En las últimas horas, la crisis humanitaria en las Islas Canarias ha alcanzado un nuevo nivel, con Salvamento Marítimo de España llevando a cabo siete operaciones de rescate en las aguas cercanas al continente africano. El rescate más impactante tuvo lugar en el sur de Gran Canaria, donde un cayuco con 52 personas a bordo fue interceptado. Lamentablemente, dos de ellos, un joven de 18 años y un niño de entre 10 y 12 años, fueron hallados sin vida, víctimas de la hipotermia en medio de condiciones extremadamente precarias.

La procedencia de los migrantes, en su mayoría hombres, se identificó como Mali y Costa de Marfil, según la información de la organización Caminando Fronteras. En paralelo, otras seis embarcaciones con 302 migrantes a bordo lograron llegar a las islas de Lanzarote y Gran Canaria gracias a la rápida intervención de Salvamento Marítimo.

Una de las embarcaciones, con 51 migrantes, fue localizada gracias a una llamada telefónica realizada por los propios afectados, resaltando la desesperación de quienes arriesgan sus vidas en la travesía. En total, más de 200 migrantes adicionales, incluyendo al menos cuatro niños, fueron rescatados en barcos precarios.

Este aumento en las llegadas ha llevado a la guardamar Urania a intensificar sus operaciones de rescate en Canarias. La magnitud de la crisis se hace aún más evidente al considerar las estadísticas alarmantes proporcionadas por Caminando Fronteras, que informa que en los últimos cinco años, más de 11,000 personas han perdido la vida en las fronteras españolas durante sus intentos de migración.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) subraya la gravedad de la situación al señalar que solo en este año, más de 500 personas han perdido la vida en cayucos con destino a Canarias, con la mitad de estas tragedias ocurriendo en el último mes. La necesidad de una acción coordinada y urgente para abordar esta crisis humanitaria es más evidente que nunca.