Un grupo de mujeres venezolanas vivió una pesadilla tras ser engañadas por la megabanda conocida como el Tren de Aragua, que las obligó a prostituirse en Baton Rouge, Louisiana. Les prometieron ayudarles a cruzar la frontera con México y encontrar trabajo y vivienda en Estados Unidos, pero al llegar fueron forzadas a tener sexo en una casa que se convirtió en su prisión.

Los captores, integrantes del Tren de Aragua, fueron detenidos el viernes después de que una de las víctimas llamó al 911 pidiendo ayuda para escapar. Uno de los detenidos, el venezolano Albert Herrera Machado, de 23 años, compareció ante un juez en Baton Rouge, acusado de tráfico sexual forzado, fraude y numerosas felonías vinculadas al ocultamiento de extranjeros.

Las mujeres entrevistadas por la policía dijeron que eran obligadas a tener sexo con desconocidos para pagar la deuda impuesta por la banda criminal. Identificaron a Herrera y a otros dos hombres arrestados como miembros de alto rango del Tren de Aragua, organización cuya presencia en Estados Unidos ha generado alarma entre las autoridades debido a su naturaleza violenta.

Las víctimas revelaron que solo se les permitía descansar entre las 4 a.m. y las 8 a.m., siempre y cuando no fuesen solicitadas por algún cliente. Los arrestos en Louisiana coincidieron con la detención de otros 10 integrantes de la banda en Texas por parte de la Patrulla Fronteriza, según confirmó Jason Owens, jefe de la Patrulla, a través de su cuenta de X.

El Tren de Aragua, que se originó en una prisión venezolana, ha crecido exponencialmente desde sus inicios, pasando de 400 miembros a más de 3,000, y extendiendo su operación criminal a varios países de América Latina. Especializados en delitos como extorsión, robo, secuestro, tráfico de drogas y prostitución, ahora también están involucrados en el tráfico de personas a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos.

Las mujeres rescatadas el viernes contaron que Machado y los otros dos arrestados se dedicaban al tráfico de mujeres, manteniendo varios escondites en Estados Unidos donde eran forzadas a realizar trabajo sexual. Según un informe policial, las víctimas fueron contactadas en Venezuela con promesas de ser trasladadas a Estados Unidos para trabajar mientras regularizaban su situación migratoria con ayuda legal.

Sin embargo, una vez en Estados Unidos, se encontraron obligadas a saldar una deuda de varios miles de dólares realizando trabajos sexuales. Incluso se les ofreció reducir la deuda en $2,500 si lograban convencer a otras mujeres para trabajar también como prostitutas.