ESPELUZNANTE: "MI ENTRENADOR ME VIOLÓ MÁS DE 400 VECES"
Una tenista contó el calvario que tuvo que vivir con su coach. "Arruinó mi carrera", sostuvo.
ESPELUZNANTE. La palabra describe a la perfección la situación que reveló este jueves la ex tenista francesa Angélique Cauchy, de 36 años: “Mi entrenador me violó más de 400 veces en dos años”.
La declaración apuntó a Andrew Gueddes, de 55 años, condenado en 2021 a 18 años de prisión por diferentes denuncias de violación de menores de entre 12 y 17 años
El testimonio de la ex tenista tuvo lugar en una comisión particular del Parlamento de Francia que empezó a investigar un cúmulo de casos llevados adelante por protagonistas y autoridades del tenis de ese país.
“Mi entrenador Andrew Gueddes me violó en más de 400 ocasiones, en dos años. Comenzó por agredirme verbalmente. Intenté defenderme y le pedía que terminara. Le decía, días tras día: ‘No me toque, eso no está bien. Yo no quiero’. Cínico, me respondía: ‘No te preocupes, esto ocurre muy a menudo entre los entrenadores y las chicas jóvenes’”, narró la ex jugadora.
El hecho fue revelado en el marco de una investigación que pretende calar hondo en un sistema repudiable en el que niñas y adolescentes fueron violadas y abusadas durante los años ochenta ante la pasividad de las autoridades del tenis de Francia.
Si bien el caso fue tomado como un suceso único, la propia Cauchy se ocupó de dejar en claro que muchos encargados de jerarquía en la Federación Francesa de Tenis (FFT) tenían conocimiento absoluto de los aberrantes hechos.
La ex jugadora francesa reveló que, entre sus 12 y 14 años, cuando era la número dos en el ranking de juniors, sufrió los abusos de su entrenador con el conocimiento de las autoridades.
Después añadió: “Me convertí en algo poco menos que una esclava, sonámbula. Cuando entrenábamos, en La Baule (Norte de Francia), nuestras habitaciones estaban a diez metros de distancia. Comenzó por meterse en mi cama. Luego consiguió que fuese a su habitación. Viví una pesadilla que arruinó mi carrera. Pensé varias veces en suicidarme. Burlándose de mí, llegó a decirme que tenía el sida. Y viví diez o quince años pensando que podía tener el sida”.