 2015 y alcanzar un total de 25 medallas doradas, lo que no consigue desde los últimos Juegos de la década del ''90.

La Argentina viene de obtener 15 medallas doradas en el pasado evento continental, a las que se sumaron 29 plateadas y 31 de bronce, para un total de 75. En el cómputo histórico, la Argentina es quinta con 1060 medallas (294 doradas, 331 plateadas y 435 de bronce).

Como no podía ser de otra manera, encabeza esa nómina Estados Unidos, muy lejos del resto, con 4430 medallas (1948, 1455 y 1027); también es lógico el segundo lugar de Cuba, con 2026 (875, 593 y 558); tercero Canadá con 1913 (456, 656 y 801) y cuarto Brasil con 1207 (328, 359 y 520).

Son 41 los Comités Olímpicos Nacionales que compiten en Lima, y dentro de ese espectro la tabla tiene varios cortes: los primeros cuatro lugares se mantendrían con EEUU, Cuba, Canadá y Brasil, los restantes cuatro con México, Colombia, la Argentina y Venezuela.

Y la Argentina perdiendo cada cuatro años un poco más de terreno; trayectoria que lo aproxima al décimo puesto al tiempo que lo aleja del quinto.

La aspiración para Lima es un número cercano a las dos docenas de medallas doradas y, en esa especulación, la cátedra asigna muchas chances a Agustín Vernice de dejar abierta la cuenta para otros veintidós o veintitrés "oros" si se concretaran sus legítimas aspiraciones en el K1-1000, y el K2-1000 en compañía de Manuel Lascano.

El yachting viene aportando alegrías desde Buenos Aires 1951. En Lima hay linaje con la irrupción de los hermanos Yago y Klaus Lange (los hijos de Santiago, campeón olímpico en Río de Janeiro) en la clase 49er.

Javier Conte, Ignacio Giammona y Paula Salerno son candidatos en Lightning; Mateo Majdalani - Eugenia Bosco en Nacra 17, el barco con el que Lange y Cecilia Carranza se consagraron en 2016.

Los Leones (campeones olímpicos), Las Leonas (con la sangre en el ojo por las finales perdidas en los últimos dos panamericanos) no deberían tener problemas para subirse a lo más alto del podio. Además, el certamen de hockey será clasificatorio para Tokio 2020.

La campeona olímpica en Río 2016 Paula Pareto (en 48 kilos) buscará otra medalla dorada para la delegación argentina el 8 de agosto, en una de las máximas atracciones mediáticas para el público compatriota.

Remo, deporte que había aportado la última dorada olímpica con Tranquilo Capozzo - Eduardo Guerrero (en Helsinki 1952) hasta las logradas por el fútbol y el básquetbol en Atenas 2004, tiene pasado de gloria: en el medallero de la especialidad la Argentina está segunda detrás de los Estados Unidos.

La doble medallista en los Juegos Olímpicos de la Juventud, Delfina Pignatiello, evitó el Mundial de natación de Gwanju (China) para estar en los Panamericanos de Lima, y podría colgarse las medallas doradas en 800 y 1.500 metros libre.

Como en cada Juego Panamericano, la Argentina espera hacer escuchar varias veces el himno nacional en un deporte que ni siquiera es olímpico: la pelota a paleta que, en su cuarta presencia desde Mar del Plata 1995, podría darle hasta cuatro doradas.

Las figuras son los hermanos Sebastián y Santiago Andreasen y Cynthia Pinto - Lis García en trinquete pelota de goma; Pablo Fusto - Alfredo Villegas en paleta pelota de cuero y Sabrina Andrade - Melina Sphan en frontón pelota de goma.

Los Pumas Seven, con la base del equipo que participa en la Liga Mundial, aunque tienen su sitio asegurado en Tokio 2020 fueron con lo mejor, y con una espina clavada: el título que se les escapó increíblemente cuatro años atrás.

Recientemente campeones del mundo de softbol, con el bahiense Juan Cruz Zara en el plantel, aparecen como los principales candidatos en la cita limeña. El surf, disciplina debutante, con la presencia del campeón mundial Santiago Muñiz, otro tanto.

Habrá que mirar al racquetbol, con el dobles compuesto por las bolivianas nacionalizadas Natalia Méndez y María José Vargas; el squash con Robertino Pezzota - Leandro Romiglio y el tenis con Guido Andreozzi - Facundo Bagnis.

El boxeo con Leonela Sánchez, el tae kwondo con Lucas Guzmán, la esgrima con Jesús Lugones, el tiro con Marcelo Gutiérrez y Fernanda Russo, el patín con Giselle Soler generan sus expectativas.

Por qué no soñar con que el vóleibol pueda repetir la campaña dorada realizada en Canadá, que el básquetbol (en una especie de gira preparatoria pre Mundial de China) se meta en la pelea, y que el fútbol (aún con su infinita desorganización) defienda los pergaminos de una de las camisetas más laureadas de estos Juegos.

En tiempo de ajustes, desvalorización de la cartera de deportes, ataques inmobiliarios contra el Cenard, bombazos debajo de la línea de flotación del Enard, recortes de becas, e históricas carencias de infraestructura, mantener el séptimo puesto en el medallero y volver con dos docenas de "oros" de la tierra de los incas serían un nuevo milagro del deporte argentino.