Los de Liniers, con el olavarriense Lucas Janson, como titular siempre se pararon como protagonistas del juego a partir de ese eje futbolístico que es el volante Santiago Cáseres en la mitad de la cancha y en torno al que se mueve el nacimiento del juego ofensivo de los dirigidos por Mauricio Pellegrino.

Los locales, por su parte, trataron de ser ofensivos con sus armas, mirando siempre de reojo su propio arco, donde el experimentado Christian Lucchetti debió trabajar a destajo en más de una oportunidad, hasta constituirse en la figura de la cancha. La mayor riqueza individual de Vélez, no se vio potenciada a la hora de la definición, pese a sus mayores ambiciones ofensivas.

Lo concreto fue que a partir de ello, de tanto dilapidar opciones, los velezanos hasta podrían haber retornado a Buenos Aires con las manos vacías si Leonardo Heredia hubiese ajustado más un remate que terminó rebotando en el palo izquierdo del arco defendido por Lucas Hoyos.

Pero a ese sabor amargo por seguir sin anotar, pese a tener solamente un gol en contra en el certamen, Vélez debió sumarle una vez consumado el encuentro, la expulsión por protestar de Ricardo Centurión con tarjeta roja directa, lo que provocó airadas protestas de sus compañeros aludiendo que el árbitro, Andrés Merlos, le habría devuelto un insulto de grueso calibre al proferido inicialmente por el ex Boca Juniors y Racing Club. De esta manera, al término de la cuarta jornada, Vélez suma tres unidades y ocupa el puesto 21 entre 26 competidores, mientras que Atlético Tucumán está octavo con siete.