Detectan en Cuba por primera vez el raro virus de Oropouche
El raro virus de Oropouche, transmitido por mosquitos, ha sido detectado en Santiago de Cuba y Cienfuegos, generando preocupación sanitaria.
La fiebre de Oropouche, una rara enfermedad viral transmitida por mosquitos que se origina principalmente en la región amazónica, ha sido detectada por primera vez en Cuba, específicamente en las provincias de Santiago de Cuba y Cienfuegos, según informaron las autoridades sanitarias de la isla.
A principios de esta semana, el Ministerio de Salud cubano confirmó casos de la enfermedad en el pueblo rural de Songo La Maya y Boniato, en las afueras de la ciudad de Santiago de Cuba. El doctor Francisco Durán, máximo funcionario de epidemiología del país, anunció en la televisión estatal que también se encontraron casos en cuatro municipios de la provincia de Cienfuegos: Abreu, Rodas, Aguada y Cumanayagua.
El virus de Oropouche es transmitido por un jején llamado Culicoides paraensis, que según Durán aún no se ha encontrado en la isla, y por ciertos mosquitos Culex que viven en lugares cálidos y húmedos como Cuba. Los síntomas de la fiebre de Oropouche podrían confundirse con el dengue, otra enfermedad viral transmitida por mosquitos que actualmente afecta a la isla, añadió.
Después de un período de incubación de hasta una semana, las personas con el virus pueden experimentar fiebre, dolores de cabeza, sensibilidad a la luz, erupciones cutáneas, vómitos y sangrado, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Por lo general, la infección se resuelve por sí sola en un par de semanas, pero las complicaciones raras incluyen meningitis y encefalitis. A pesar de esto, no se conocen informes de muertes asociadas al virus.
El virus de Oropouche no ha sido detectado en Estados Unidos. Desde febrero, la OPS ha estado siguiendo el aumento de casos en la región, incluidos en Colombia, Perú y Bolivia, junto con la circulación generalizada del virus del dengue. El brote se detectó por primera vez en el estado brasileño de Amazonas y su capital, Manaos. El virus, que lleva el nombre de una región de Trinidad y Tobago, donde se aisló por primera vez en 1955, utiliza perezosos y primates como huéspedes y pasa a los humanos a través de la picadura de un mosquito o jején infectado.
Los científicos advierten que debido a que no existe vacuna ni tratamiento específico para la fiebre de Oropouche, los esfuerzos para contener el virus deben centrarse en la prevención y el control de la población de mosquitos. La OPS recomienda tomar precauciones como drenar las aguas estancadas, proteger las casas con mosquiteros de malla fina y utilizar repelentes. “En las zonas de transmisión, la fumigación con insecticidas puede ser una medida adicional, especialmente en las zonas urbanas y semi-urbanas, cuando sea técnicamente aconsejable y factible”, afirmó la organización en su alerta del 9 de mayo.
Sin embargo, Durán afirmó que “el combate contra el mosquito no puede ser con grandes fumigaciones, no por déficit de recursos sino porque realmente hay que hacer una participación comunitaria muy importante”. En el pasado, Cuba ha combatido los brotes de dengue con campañas masivas de fumigación. Pero eso requiere gasolina u otro combustible para hacer funcionar las máquinas de fumigación, y la isla tiene problemas para pagar el combustible incluso para mantener las luces encendidas.
La grave crisis económica en Cuba dificulta la lucha contra la enfermedad debido a los apagones diarios, la escasez de medicamentos y suministros médicos en los hospitales y la poca disponibilidad de productos como insecticidas o mosquiteros. El deterioro del sistema de recolección de basura en todo el país y la acumulación de agua en los baches de las calles también plantean desafíos adicionales.
Los cubanos que comentaron en las redes sociales en respuesta a la aparición televisiva de Durán rápidamente lo hicieron notar. “¿Y cuándo van a arreglar las calles llenas de huecos con agua podrida y los asquerosos basureros?”, preguntó una usuaria de YouTube identificada como Raquel Ramírez. “¡¡¡Sin fumigación, por Dios!!! Vamos a morir”, exclamó otro usuario, reflejando la indignación y preocupación de la población.